sábado, 18 de septiembre de 2010

Síndrome del hermano mayor

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Contaba mi madre que cuando yo recién había nacido,  al entrar a su habitación sorprendió a mi hermano de siete para ocho años de edad, haciendo pis en el cajón de la cómoda donde guardaba mi ropita. Claro, no apuntaba muy bien que digamos y la foto de la abuela, el jarrón con flores de plástico, el joyero de madera labrada y las carpetitas que protegían la madera del mueble se vieron bañados de forma irreverente.
Alguien además de no tener puntería, no sabía canalizar la furia o los celos ,que se desbordaban de manera , al menos, muy imaginativa..
Como todavía Argentina no era el semillero de tanto pseudo psicólogo de futuro emigratorio como los que  brotaron en cada rincón en la década del 70 y que se vieron opacados únicamente por la cantidad de sociólogos y los jugadores de futbol de exportación, los pocos que existían no eran un artículo de consumo general y menos para la clase trabajadora. El tema, entonces, no fue atendido y al cumplir mi cuarto onomástico con la ropita aún mojada, mi santo hermanito convenció al hijo del vecino para que me llevara a perder. El chico de unos doce años por entonces, aún cuando fuera hijo de mi supuesta y posible madrina, me llevó con engaños de la mano hasta la panadería que quedaba a pocas cuadras y cuando me dí vuelta desapareció. Digamos que me lo tomé con mucha paciencia y poco teatro. Claro, el pobre no sabía que cada día por la mañana hacía el mismo camino con mi madre para comprar el pan y grande fue el desconcierto de mi adorado hermano cuando me vio regresar. Es que mi madre iniciaba el recorrido a eso de las diez de la mañana conmigo de la mano, paraba en lo de Doña Paca y chusmeaba durante unos treinta o cuarenta minutos, que para mí eran una eternidad, luego avanzaba dos casilleros hasta la casa de Doña Nilda, donde se detenía unos tres cuartos de hora porque no le gustaba esa señora por ser muy chusma. Mi embole era mayúsculo aunque intentara combatirlo consumiendo algunas hormigas culonas, jugara carreras con una babosa de F1 o luchara como karateca espástico con una aveja en plena labor de recolección primaveral. Luego de algunas paradas adicionales a las mencionadas y siendo ya cerca de la una de la tarde, desandábamos lo andado en cerca de tres minutos, no más. ¿Cómo no iba a conocer el camino de vuelta si ya había estudiado hasta las grietas de cada baldosa?
Regresé sin esfuerzo ni alharacas. No recuerdo cómo fue que lo conté, pero era lo mismo. ¿Quién podría creer mi desventura? Todo pudo ser un malentendido del pequeñín ¿o en realidad mi hermano pintaba para futuro asesino serial?
El tiempo pasó y ya cuando tuve ocho años con la ropa sin secar la cosa fue mejorando y mi adoradísimo hermanito se las arregló para que uno de sus compañeros pasara montado sobre su bicicleta sobre mi estómago. Claro, todos se enojaron conmigo por mi falta de colaboración en el hecho. Supieron recriminarme durante mucho tiempo diciendo que si me hubiera quedado quietito tal como me habían indicado, no tendrían que haberlo repetido tres veces.
Vomitar sangre tampoco convenció a mis padres de que su adorado primogénito era un malvado del que tendrían que mantenerme alejado. Tal vez la astucia demostrada desde el primer incidente radicaba en que nunca más intentó hacerme daño en forma directa. Siempre tenía a su disposición "mano de obra desocupada" que hiciera las cosas por él.
En su defensa siempre alegó que yo era un pesado y me merecía lo sucedido. Cosa que no deja de ser cierta.
Toda esta etapa de mi vida me preparó para afrontar varias dictaduras militares y ataques guerrilleros sin que ningún trauma adicional pudiera radicarse en mi atrofiada memoria. Ya estaba "quemado".
Encima y para colmo de males, el desgraciado era el mimado de las seño y llegó a ser abanderado. en la escuela primaria. Si hasta yo estaba orgulloso de mi asesino serial particular.
En la medida en que fuimos creciendo el vínculo fue madurando en la misma proporción en que se iba  estrechando hasta la asfixia.
Mi adorado hermano fue ofrecido por mis padres para enseñarme inglés, lengua que él ya dominaba medianamente. Mi abuela, que era muy sabia como toda abuela, decía que yo era un adoquín con pelos, cosa que se puso de manifiesto en la segunda oportunidad en que mi hermano quiso que le respondiera a su  ¿Jau mani children ar in de classroom? Del primer manotón salió mi patadón y en pocos segundos me encontré apantallando el aire mientras mi hermano me mantenía a distancia con una mano en mi frente que me impedía llegarle con alguna piña.
Siempre lo mismo. El largo de sus brazos no me dejaba llegar y tenía que contentarme con la patada en las canillas cuando estaba distraído y salir corriendo. Siempre esperando que bajara la guardia para llegar con mi venganza.¿Cómo es que dicen? Ah, si "La venganza es un plato que se sirve frío". Hay que saber esperar la oportunidad.
