La expresión Pueblo Potemkin o Pueblo de Potiomkin , hace referencia al mariscal duque Grigori Potiomkin (1739-1791) y se usa para designar aldeas, pueblos y villas que en realidad no existen. También se los llama Pueblo de Potiomkin cuando se quiere describir una puesta en escena para disimular un desastroso estado real.
Según la leyenda, en 1787 antes de una visita de su soberana la zarina Catalina II de Rusia, la Grande, Potiomkin, el favorito, hizo edificar falsas fachadas pintadas a lo largo de la ruta de visita de Catalina la Grande, para representar pueblos idílicos en la recién conquistada Crimea. En realidad la intención parecía ser la de encubrir la verdadera situación catastrófica de la región.
Potiomkin mostraba desde lo alto de una colina a la zarina una aldea de nueva construcción en la que supuestamente vivía gente. El pueblo visto desde cierta distancia tenía un aspecto idílico e impecable. Se suponía que se lo debía ver desde la lejanía para que la zarina no se mezclara con la gente o simplemente por cuestiones de seguridad. La realidad era que el supuesto pueblo no era más que un bastidor (como los que se emplean en la filmación de muchas películas), encubriendo el hecho de que en realidad no existía o la gente vivía en la más completa miseria. Así pues, durante la visita de Catalina la Grande se visitaron varios de estos pueblos de ficción, que además siempre era el mismo. Los pueblos fantasma se armaban y desarmaban mientras emigraban siguiendo el trayecto de las barcazas imperiales por el río Dnieper para dar la impresión de bonanza y estabilidad en los nuevos territorios.
La zarina regresó convencida de que se estaban llevando adelante políticas correctas para el bienestar del pueblo.
Sochi- Pueblo fantasma de Putin
En la realidad Potiomkin fue un gobernador muy capaz que hizo mucho por el desarrollo de Crimea. Pero también se dice que Potiomkin escaló a los sitios más altos del poder por sus habilidades como amante y no por otros méritos.
Emprender proyectos grandiosos a cualquier costo con fachadas grandilocuentes que disfrazan la realidad es una práctica que se sigue hasta la actualidad. Como las obras monumentales en Sochi para los Juegos Olímpicos de invierno, mandadas a contruir por Putin.
Habrá que decir, en descargo de Potemkin, que a diferencia del proyecto napoleónico del presidente Putin, detrás de sus aldeas fantasma había logros bien reales (que transformaron la geopolítica a favor de Rusia), que la conquista de Crimea seguía el cauce de la historia rusa y del viejo anhelo de tener puertos libres de hielo) y que Potemkin no pretendió jamás dominar a la naturaleza (esperó a que el Dnieper se descongelara antes de emprender la travesía). Crimea era un microcosmos de las ambiciones políticas de la Rusia Imperial y sus aldeas Potemkin tan sólo un adorno.
La elección misma de Sochi como sede de los juegos olímpicos de 2014, habla del deterioro de la democracia en Rusia y del inmenso poder que ha acumulado el presidente Putin. Él sí puede vencer a la naturaleza: encontró –y decidió celebrar ahí los Juegos Olímpicos– uno de los pocos rincones de Rusia donde no hay nieve en invierno. Eligió también a contracorriente de la historia. Para desgracia de la pequeña ciudad, el nombre de Sochi está indisolublemente ligado en la memoria histórica al de Stalin. Desde ahí gobernó Rusia cada verano, a excepción de los años de guerra, desde los treinta hasta su muerte. Su “dacha”, de hecho una pequeña fortaleza verde olivo, domina aún a Sochi desde las alturas como una sombra ominosa.
Edificios fantasma de Kijón.dong
Pero también en Corea por nombrar alguno más, existen pueblos Potemkin. El pueblo de Kijŏng-dong se encuentra en la zona desmilitarizada de Corea del Norte. Fue construido en los años 1950 sin reparar en gastos. La postura oficial del gobierno norcoreano es que el pueblo alberga una granja colectiva de 200 familias equipada con guarderías, escuelas de primaria y secundaria, y un hospital. Hasta 2004, multitud de potentes altavoces instalados sobre los edificios y orientados hacia el sur emitían constantemente propaganda norcoreana. El pueblo sigue estando totalmente vacío.
En China han clonado varias ciudades de otras latitudes con resultados diversos. Tal vez el más llamativo es el pueblo ubicado en Huizhou que fue un ambicioso proyecto de la compañía metalúrgica china Minmetals en la rica provincia de Guangdong. El mismo consta de fachadas al mejor estilo de la arquitectura alemana del Tirol. Lamentablemente ningún chino ha querido habitarlo y sigue completamente vacío, en este caso sin motivos políticos aparentes.
Fuentes: DW, Wikipedia, http://www.letraslibres.com
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