Quién no ha visto o leído el Libro de la Selva ? Quién no se enamoró de la protectora pantera negra Bagheera ? Tanto así que uno termina aceptando la existencia de la misma, junto a un tigre, un orangután y un oso en la misma selva de algún lugar entre India y Borneo. Tanto lo aceptamos que cuando vemos películas que transcurren en Brasil o específicamente en el Amazonas, nos causa gracia que aparezca alguna toma de una pantera negra en medio de latinoamérica.
Pero la pantera no es ningún animal.
Para llegar a entender esta afirmación, hay que empezar por el principio. La cuestión es que la pantera como animal, como especie aparte, no existe, sino que hay una confusión histórica en el uso de la palabra.
Panthera es un género taxonómico de félidos que incluye dentro de él a cinco especies: la del leopardo (Panthera pardus), el jaguar (Panthera onca), el león (Panthera leo), el tigre (Panthera tigris) y el leopardo de las nieves (Panthera uncia). Por lo tanto, no hay ninguna especie de animales que represente a esos felinos grandes de color negro que nos vienen a la mente cada vez que se menciona el nombre de pantera.
Por si queda alguna duda, ese animal de nuestro imaginario tampoco se corresponde con el género Leopardus, que incluye a varias especies de felinos americanos, pero ninguno de ellos es esa pantera negra. El nombre de este género se escogió por el parecido superficial del ocelote al leopardo, pero el leopardo, como decíamos antes, pertenece al género Panthera.
Entonces, ¿cuáles son esos felinos negros que todos hemos visto alguna vez en nuestra vida y a los que llamamos panteras? Pues son leopardos o jaguares con una mutación. En ambas especies se da un fenómeno denominado melanismo, que consiste en un exceso de pigmentación oscura en las células de la piel. O sea, que esto se traduce en la aparición de ejemplares de color negro en estas especies. Si uno se fija en la imagen de los cachorros, se llegan a apreciar las marcas características de estos animales (leopardos y jaguares), solo que están ocultas por el color negro producido por la melanina.
En resumen, el término pantera haría referencia a la mutación de estas dos especies y, técnicamente está mal dicho, ya que deberíamos referirnos a ellos como jaguar melánico o leopardo melánico, dependiendo de la especie que sean.
Así que, ya sabes, cuando te muestren un felino negro y tengas ganas de decirle pantera, tenes que recordar que donde haya jaguares o leopardos, también pueden aparecer estos hermanos de color oscuro.
Taluego.
Fuente: http://www.que.es
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