Piensan que los terroristas fueron una reacción al totalitarismo de la dictadura militar y no como en realidad fue: todo lo contrario, el origen del conflicto.
Sostienen que el Estado en todo su poderío era el único violento y que no se libraba una guerra tal como aceptara el mismo Firmenich tardíamente. No, para ellos los militares cometían abusos violando los Derechos Humanos de manera indiscriminada, aplicando lo aprendido de los asesores franceses que habían operado en Argelia, en cursos pagados por el gobierno de Perón y dictados en la Escuela de las Américas de Panamá. Claro que, como nadie nunca les reclamó a los franceses por las desapariciones y torturas en Argelia, estos pibes intentan hacer sonar el escarmiento in-eternum en los ancianos militares que nos quedan. Ni hablemos de respetar los derechos humanos de la sociedad civil.
La realidad, tal como yo la entiendo, iguala lo malvado de ambos demonios. Montoneros, ERP y la FAR estaban subvencionados por el comunismo internacional con la idea de instalar un régimen como el de Castro en nuestro país. El experimento de Allende ya había fallado para cuando Argentina regresaba a la democracia y el mismísimo Perón prefirió tender a la derecha, aunque los jóvenes revoltosos que querían un experimento populista que le abriera las puertas a la gran URSS lo desafiaran constantemente. Esto en cualquier país se interpreta como traición a la Patria y un atentado hacia un pueblo que jamás había pretendido experimentar el comunismo. Ellos querían entrar por la ventana, sin usar la vía democrática. Y como usted sabrá, la traición a la Patria es un delito que al igual que la desaparición de personas, no prescribe.
Muchos años más tarde con el retorno a la democracia la buena gente de este bendito país pretendió reconstruir la República en un marco de justicia y un sano cambio de página que nos permitiera crecer en el concierto mundial. Pero lamentablemente llegaron quienes necesitaban legitimar su pobre entidad política bajo alguna bandera popular y allí estaban los DDHH esperando que alguien les quisiera pagar los gastos sin preguntar a cuantos habían matado en democracia.
Y como si ésto fuera poco a los del otro bando los juzgamos hasta cuatro veces.
Es que al no existir una ética de combate con uniformes incluidos, los civiles siempre quedábamos como carne de cañón en medio del fuego cruzado. El terrorista subversivo se sentaba a tu izquierda y te señalaba como objetivo mientras se hacía el inocente mirando para la derecha.
La cuestión es que en el período comprendido entre 1973 y 1976, durante el gobierno democrático de Perón/Perón, yo en lo personal, no podía sentirme tranquilo casi en ningún momento. No podía estar seguro de volver con vida cada vez que salia hacia la escuela o el trabajo. Ni de que una célula terrorista oculta en la fábrica de mi padre no volviera a amenazarme de muerte, o que el ERP no volvería a robarnos el auto a punta de ametralladora dejándolo más tarde abandonado pleno de bombas caza-bobos. Bombas como las que a cada rato explotaban en la ciudad en una escalada de violencia comenzada por las facciones montoneras que se verían complicadas con los ataques a los cuarteles del ejército en Formoza asesinando a pobres colimbas de consigna.
Algunos aseguran que los milicos llegaron cuando había un muerto cada 5 hs y una explosión cada 3 y otros mienten que no fueron recibidos con alegría.
En cambio desde 1976 hasta 1983, yo me encontraba dentro del circuito laboral y sin actividades comunistas que pudieran reclamarme. Mis ideas, mi barba tupida y el cabello largo hasta los hombros jamás me generaron el menor inconveniente con las fuerzas de seguridad, salvo el de mostrar mi documento de tanto en tanto en algún retén policial.
Es posible que la gente de trabajo nunca haya vivido un período de mayor seguridad en la calle que ese. Cuesta decirlo. Hasta las mujeres podían caminar solas de noche por la calle con total tranquilidad sin locos , degenerados o drogadictos que pudieran atacarlas. Todo lo contrario a la inseguridad a la que nos arrastrara el populismo narco de los últimos 12 años.
Pero, cómo decirlo sin ser atacado por una jauría de terroristas reciclados y jóvenes de cerebro lavado, dueños del poder y los medios?
Hubo que esperar un gobierno democrático como el actual.
Pero Argentina no es ni será jamás campo fértil para experimentos comunistas. Aún menos en la actualidad cuando el comunismo no es más que una referencia histórica en los libros. Es que su fracaso ya es tan evidente que aunque se haya tratado de reciclar en populismos como el de Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador o Argentina, nadie ha visto yates norteamericanos escapando hacia Cuba y los mismos defensores del modelo se niegan a ir a vivir allí.
Muy por el contrario, el régimen al que querían someter a la Argentina ha expulsado permanentemente a miles de balseros que preferían perecer en el mar a continuar sufriendo en un régimen que reparte pobreza equitativamente entre el pueblo, pero la riqueza sólo entre sus políticos. Cuba en 57 años de historia de revolución nos ha enseñado a multiplicar los pobres para repartir igualitariamente la miseria, dicen, nada más.
Porque no se puede tener memoria de algo que no se ha vivido, excepto que alguien nos lo haya contado, y para eso, necesitamos la historia completa.
Taluego.
"Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda [...] a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humanos."
Esta gente mató por ideologia unos y para apropiarse del poder otros, infinitamente soberbios para nunca reconocer que la violencia no era el camino.
ResponderEliminarNUNCA MAS TERRORISTAS, NUNCA MAS GOBIERNOS DICTATORIALES Y NUNCA MAS GOBIERNOS DEMOCRATICOS CORRUPTOS!!!!!!