Aunque le cueste creerlo en 1935 el record de velocidad en automóvil era de 484.95 km/h, y lo había obtenido el “Blue Bird” de Malcom Campbell, un inglés que ya había roto el récord de velocidad terrestre por primera vez en 1924 al alcanzar 235.22 km/h.
En Alemania ya en 1933 aparecía un tipo con la necesidad de demostrar que Alemania estaba por sobre todos y para ello eninició la gesta para romper el record mundial lo antes posible. Siendo canciller Hitler anuncia que su país “competirá y ganará en las pistas del mundo para demostrar su supremacía tecnológica”.
En la vieja Alemania la guerra en el mundo automotriz se dio entre dos fabricantes, Mercedes-Benz y Auto Union, no sólo en los “Grandes Premios” de la vieja Fórmula 1 sino también en la búsqueda de los récords de velocidad en tierra donde surgieron varios proyectos para batir los mejores registros, con todo el apoyo del régimen nazi que quería usarlos como propaganda.
Para eso Hitler anunció un cuantioso subsidio gubernamental para solventar un programa de carreras, para Auto Union, que crearía autos como el Type C Streamline y lo que hoy nos ocupa, para Mercedes-Benz, que contaba en sus filas con el piloto Hans Stuck un tipo obsesionado con romper records y amigo personal del futuro Führer.
En Alemania ya en 1933 aparecía un tipo con la necesidad de demostrar que Alemania estaba por sobre todos y para ello eninició la gesta para romper el record mundial lo antes posible. Siendo canciller Hitler anuncia que su país “competirá y ganará en las pistas del mundo para demostrar su supremacía tecnológica”.
En la vieja Alemania la guerra en el mundo automotriz se dio entre dos fabricantes, Mercedes-Benz y Auto Union, no sólo en los “Grandes Premios” de la vieja Fórmula 1 sino también en la búsqueda de los récords de velocidad en tierra donde surgieron varios proyectos para batir los mejores registros, con todo el apoyo del régimen nazi que quería usarlos como propaganda.
Para eso Hitler anunció un cuantioso subsidio gubernamental para solventar un programa de carreras, para Auto Union, que crearía autos como el Type C Streamline y lo que hoy nos ocupa, para Mercedes-Benz, que contaba en sus filas con el piloto Hans Stuck un tipo obsesionado con romper records y amigo personal del futuro Führer.
Con ese fin usaría un auto diseñado para Daimler-Benz por el genio del diseño Ferdinand Porsche, que para ese entonces ya tenía su propia oficina en Stuttgart pero que igualmente aceptó el encargo del vehículo por sus implicancias políticas. Según los cálculos de Porsche, para alcanzar una velocidad de 550 km/h precisarían aproximadamente 2.000 caballos de fuerza, así que usarían los anteriores modelos de motores Mercedes que habían logrado varios récords de velocidad, los W25 y W125 Recordwagen.
El modelo de Mercedes se llamó Type 80 o T80 . Pero mientras avanzaba su desarrollo el récord fue subiendo hasta unos incríbles 595 km/h logrados por el británico John Cobb, y en plena fabricación ya debieron apuntar a lograr una velocidad de 600 km/h. La carrocería la construyó el fabricante aeronáutico Heinkel en su Flugzeugwerke sobre el diseño realizado por Porsche con asesoramiento del especialista en aerodinámica Josef Mikcl.
El T80 incorporaba un habitáculo cerrado, paragolpes redondeados, dos pequeñas “alas” en el medio del auto para proveer agarre y estabilidad. Las ruedas traseras estaban carenadas en forma de “aletas” también para buscar estabilidad a altas velocidades.
El vehículo lograba un coeficiente de arrastre de 0.18, increíblemente bajo incluso según los estándares de la actualidad (como referencia, un BMW i8 y un Nissan GT-R, por ejemplo, tienen un coeficiente de 0.26)Tenía tres ejes, el delantero se encargaba de la dirección y los dos ejes traseros eran movidos por un motor derivado de la aviación reemplazando así a los W25 y W125 que habían quedado chicos, el DB (Daimler-Benz) 603 RS, un V12 invertido con compresor de 44.5 litros y 807 kg de peso que generaba la potencia máxima de entre 3.000 y 3.500 caballos. Esta bestia andaba con una mezcla de metanol (63%) benceno (16%), etanol (12%), acetona (4.4%) nitrobenceno (2.2%), nafta de aviación (2%) y éter (0.4%), con una mezcla de inyección de agua y metanol para la refrigeración y antidetonación.
La potencia del motor se transmitía a las cuatro ruedas mediante un conversor hidráulico de torque. Para evitar la pérdida de agarre en las ruedas de tracción, al auto se le colocó un sistema especial para reducir el suministro de combustible en caso de detectar un diferencial de velocidad entre las ruedas frontales y delanteras.
El T-80 se completó en 1939, con un costo de 600 mil reichsmarks (unos 4 millones de dólares actuales). El intento con Hans Stuck al volante de batir el récord de velocidad automotriz en tierra había sido fijado para enero de 1940 (y en territorio alemán, por motivos propagandísticos), pero debido al inicio de ostilidades de la II Guerra Mundial, el T80 nunca pudo ser usado. Se consideraba que su marca objetivo al momento de su finalización eran los 750 km/h, de haberlo logrado hubiese mantenido el récord hasta entrados los años 60, ya que esa marca solo se superó al comenzar a utilizarse motores de jet.
Nunca pintado, queda como curiosidad que Hitler lo haya bautizado con el nombre Schwarzen Vogel ("Pájaro Negro"), ya que iba a terminar de ese color y decorado con el águila alemana y las esvásticas del partido nazi. Si no le alcanzan las fotos, en la actualidad el T-80 se puede ver en el museo Mercedes-Benz en Stuttgart junto a las muy parecidas "Flechas de plata".
Taluego.
Fuentes: http://www.thevintagenews.com y http://www.mcdrifter.com.ar
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