Si usted está leyendo esto es muy probable que haya llegado engañado, vio una de las imágenes y sintió curiosidad o simplemente estaba tratando de obtener información sobre Franklin Delano Roosevelt y Google lo direccionó mal.
La verdad es que lejos del buen gusto y atraído por lo bizarro de la cuestión es que decidí finalmente hacerme eco de quien ha querido alcanzar la fama con un emprendimiendo muy poco apetecible y usual.
Aunque para algunos puede resultar una idea muy práctica si se quiere agasajar al peor enemigo con un dulce regalo.
Es que en Gran Bretaña, Magnus Irvin y Michael Ritzema han fundado una empresa denominada Edible Anuses en la que desde hace años elaboran bombones de chocolate con la forma de un ano estandarizado o del ano del cliente a partir de un molde que ellos mismos toman y reproducen.
Y ya que con un molde se pueden hacer varias cosas, también ofrecen la posibilidad de hacer una réplica de tu ano en vidrio o en bronce para llevarlo como un anillo o como un colgante…vaya uno a saber por qué...
Según dicen ellos en su página web: LOVE THE ANUS, se trata de una parte del cuerpo que, aseguran, vive en una especie de pseudoclandestinidad, que conviene aniquilar si nos consideramos personas transgresoras y comprometidas.
La verdad es que lejos del buen gusto y atraído por lo bizarro de la cuestión es que decidí finalmente hacerme eco de quien ha querido alcanzar la fama con un emprendimiendo muy poco apetecible y usual.
Aunque para algunos puede resultar una idea muy práctica si se quiere agasajar al peor enemigo con un dulce regalo.
Es que en Gran Bretaña, Magnus Irvin y Michael Ritzema han fundado una empresa denominada Edible Anuses en la que desde hace años elaboran bombones de chocolate con la forma de un ano estandarizado o del ano del cliente a partir de un molde que ellos mismos toman y reproducen.
Y ya que con un molde se pueden hacer varias cosas, también ofrecen la posibilidad de hacer una réplica de tu ano en vidrio o en bronce para llevarlo como un anillo o como un colgante…vaya uno a saber por qué...
Según dicen ellos en su página web: LOVE THE ANUS, se trata de una parte del cuerpo que, aseguran, vive en una especie de pseudoclandestinidad, que conviene aniquilar si nos consideramos personas transgresoras y comprometidas.
Según ellos podemos comprar cajas de sus bombones con la forma de esa parte del cuerpo y ponerlas en nuestra mesa de centro, con lo que estaremos normalizando su presencia en nuestras vidas, gritando al mundo que el ano existe y tiene una geografía que puede llegar incluso a ser arte.
Irvin teóricamente es un artista londinense que creó su primer bombón para una exposición, y el éxito de la criatura fue tal que le llevó a asociarse con Mr. Ritzema, con quien ha ampliado el imperio y ha creado toda una serie de merchandising con esa parte del cuerpo como leit motiv, desde unas flamantes camisetas que rezan "Anus" hasta anillos o tazas, todos ellos con sus correspondientes características perfectamente impresas.
Esta historia nos lleva a preguntarnos si el ano estándar, ese ano globalizado que tiene el honor de hallarse en el molde cuyas réplicas han recorrido medio mundo pertenece al inventor de la idea. La respuesta es no. Al parecer, Irvin, no pudo sacar el molde de su propio ano. Contrariado, parece ser que vivió una crisis creativa en el interior de un autobús, que le llevó a explicar sus vicisitudes al pasajero de al lado, un completo desconocido quien, no obstante, no dudó en prestar su colaboración a la causa.
Y es que aún hay gente buena en el mundo, concretamente un señor londinense que nunca hubiese imaginado antes de tomar ese autobús que su ano no sólo iba a protagonizar en forma de bombones las mesitas de centro de muchos hogares, sino que iba a contribuir a iniciar una campaña mundial para la dignificación de un orificio corporal a menudo eclipsado por otros que solemos considerar mucho más importantes. Y que su ano globalizado, ese ano mundial, iba a ser, aseguran sus creadores, el principio de la lucha contra los prejuicios sexuales y culturales que durante siglos han relegado al ano a un papel subsidiario en la sociedad.
Cabe destacar que los bombones se manufacturan íntegramente en Gran Bretaña con delicioso chocolate belga y que por cinco cajas de tres bombones cada una pagaremos algo menos de 30 €. Eso siempre que no te quieras comprar el ano de bronce, que cuesta algo más de 200 € o el de plata, por el que pagaremos más de 300 €.
Viendo las fotos, creo que alguna vez los he comprado en la confitería de la esquina.
Claro, si nadie te avisa...
Claro, si nadie te avisa...
Taluego
Fuente: http://www.cocinatis.com/
Fuente: http://www.cocinatis.com/
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