En Argentina y en especial en Buenos Aires es usual pedir un café en jarrito y escuchar al mozo darle la orden al barista "marche un Americano", cosa que al tiempo nos sorprende a nosostros mismos pidiendo un Americano o Un Americano cortado.
Pero los orígenes del café Americano se remontan a la Segunda Guerra Mundial.
Cuando los GI estadounidenses estuvieron estacionados en Italia durante la Segunda Guerra Mundial, tenían ventajas por sobre algunos de sus compañeros en lo que respecta a conseguir una buena taza de café. Si bien el racionamiento y la escasez afectaron a la mayor parte de Europa y los Estados Unidos, estos soldados estaban estacionados en la nación más amante del café de Europa.
Pero como nada es perfecto, el café de estilo italiano no era del agrado de los norteamericanos, ya que sabía muy diferente del café al que estaban acostumbrados en casa. Algo más parecido a una malta aguachenta. En casa, la mayoría de los estadounidenses usaban el método de preparación por goteo, en el que se vertía agua caliente sobre los granos molidos y se dejaba escurrir lentamente. El resultado era una taza de café bastante suave a la que podían agregar un poco de leche para lograr un café "blanco" si así lo preferían.
En Italia, la elección era principalmente entre cappuccino y espresso.
Un espresso consistía en uno o dos tragos de café negro muy fuerte y espeso, para ser bebido sin agregar leche, aunque los italianos a menudo agregaban algo de azúcar para quitarle su fuerte amargor. Por lo general, se tomaba rápidamente en unos pocos sorbos.
Ante ésto, la alternativa más suave que encontraba la tropa, era el capuchino. Esta era una bebida mucho más pesada que el café con leche estándar que los soldados estadounidenses estaban acostumbrados a beber en casa. Se hacía agregando leche caliente espumosa a una taza de espresso fuerte.
Los baristas italianos resolvieron el problema que enfrentaban sus visitantes al ofrecerles una taza de agua caliente junto a un espresso fuerte para que pudieran diluirlo. Como esta parecía ser una solución muy popular, pronto se convirtió en una práctica estándar la de poner el café en una taza más grande y completarlo con agua caliente.
Luego cada uno y a su gusto podía agregar leche y azúcar según lo deseara. Este estilo de café se denominó finalmente Café Americano y luego se acortó simplemente a "Americano", como se lo conoce hoy en día en todo el mundo.
Taluego.
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