El día que desperté con una almohada en la cara, mi madre tomó la decisión de modificar la pieza del fondo y mudar a mi hermano a una nueva privacidad. Más encono me tendría de ahora en más, dado que llegué a la victoria de arrebatarle "su" habitación original. Pero bueno, ya tenía veinte años.
Por esa época mis padres abrieron un negocio pequeño para incrementar los ingresos familiares y solventar los estudios del susodicho. Yo también me puse a trabajar allí. A mi hermano nunca lo vi por esos lados. Pasó por Arquitectura y no le gustó, intentó Ingeniería Química y tampoco, duró unos años en Filosofía y Letras pero también abandonó. El negocio no dio para más y tuvo que conseguir un trabajo y pagarse la facultad que ahora sí terminó en tiempo récord. Se recibió de Analista de Recursos Humanos. Si, esos que se dedican a rajar al personal. Algo de sádico tiene, no me diga.
Cuando un servidor culminó los estudios ya no quedaban reservas y debió ponerse a trabajar. No puedo quejarme, gracias a eso he disfrutado de una vida de novela viajando por todo el mundo. Cuando me casé, tampoco quedaban recursos, pues mi hermano se había llevado todos los ahorros del viejo para una ceremonia y fiesta a todo lujo en el Yacting Club de la zona que no podía pagar. Encima no era católico y se bautizó para poder gastar un poco más en la ceremonia religiosa.
En mi casamiento servimos sándwiches de jamón y de pavita, regados con vino Toro. Igual soy agnóstico y no me iba a bautizar para generarme más gastos.
En la psicología moderna se explican todos estos comportamientos con total imparcialidad. Fuera de joda, son cientos los chicos que año a año mueren por "accidentes" donde estaban involucrados sus hermanos mayores. Quienes tienen más suerte sólo pierden un ojo o reciben magullones y quebraduras al caer por unas escaleras. Yo la saqué barata.
Según mis observaciones carentes de todo valor científico, los hijos únicos no tiene este problema (ja! ,soy una luz). Los grupos de hermanos superiores a dos, tampoco. Incluso cuando son muchos los hermanos se produce una especie de relación padre/madre del herman@ mayor con los pequeñines. Para ser conciso el problema es cuando los hermanos son dos, solo dos y nada más que dos. Sin importar el sexo ni cuanto digan quererse.
En mi teoría parapsicológica (porque no soy psicólogo), el hermano mayor ha gozado de un determinado tiempo de exclusividad de carácter "hijo único" que lo ha enviciado. Todo ha sido para él y no quiere relegar puestos. Al aparecer un elemento adicional llamado "hermano menor", o en sus propios dichos "esa rata de albañal" (recuerden que fue abanderado), debilita  su estructura afectiva y lo hace expresar su reclamo reivindicatorio mediante la violencia, situación que continúa sin interrupciones digamos hasta pasar los setenta años de edad.
Usted dirá, bueno, pobre, ya va a resarcir a sus padres por tanto esfuerzo, pero el hermano mayor nunca llega a tales extremos de obviedad.
Usualmente y al mejor estilo freudiano, culpará a su madre de cuanto inconveniente tenga para llevar adelante su vida . Esto no deja de ser un tiro por elevación que busca castigarla por haber engendrado a ese substituto o hijo de repuesto que él seguramente ve en usted. Cualquier amiga medianamente vieja como su madre será ascendida al escalafón de "ella es más mi madre que vos". Con el padre no se mete tanto porque Freud no habló mucho al respecto así que se queda con la duda. Mamá y Papá se convierten de pronto en "Madre" y "Padre" en una moda de distanciamiento y "qué me importa" que tan pronto como la empieza a utilizar cae en el abandono por no surtir ningún efecto. Incluso resulta respetuosa.
Como sea, el hermano mayor disolverá la relación por venganza o violencia mal manejada y se alejará llevándose consigo lo que sus padres más quieran, usualmente los nietos. 
En su filosofía, el hermano o hijo de repuesto debe hacerse cargo de todo en solitario, asumiendo las funciones que le corresponderían a él o que al menos deberían ser compartidas. ¡ Ah ! ¿usted es de los que creen que los hermanos mayores son los que cuidan a los pequeños y a sus padres? Error, eso es cuando los hermanos son más de dos. 
Ya, está, apareció el que tiene un herman@ mayor que es un sol y que siempre lo cuida y cuida a sus padres. Incluso va a visitarlos todos los fines de semana y les lleva a los nietos.
NNOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
¡¡¡CUIDADO, esos son los casos de abducción alienígena de la que tanto se ha hablado !!!! Ese no es su hermano, es un Tecladón fístulo de la galaxia Hermacopea más precisamente del sistema planetario Xexsus 5 que desapareció hace cinco eones. Son unos guachos.
Los típicos hermanos mayores en base dos, suelen desaparecer en un secuestro de emociones a tal punto de retornar sólo en contados casos exceptuando los velorios. Por ejemplo:
Si él/ella llega a sufrir algún revés económico usted recibirá una llamada o visita donde en algún tramo de la conversación escuchará:

