Quién es más diabólico ? Un fanático que se inmola a sí mismo llevándose puesto a cualquiera que se encuentre cerca , o un especialista que comanda un dron en forma remota y bombardea un hospital a diez mil kilómetros de distancia ?
Por si usted anda flojo de valores morales o empatía le respondo que ambos son igualmente diabólicos y execrables.
Sin embargo y por diversas razones, el público, ya sea el estadounidense o el europeo, tiene otra apreciación del problema.
Para que usted me entienda debemos ponernos de acuerdo en que tanto la UE como EEUU tiene una muy amplia población de white trash o basura blanca como le dicen ellos.
La condición de white trash siempre se asoció a sectores populares blancos de bajo nivel adquisitivo, fanatismo religioso y escasa educación. Sin embargo el advenimiento de una sociedad consumista ampliamente solventada por tarjetas de crédito y burbujas financieras, nos ha dejado con una definición un poco más preocupante. El white trash de la UE se caracteriza mayormente por una discapacidad cognitiva producto del desinterés y la mala información, que por un resultado relativo a la condición económica.
No digo que América Latina no tenga su equivalente, no, no soy tan optimista, simplemente me estoy concentrando en la mayoría de la población de los países más poderosos del mundo. Gente que puede votar a Donald Trump, así como tras dos elecciones no poder formar gobierno o por un error de interpretación votar para salir de la UE cuando parece que finalmente no lo querían y pensaban que era una jodita.
El europeo medio es ignorante al igual que el nuestro y el norteamericano.
De ahí que cuando les comenzaron a llegar oleadas de inmigrantes en busca de refugio, no se cuestionaron el verdadero porqué de que abandonaban su tierra, sino que se sintieron deseosos de brindarles cobijo, casi como si fueran ajenos al problema y un dechado de buena voluntad humanitaria.
Pero el tema siempre termina en que los poderosos se meten en temas que no deberían ser de su incumbencia, mayormente por razones cimentadas en requerimientos económicos.
El enfrentamiento con los países que profesan la religión musulmana poco tiene que ver con la religión, pero terminan involucrándola cuando de fanáticos se trata.
Si usted me lo pregunta, yo diría que con un fanático lo primero que usted tiene que guardar es distancia. Ahora si usted le publica a un Salman Rushdie sus Versos Satánicos y deja que Charlie Hebdo haga sátiras sobre Alá y Mahoma, no es aceptable que se rasgue las vestiduras cuando un comando va y le vuela la cabeza a los responsables o le pone precio a la del otro. Si no te gusta la religión Musulmana, no jodas con ella porque, en definitiva, ellos te avisaron de las consecuencias. No me vas a decir que no viste las fotos de los degollados por el fanatismo del ejército del Estado Islámico.
La cuestión es que el europeo es tan hipócrita y altanero como un porteño. Un tipo de persona que se puede suicidar arrojándose desde lo alto de su ego y que consume únicamente lo que le vomita la televisión.
Todos en occidente podemos estar de acuerdo en que el Estado Islámico es una banda de asesinos fanáticos que trabajan con la autoinmolación y el terrorismo, pero también tenemos que ver que el movimiento nace por acciones de países europeos.
Básicamente usted tiene que saber que la división política de los países árabes no sale de un acuerdo de partes ni del afecto que los une. Tanto Francia como Gran Bretaña dividieron a su antojo y establecieron fronteras de acuerdo a las necesidades económicas de sus imperios. Al igual que Inglaterra ha sido responsable del perpetuo enfrentamiento entre Israelíes y Palestinos por la entrega inconsulta de tierras, en Arabia, esas antiguas potencias son responsables de que un grupo de fanáticos hoy quieran reunificar los territorios divididos.
Póngale un poco de religión en el medio y seguramente la población árabe será la primera en verse afectada.
Cuando la UE, Rusia y EEUU forman una alianza para bombardear a los fanáticos del ISIS y mientras tanto a civiles inocentes en poblados, escuelas y hospitales , siembran la misma semilla que dejaron en Afganistán. Un odio que no repara en sacrificios para ser alimentado.
El europeo, tan preocupado por planificar su tiempo libre, no entiende que lo vayan a cagar a tiros por una revista pedorra, o lo atropellen con un camión en medio de una fiesta.
No entienden que no son simplemente locos, que son gente peligrosa que vive otra realidad, para quienes la muerte por un ideal es un honor y a los que desde un inicio no se debería haber atacado en respeto a los tratados de no intervención y los principios de autodeterminación.
Desde el 2001 y la caídas de la Torres Gemelas se cambió el paradigma. El terrorismo entró en la casa del poderoso y al mejor estilo del campesinado chino, resultaron atacados con su propio tenedor. El terrorismo que las agencias estatales norteamericanas había diseminado por el mundo, por primera vez era doméstico y allí les ganó el miedo.
Hoy Europa recorre ese mismo camino.
Les han tocado el hombro para avisarles que ellos ya están allá y que no necesitan armas de destrucción masiva para hacerse temer y dar a conocer su odio.
Porque el europeo está tan en babia preocupado por el nuevo I-Phone o el Pókemon Go, que con un hacha dentro del subte, se obtiene más publicidad terrorista que con cien bombas destruyendo hospitales.
Los europeos son tan básicos como cualquiera de nosotros y piensan que su participación en el conflicto inicia y termina colocando la bandera del país atacado como fondo de perfil de una red social después de cada atentado.
Si usted entiende esto le resultará lógico que estén tan asustados.
A nadie le gusta que lo despierten de la siesta zamarreándolo.
Taluego.
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