Tu blog es tu casa

Hace unos pocos días nos juntamos en la segunda gran comilona anual, de los que nos autodenominamos "bichos electrónicos".

A uno se le dio por remarcar la presencia de todos y cada uno con la fracesita "che, no se murió ninguno todavía" cosa que a mi me dio unas ganas irrefrenables de abrazarme al árbol más cercano y quedarme ahí.

Entramos con hambre y expectativas pero la comida resultó bastante más mala de lo esperado, aunque el lugar de reunión haya sido Los Inmortales de Recoleta. La verdad, deberían cerrarlo, he comido en fondas mucho mejor que allí y más barato. Pero bueno el tema de la cuestión va por otro lado, siempre me pierdo en divagues.

Resulta que me puse a discutir de política con uno de mis amigos, casi hermanos, de clara extracción Kirshnerista. Es decir, mi amigo es un defensor a ultranza de todo lo K y yo, como siempre digo, estoy en contra de cualquier corruptela. Que pin que pan, nos paseamos por toda la historia argentina haciendo gala de oportunas salidas pero de ninguna anotación de gol. El en la suya y yo en la mía, disfrutamos de una discusión sana entre amigos que piensan diferente, sin insultos y con pocas ironías. Los dos terminamos satisfechos por nuestro desempeño y conscientes que ahí terminaba la cosa. 

La amistad no se mancha.

Es por eso tal vez que no uso el blog para tener la última palabra y a sus espaldas despacharme con todo lo que a él no pude hacerle aceptar. No es ético.

Aquí debería terminar este post, porque debería ser corto. Insisto en escribir cosas más cortas tipo "Opinotudeces" pero no me sale. Bueno, hágame una gauchada, imagine que lo que sigue no es parte del post y lo encontró en un papelito tirado por ahí. Gracias.

No se bien porque se me cruza por la mente la certeza de que en un blog es imposible lograr ese equilibrio con todos los visitantes. Por suerte con la mayoría si.

Tal vez sea porque en mi mente enferma y a mi criterio, los blogs representan a sus dueños como si fueran sus casas y los visitantes son esos amigos que a veces comentan y a veces pasan en silencio. 

Está el blogger que tiene uno y el que tiene muchos. El que lo tiene minimalista y desprovisto de adornos y el que lo emperifolla de más. Está el que nunca pasa o se queda sólo un rato y el que abre las puertas y ventanas para que el sol lo ilumine cada día y se queda a dormitar. Unos no moderan los comentarios y se arriesgan a que les dejen los detritos más denigrantes, otros moderan o regulan la admisión de comentarios para evitar tener que repintar a cada rato. Unos responden a cada comentario dejado, otros prefieren hablar por medio de sus post.

Yo trato de respetar la casa de cada uno de ellos pero, para serle franco, en más de uno tiré una piedra a una ventana por indignación y a sabiendas de que por allí no deseaba ni podía volver jamás.

Por lo general soy educadito, digo, ¿vio los raspadores de calzado que existían antes en las entradas de las casas?. Si, esos que servían para sacarse el barro y la caca de perro del calzado antes de entrar. Esos. Ah !! ¿Que nunca los vio?, Bueno eran pedazos de chapa que se colocaban junto a la puerta de entrada para que las visitas, rasparan todo aquello que estuviera pegado a las suelas de sus zapatos y así no entrar con dicha mugre a su casa. Cosa que, si aceptamos que nuestros blogs son nuestra casa, debería existir también allí.  Yo siempre me raspo las suelas antes de entrar a la casa de los demás.

Y los pocos pero excelentes comentaristas con los que tengo la suerte de contar lo hacen también . Aunque tengo algunos medios piraditos, otros en franca oposición a mis ideas, otros neutrales y otros incondicionales, claro, me estoy refiriendo a los que usted conoce, porque además está mi prima, mi tio, mi hijo y mi esposa, a quienes los hago opinar con alias para que me rindan más. No me quejo. Todos saben que si leen algo en mi casa, es mi opinión, sólo eso y tengo derecho a morirme con ella. Saben que no es necesario que me "hagan entrar en razón" porque no tienen que vivir conmigo. Saben que si algo les disgusta pueden ignorarme y si el disgusto es grande tirarme una piedra a una ventana y no regresar nunca más, pero que siempre escucharé sus ideas mientras sepan lo que es el respeto.

Si, ya sé que me pasé de largo otra vez. Déle, hágame la gauchada una última vez y haga de cuenta que esto que sigue estaba en el reverso del papelito anterior. Gacias mil.

De ahí que lo más importante tal vez, sea saber que el mundo virtual no nos permite entablar una discusión para convencer al otro. No es mi idea de un blog que me persigan en el área de comentarios o pasen chismes y criticas en otros blogs de como hablo, eructo, rezo, me pedorreo o me visto en mi casa. Como ya dije en mi estatuto:

Punto 5: Usted declara comprender que la libertad de opinión y de prensa quiere decir que cada uno puede hacer su Blog, no que todos pueden venir a decir cualquier cosa al mío. Esto no es censura, los comentarios son una cortesía hacia los visitantes y no un derecho adquirido para dictar el enfoque y la perspectiva del Blog. Quien quiera refutar lo que escribo puede hacerlo en su propio Blog.

En el último año he debido mantener las llaves puestas, instalar rejas y tener la alarma conectada en todos mis blogs y aún así debí bloquear a un bloguer amante del insulto (pero buen tipo) y a una comentarista crónica que pretendía seguir in eternum cada tema hasta que le dieran la razón. Incluso creó una disputa con otro blog que era amigo (amarrando navajas, creo que se dice) mediante una actividad claramente Troll.

Si mis blogs fueran realmente buenos la situación sería inmanejable. Por suerte son de quinta y , como pueden ver, no me dan tanto trabajo

Esta es mi casa, gentileza de Blogger.

Visitela como si fuera la suya. 

Como le decía, la comida de Los Inmortales; una porquería...

Taluego