-...y como somos hermanos pensé enseguida en vos y me dije: seguro que mi hermanito querido me va a ayudar...-

Ahora bien, si es usted quién ha recibido algún revés, digamos por ejemplo, que perdió el trabajo, también recibirá una llamada telefónica o visita donde le dirá:

-...y como somos hermanos y recibiste una indemnización, me dije: seguro que mi hermanito querido me va a ayudar...-

Por lo demás, encárguese usted de engendrar nuevos nietos y de visitar a los viejos los fines de semana. Los hermanos mayores solo atenderán a sus padres en la medida que éstos reconozcan su superioridad en la toma de decisiones o tengan que firmar algún papel sucesorio y aún así no les darán mucha bola que digamos.
Usted pensó que era un tema de suegros, yernos y nueras? Nooo, es un problema de fraternidad. O se cree que José Hernándes le puso en la boca estas palabras a Martín Fierro sólo por razones políticas.
El Gaucho decía:
Los hermanos sean unidos
Porque ésa es la ley primera.
Tengan unión verdadera
En cualquier tiempo que sea.
Porque si entre ellos pelean
Los devoran los de ajuera.
Claro, no conocían a mi hermano el asesino serial. Cuando llegó a estos versos cerró el libro y se fue al baño a lavarse los ojos para que no le quedara nada que recordar. Nos devoraron los de ajuera,  los de adentro, los de derecha y los de izquierdas. ¿Qué se pensaba?
Ahora para cerrar le dejo esta idea: fíjese, preste atención y documente las relaciones fraternales, que seguro llegará a ver que quienes como yo, hemos sido engendrados en segundo y último lugar, hemos terminado siendo hijos únicos, pero sin los beneficios.
Taluego
Nota del autor: Deseo dejar debidamente aclarado que los dichos arriba expresados no tienen nada que ver con mi querido hermano en la vida real, el cual no necesita contratar a ningún asesino a sueldo para poner en orden a quien suscribe.¿Entendiste? ¡ Dejá esa escopeta en paz !




