He venido a robar lo que quedó

A mi me pasa que cada día me siento más desubicado en el mundo real, principalmente con lo relacionado a la política. Creo que , sin pecar de soberbio, pertenezco a la generación que hacía honor a la cultura del trabajo, la honestidad y la cultura, cosas que en el mundo moderno parecieran que se han tomado unas buenas vacaciones dejándole el campo libre a la corrupción, la cultura del subsidio y el atropello populista donde la víctima es el victimario.

Claro que en el ámbito político mucho tiene que ver la inoperancia de las oposiciones que suelen hacer la vista gorda con la esperanza de llegar a ocupar esos lugares de poder y así usufructuar las mismas prerrogativas que podrían haber denunciado oportunamente o derogado. Nadie ha derogado hasta el momento las leyes de la Dictadura, simplemente porque les son de gran utilidad

Claro que uno "huele" lo ilegal sin que haga falta un título de abogado. Usted se da cuenta cuando algo no está bien o tiene pinta de delito, pero ¿qué puede hacer?. Casi nada.

Es por eso que votamos representantes y hay un poder judicial que debería ser independiente, simplemente para que obren como control de aquellos que se dedican a robar los dineros públicos para luego generar los juicios que los exoneren o la legislación que les permitan total impunidad.

Porque , aunque usted no lo crea, hay países en donde se prohibe que un presidente suceda el cargo con su propia esposa para generar una alternancia que con suerte solo la muerte puede superar.

Son miles los casos que usted puede poner como ejemplo. Todos nos damos cuenta, pero le doy un ejemplo para no tener que hablar de presidentes y vicepresidentes de manera directa.

Hace pocos días el fiscal federal Federico Delgado promovió una investigación penal para determinar si la Secretaría de Cultura, a cargo de Jorge Coscia, cometió algún delito en la contratación del músico Fito Páez por más de dos millones de pesos "para cinco espectáculos musicales en el marco de actos organizados por el Gobierno Nacional".

Claro, había que esperar una pelea entre el poder Judicial y el Ejecutivo para que al fin alguien pusiera atención sobre un tema más que evidente. La denuncia original fue formulada por el dirigente peronista Juan Mussa quien indica a una presunta "ilegal contratación directa por parte de la Secretaría de Cultura de la Nación de los servicios artísticos del cantante Fito Páez para cinco espectáculos musicales en el marco de actos organizados por el Gobierno Nacional, entre los cuales sobresale el brindado el 25 de mayo del año en curso".

Esas contrataciones implicaron "una suma cuyo monto -$ 2.200.000- excede el máximo establecido por la ley 19.549, de 50.000 pesos, y sin razones de urgencia objetivas, en perjuicio de los recursos públicos", añade el texto. ¿Me entiende? Yo sabía que había un tufillo a afano, pero no tengo los medios o el conocimiento necesario como para promover una acción legal invocando alguna ley nacional. Para eso están nuestros representantes, pero parece que en la era K, todos estaban mordiendo lo suficiente como para no abrir la boca.

El fiscal reconoció que: "Podríamos encontrarnos ante una hipótesis delictiva y sin perjuicio de que sería prematuro expedirnos en torno al significado jurídico de los hechos, requerimos formalmente la instrucción". En ese contexto, Delgado pidió al juez Ercolini que "se requieran todos los actos administrativos en que se basó la contratación, es decir el expediente administrativo completo". La respuesta del gobierno no podría haber sido más desfachatada: confirmó el viernes los pagos al músico rosarino por su show y señaló que Fito Páez les "hizo un recontra precio" al Gobierno porque el acuerdo, acotó, "incluye toda la contratación artística y los equipos".

Cada uno de los actos del gobierno Kirchnerista está manchado por hechos de corrupción y sin embargo hasta ahora todos los actuantes en el orden judicial hicieron la vista gorda porque al igual que la oposición recibían los beneficios de mantener la boca cerrada.

Ahora que las cosas no marchan como ellos esperaban comienzan las denuncias sobre hechos que todos olfateamos como turbios.

Seguimos escuchando a Lanata mientras los jueces se toman 15 (quince) días para organizar un allanamiento. Si hasta le dan tiempo al delincuente para que remodele su casa para ocultar lo que ya todos sabemos.

Necesitamos más fiscales que denuncien y más jueces independientes que atiendan estas denuncias. Eliminar a la AFIP como método de aprietes y depurar el Estado para eliminar a cualquier residuo de la corrupción K que quede ocupando un puesto.

Cuanto más control haya desde la oposición, menos delincuentes vaciarán al Estado, pero para eso los mecanismos de control deben estar en manos de opositores. 

De lo contrario seguirá siendo un Viva La Pepa.

Taluego.