La carrera de armas nucleares entre las dos superpotencias, a saber, Estados Unidos y la Unión Soviética, durante toda la Guerra Fría llevó a la humanidad al borde del desastre en más de una oportunidad. Algunos de esos desastres nucleares llamados accidentes son bien conocidos y fueron documentados a fondo, mientras que otros permanecen ocultos para que alguna mente inquisitiva se de gusto y explore.
Uno de esos desastres radiactivos ocurrió en un lugar lejano de la Unión Soviética el 29 de septiembre de 1957.
La ciudad cerrada de Mayak tenía en su vecindad una planta de producción de Plutonio altamente activa la cual sufrió una explosión nuclear en la escala INES (Escala Internacional de Eventos Nucleares) de Nivel 6. Para poner esto en perspectiva, los desastres nucleares de Chernobyl y Fukushima fueron INES 7. Esto hace de la explosión nuclear de Mayak una de las más altamente críticas, pero gracias a la falta de medios de comunicación e información permeable, permaneció envuelta en misterio durante largos años.
La ciudad cerrada de Mayak tenía en su vecindad una planta de producción de Plutonio altamente activa la cual sufrió una explosión nuclear en la escala INES (Escala Internacional de Eventos Nucleares) de Nivel 6. Para poner esto en perspectiva, los desastres nucleares de Chernobyl y Fukushima fueron INES 7. Esto hace de la explosión nuclear de Mayak una de las más altamente críticas, pero gracias a la falta de medios de comunicación e información permeable, permaneció envuelta en misterio durante largos años.
Durante la guerra fría la Unión Soviética era un lugar misterioso , al igual que la Corea del Norte de hoy, sólo que más activa en el ámbito de las armas nucleares.
La pequeña ciudad de Mayak era una ciudad cerrada y por lo tanto no figuraba ni siquiera en los mapas oficiales. Se trataba principalmente de una operación secreta, es decir, la ciudad y la planta nuclear estaban ocultas a la vista y conocimiento del pueblo. Los espías plantados de Occidente siempre estaban en su búsqueda, robando mapas militares u otros estratégicamente significativos. Pero para los soviéticos, era de crítica importancia que Occidente permaneciera en la oscuridad acerca de la Planta Mayak.
Después de luchar junto a Estados Unidos y Europa contra Hitler en la Segunda Guerra Mundial el liderazgo soviético rápidamente se dio cuenta de que Occidente no tenía ninguna intención de, en modo alguno, prolongar la relación y se apresurarían a presentar el divorcio. Esta rápida ruptura cobró tributo a la tecnología soviética. Los científicos e ingenieros nucleares rusos estaban muy atrasados en el know-how nuclear moderno, por lo tanto mantenerse al día con los EE.UU. en términos de armas nucleares se convirtió en un desafío de enormes proporciones.
Esta sensación de derrota dio paso a una era de producción rápida de uranio y plutonio de grado armamentístico. El liderazgo soviético no podía permitirse el lujo de parecer débil de ninguna manera y desplegó todos sus recursos para mostrar sus músculos a Europa y América.
La construcción de la planta de Mayak fue un proyecto bastante ambicioso de los soviéticos, que duró sólo tres años; Desde 1945 hasta 1948 los ingenieros erigieron una planta con tanta prisa que incluso los elementos más fundamentales de la planta, tales como un sistema de enfriamiento adecuado, fueron olvidados con complacencia.
Las autoridades tampoco prestaron atención al aspecto medioambiental de la planta, preparando así el camino para el futuro desastre. Poco después de que la planta comenzara a funcionar, una gran cantidad de desechos radiactivos de alto nivel comenzó a filtrarse en el cercano río Ob. El nivel de contaminación pronto se convirtió en altamente crítico y despertó alarmas en la población cercana.
En 1953, los funcionarios soviéticos decidieron encarar medidas especiales de contención para los desechos producidos por la planta que los generaba a toneladas. La idea era muy básica y barata por los que no se prestó mucha atención a garantizar los niveles adecuados de protección.
Simplemente se construyeron grandes tanques de acero y luego fueron enterrados a 8 metros bajo tierra. Para mantener bajo control la temperatura de los tanques se construyeron refrigeradores adicionales alrededor de los mismos. La idea de construir los tanques era impedir que los residuos terminaran en las aguas.
El primer indicador del desastre inminente apareció cuando en 1956 uno de los contenedores comenzó a calentarse. La situación fue ignorada por los ingenieros y el nivel de las temperaturas continuó aumentando e incluso se informa que otros contenedores también comenzaron a alcanzar niveles críticos.
Luego, en 1957 se produjo el punto de inflexión, y una explosión equivalente a 100 toneladas de TNT rasgó la planta devastando el sitio y sus alrededores inmediatos. En las siguientes 11 horas la nube radiactiva que emergió del epicentro de la explosión había alcanzado y contaminado 350 kilómetros de tierra mayormente habitada.
En el momento en que la nube se desintegró, ya había afectado a unas 22 aldeas provocando una crisis masiva de salud a la población. Los soviéticos ni siquiera se molestaron en informar a los lugareños sobre las razones de la evacuación que dio lugar a una serie de teorías conspirativas sobre un desastre químico.
El número final de muertos no puede conocerse, sin embargo, varias fuentes independientes afirman que las muertes deben haber estado en en el orden de las 10.000, no por la explosión sino debido a las secuelas de la radiactividad que causó cáncer y otros trastornos genéticos. La ciudad cerrada de Mayak nunca apareció en el mapa, por lo que el desastre tomó más tarde el nombre de la ciudad construida allí más tarde y que es conocida como Kyshtym.
Fuente: www.thevintagenews.com
Fuente: www.thevintagenews.com
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