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El artículo Síndrome del hermano mayor fue publicado por OPin el sábado, 18 de septiembre de 2010. Esperamos que le sea de alguna utilidad o interés. Gracias por su visita y no olvide dejar su comentario antes de partir. Hasta el momento hay 14 comentarios: en el post Síndrome del hermano mayor

14 comentarios:

  1. Es ud genial Opin, me ha hecho reir, y reflexionar a la vez, yo esto lo aplicaría a la hermana y al hermano, que el segundo siempre se queda con el rol de autoridad, y la hermana, con el papel de cuidadora por deuda biológica, no va a ser el niño, quien cambie los pañales a la abuela,¿como se atreven a pensar algo asi?, que desfachatez!. :-)

    Le felicito porque cada uno de sus textos es un regalo.

    Un abrazo

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  2. Estoy llorando de la risa.
    Espectacular!! Lacàn que grande sos.
    Comparto el relato de las cuitas que generan las bestias, digo los hermanos mayores.
    Mi teorìa es que como inauguraron padres se les da un combo en el que va incluido todo, incluso un permiso inconciente de tortura.
    La impotenciaaaaa cuando una mano en la frente te detiene y no llegàs a tocarlo siquiera.
    Excelente!!
    Me convenció, esto es verídico!
    Yo estaba por salir
    ?????
    Este sitio se me està haciendo vicio.
    Beso, Cantares (fuera de mi blog)

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  3. Doña Noah: Grande me queda el piropo, pero gracias.
    Lo que usted dice no es nada más que la verdad total. Sin dudas.
    En el caso de los hermanos varones, los menores deben pagar la enfermera o señora que cuide a su señora madre. Pero esto no es comparable.
    Cuando existe una hermana, sonó, no importa si es la mayor o la menor, la ponen a cargo de todos los cuidados familiares y si se resiste le manejan la culpa.
    Un cariño fraternal

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  4. Doña Cantares: Me alegra que se note que comparte la idea con tanto sabor a "a mí también me pasó", pero no debe detenerse a leer mi post cuando el día está tan lindo como hoy. ¿Estaba saliendo? Vaya mujer, que yo la espero con mi post por acá nomás. Disfrute.
    Un cariño de hermanas experiencias

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  5. Pero CONTÓ MI CASO OP! Con la hija mayor de mis padres, todo mal desde que nací.Me lleva 5 años.

    Somos 2 en total.
    Yo fui la Cenicienta de la casa porque la quetejedi era muy flaca y vivía con dolores de espalda.Yo,la q se casó como Dios manda(orgullo de los papis),la q dio nietos para alegrar la flia,la q se ocupa sola de su madre y antes de su padre(compartido con la innombrable).
    Ella fue la abanderada, la q corría mis amig@s y ahora los parientes.
    Ella, la q me hartó con sus boludeces, envidias, golpes(esto es en serio,no sé cómo estoy viva)jamás quiso hacerse tratar con un psico o psiqui, lo hace con un clínico-médico de flia.q la pilotea como puede, pobre.
    Ella no cree en Dios ni en nadie porque no sintió LA mirada especial q la hiciera sentir realizada en algo.

    Ahora, q estoy más "misericordiosa" la tengo en mis oraciones, porque pienso q si le va mal de salud, como somos poquísimos, tendré q tragar saliva e ir a atenderla.

    Este es un post denso, muy.

    Gracias Dn.menos mal que parece apreciarme ;)

    Una palmada
    Tapronto

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  6. Así son los hermanos mayores. Me preocupó que consiguiera mano de obra desocupada para las maldades.

