El tercer domingo de Junio es el Día del Padre en Argentina, una fecha que hemos copiado a nuestros supuestos héroes y protectores Norteamericanos, padres de todo el Mundo y sobre todo de las reglas de mercado. Lo digo porque originalmente el primer festejo por éstos pagos se había realizado el 24 de agosto de 1958, en honor a José
de San Martín (porque el 24 de Agosto del año 1816 nació la única hija del
General San Martín), considerado además el "Padre de la Patria".
Pero ahora más que nunca es un día de festejo comercial donde los más felices son los dueños de restaurantes y los de comercios de ropa masculina, que , dicho sea de paso, el resto del año se mueren de hambre.
Una pena que uno de los pocos días dedicados al festejo de la porción masculina de la población dependa casi exclusivamente del bolsillo.
Pero también es un día para el recuerdo y la melancolía, porque uno se encuentra tironeado por diferentes extremos emocionales. Dependiendo de la edad estamos en el medio de un sándwich paterno y felices de tener al viejo y al pibe sentados en la misma mesa, o tan sólo esperando que el pibe venga a comer con su familia.
Los que hemos tenido la suerte de tener padres maravillosos sabemos que el viejo es Superman. No importa si tenemos 5 o 50 años, el sentimiento es el mismo y no habría Kriptonita verde que pudiera dañarlo.
Lamentablemente la realidad más temprano que tarde nos da un baño de agua fría y nos quedamos sin el viejo.
Me parece importante que los hombres que aún lo tienen, sepan lo que se siente. Principalmente porque sería una forma de apagar los móviles y mirarse más a la cara, sin desperdiciar ni un momento, tal como se hacía antaño.
Lo que se siente es muy simple y devastador. Por primera vez vez en la vida y para siempre, uno está completamente SOLO. Y esa soledad recién estrenada se vuelca a cuidar a otros como fuimos cuidados por él.
Se siente que por primera vez en nuestras vidas, y para siempre, dejamos de ser HIJOS y que de ese momento en adelante debemos ser al menos un 10% de lo que fue el viejo y cuidar de los nuestros para convertirnos en un buen recuerdo.
Para todo hombre es un momento de quiebre y es posible que para algunas mujeres tenga un significado similar. Pero ya deberíamos hablar también del día de la madre y eso será tema de algún futuro post.
Los que ya no podemos recuperar ningún instante sino es ayudados por la memoria, esperamos que alguien invente de una buena vez una verdadera máquina del tiempo y nos deje viajar en ella, para en este día especial, darle un beso y un abrazo por todo lo que han sido para nosotros.
Y que el que pueda lo haga ahora.
Y que el que pueda lo haga ahora.
Taluego.
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