No, ¿cierto?.
Cuando alguien intenta asesinarlo o dañar a su familia, no le interesa si es de derecha o de izquierdas, militar o guerrillero. Para usted es un crimen que no prescribe ni en mil años. Un crimen que le gustaría vengar a toda costa.
¿Entonces por qué la teoría de los dos demonios no puede ser cierta?
Que le pegue un tiro alguien desde el poder del Estado o desde milicias que se mueven en la clandestinidad, para usted tiene el mismo efecto: las dos le cuestan la vida por igual.
Sin enbargo unos asesinatos prescriben y hasta los asesinos son compensados monetariamente, mientras otros no prescriben nunca y permiten tantos enjuiciamientos como se quiera hasta conseguir la condena buscada por quienes abusan de su poder de venganza.
Para los que aún viven intentando forjar un futuro sin mirar hacia atrás y se preguntan de que cuernos hablo, les comento que se le llama "teoría de los dos demonios" a la idea según la cual los actos de violencia y terrorismo perpetrados por las Fuerzas Armadas durante el Terrorismo de Estado en Argentina en las décadas de 1970 y 1980 son comparables y equivalentes a los actos de violencia y terrorismo de las organizaciones guerrilleras, como pueden ser los Montoneros y el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) Según esta concepción, las acciones de cada bando no sólo afectaron al que decían combatir, sino a ciudadanos que no hacían uso de la violencia.
Lo que los norteamericanos comenzaron a llamar víctimas colaterales en un afán casi enfermiso de justificar cualquier error o exceso de sus tropas en acciones que implicaran civiles.
Para quienes estamos de acuerdo con la teoría de los dos demonios, la represión emprendida por la dictadura militar no puede ser analizada sin considerar también la acción de los grupos de guerrilla urbana, que cometieron gran cantidad de asesinatos y atentados terroristas tanto durante gobiernos democráticamente electos (1973-1976) como durante la propia dictadura militar (1976-1983) en su afan de instaurar por la fuerza y sin consenso un Estado Comunista (llamado Socialista) en Argentina.
Decía Sábato en el prólogo original del Nunca Más antes que el Kirchnerismo agregara sus propias notas sin aprobación de la comisión original:
Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda, fenómeno que ha ocurrido en muchos otros países. Así aconteció en Italia, que durante largos años debió sufrir la despiadada acción de las formaciones fascistas, de las Brigadas Rojas y de grupos similares. Pero esa nación no abandonó en ningún momento los principios del derecho para combatirlo, y lo hizo con absoluta eficacia, mediante los tribunales ordinarios, ofreciendo a los acusados todas las garantías de la defensa en juicio; y en ocasión del secuestro de Aldo Moro, cuando un miembro de los servicios de seguridad le propuso al General Della Chiesa torturar a un detenido que parecía saber mucho, le respondió con palabras memorables: «Italia puede permitirse perder a Aldo Moro. No, en cambio, implantar la tortura».
No fue de esta manera en nuestro país: a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humanos.
Ernesto Sabato
Parece que el abogado que se hizo multimillonario en la función pública y jamás levantó su voz en contra de los militares cuando era oportuno creyó poder torcer la historia.
Hasta los propios ex-terroristas admiten lo errado de su antigua posición.
Héctor Leises un ex integrante de Montoneros que hoy vive en Brasil y está alejado de la militancia política decía recientemente
"En la Argentina hay un problema y es que la sociedad no quiere pensar porque tiene miedo de lo que puede encontrar. El fascismo en la Argentina fue mutando. Comenzó con los militares, después de Isabel de Perón pasó a las masas. El fascismo vino por la derecha, pero en los 60 fue internalizado por la izquierda; nosotros, la izquierda revolucionaria, fuimos fascistas", declaró.
Y ahondó: "Fuimos fascistas porque perseguíamos proyectos totalitarios, porque queríamos usar la violencia para resolver todos los problemas, hasta los problemas amorosos... Esto es lo que el pueblo no quiere ver, porque el pueblo lo apoyó. El golpe contra Yrigoyen; Perón tuvo apoyo; el golpe que derrocó a Perón tuvo apoyo popular; el regreso de Perón tuvo apoyo; desde el 73 al 76 hubo peronistas para todos los gustos, peronistas de izquierda y de derecha que si se pelean con las armas quiere decir que los dos son fascistas".
"El silencio es totalitario y eso reina en la Argentina, por eso hay que hacer catarsis y volver al pasado para aquellos idiotas que viven elogiando el pasado como si fuera una maravilla, tanto del lado militar como del guerrillero"
Cuando uno nota que se instauran días no laborables como el 24 de marzo conmemorando un golpe, y no todos pues los días del año no alcanzarían para conmemorar esa historia, y ve que se enarbolan banderas de Montoneros como si realmente hubiera sido una juventud maravillosa en lugar de pobres imberbes mandados al matadero por adultos sin moral muchas veces pagados por los servicios de inteligencia de cada bando, fueran nacionales o importados, siente que todo se ha quedado detenido en un pasado del que no se puede aprender nada, porque se ha parcializado e inventado una historia que no fue y que los jóvenes vienen creyendo por el bombardeo kirchnerista que reciben desde la escuela.
Cualquiera que porte un arma es responsable de su macabro destino, por eso yo no porto una y no tengo intenciones de dañar a nadie. Los terroristas subversivos portaban armas, ergo, no eran inocentes y los milicos, son los asesinos a sueldo que defienden nuestros intereses y valores como Nación, no están para aprender a tejer al crochet o bordar un broderie, aunque pudieran hacerlo.
No jodan. Los dos demonios existieron. Solo que uno de ellos nunca dejará de hacerse pasar por víctima.
Taluego.
Prueba
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