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  7. Doña Mónica: ¿Vio que observador que soy? Al menos hasta ahora no apareció ningún hermano mayor quejándose (aunque creo que acá abajo el Mostro debe ser uno).
    Este tema debe figurar en algún estudio serio, habría que encontrar a un psicólogo que nos saque de dudas. ¿No tiene alguna amiga psicóloga? Las mujeres siempre tienen alguna escondida por allí. Es como una profesión asociada al tipo de cromosoma.
    Si tiene preguntelé y armamos un post.
    Espere que los temas densos están por venir...
    Esto no es nada.
    Un cariño con ojo morado

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  8. Don Mostro: A que usted es hijo único o hermano mayor...
    ¿No? bueh, me tiré el lance para adivinar.
    Mano de obra dispuesta al daño siempre se encuentra, mi amigo, no tenga duda. Además yo nunca me hice querer.
    Un abrazo golpeao

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  9. Me reì mucho. Yo no tengo hermano, sino dos hermanas.

    Y me llevo muy bien porque hace años que no las veo.

    Mejor que nunca, mire.

    un abrazo.

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  10. Don Gaucho: Como decía el célebre psicólogo, no hay mejor cura que la distancia y el tiempo.
    ¿Usted era el mayor, el del medio (que tiene otro mambo diferente) o el menor de los hermanos "Santillan"?
    Un gran abrazo Gaucho y me alegro que se ría conmigo.

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  11. Es un placer profundísimo, sincerísimo, compartir con usted las risas que me provoca. Compartir, además, teorías, más teorías, aprendizajes, y comportamientos que se dan, que se regalan, que suceden y que encienden la hoguera familiar.
    Será que más o menos, me ha pasado algo igual. Distante en la formas, en el tiempo, en el espacio. Pero tengo uno mayor, y soy otro mayor. Así que todo lo he dado, todo lo he quitado, y todo me lo han sisado, como las sonrisas, durante un tiempo, por ejemplo. Digo esto más hacia mí que hacia su relato. Porque acabo de darme cuenta que mientras escribo, pienso en mi hermano mayo. Y el síndrome (no precisamente de Estocolmo) que produje en la menor, la que vino tras mis pasos paseante por el vientre materno.

    En fin, que me centraré, entonces, en su texto. Porque no deja de sorprenderme, toque el tema que toque, haga lo que haga con la escritura, y use las opiniones de la vida, como las use. Es fuente inagotable, o manantial, o lo que sea que es. Ya no sé. Sólo sé que me gusta caminar sus textos. Pararme a reír. Pararme a pensar. Pararme a vivir un minuto que vale mucho más la pena y, sobretodo, la alegría que varias lecturas de periódicos diarios que rezan los destiempos de las noticias actuales. Pararme y ponerme a reflexionar sobre lo que sabe, lo que muestra y lo que se guarda, de ser así, para usted.

    Le doy las gracias por ponerle un punto y seguido, de gracia, de sal y de pimienta, a mi noche dominical.

    Un abrazo, ¿de hermano mayor?

    Mario

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  12. Don Mario: Amigo mío, cuantas palabras y tiempo me ha dedicado, me siento honrado por todo el afecto que le demuestra a mis garabatos literarios. Estas notas pseudo-todo son una catarsis compartida pues uno siempre intenta despertar alguna reacción en los lectores exceptuando el aburrimiento. Si logro que ese limbo de sensaciones de la noche del domingo se haga leve y lo predisponga positivamente para encarar un nuevo lunes , habré encontrado un efecto práctico para tanto desvarío humorístico.
    Le mando un gran abrazo de mellizos que no saben leer la hora del nacimiento y le deseo disfrute de una feliz semana.

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  13. Coincido en que sos un genio, me he reído mucho con tus desventuras y tu ropita mojada (que espero ya esté seca).
    Eso sí, acepto que modificaras la historia solo porque sos hermano menor, pero que quede constancia que los crueles, sádicos y rencorosos son los hermanos menores.

    Beso!

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  14. Doña Maga: Tiene usted razón, los crueles, sádicos y sobre todo rencorosos, son los hermanos menores. Los mayores son egoístas, aprovechadores y sobre todo, negadores de su culpabilidad ;)
    Muchos cariños siameses y gracias por pasar.

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-¿Qué somos?, ¿Adónde vamos?-No tenemos la más pálida idea.
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