Yo ha esta altura del partido he pasado por casi todas la situaciones que los manuales de las relaciones inter-género estudian y detallan. Hasta he leído el famoso libro de auto-ayuda "Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus", sin haber logrado evolucionar o entender ni un ápice sobre las habitantes de la estrella del alba y su particular manera de tratar a los habitantes del otro planeta.
Mi primer ruptura ocurrió durante el jardín de infantes allá por los 60. Tenía una novia compañerita rubia, para más datos, con cola de caballo y que si la memoria no me traiciona contaba con apellido polaco. La cuestión es que terminé con unas tijeritas de plástico, de esas que casi no tienen filo fabricadas justamente para el uso de los infantes, solo que enterradas en las fosas nasales de un servidor, quien es importante decirlo, no derramó ni usa sola lágrima pero sí litros y litros de hemoglobina. Según cuentan las maestras la sangre no paraba de emanar ante la risa incontenible de mi antaño querida novia. Al regresar a casa con las fosas nasales obturadas por sendos pedacitos de algodón, mi madre supo que mi relación con las mujeres sería de allí en más, cuanto menos, entretenida.
Ahora, si la relación no funcionaba y la ruptura del compromiso era el único camino posible, la cosa se ponía castaño oscuro, con el mismo pater sosteniendo una escopeta de doble caño y la cacha llenas de marcas a cuchillo, pues había mucho que explicar y pagar, además de varios requisitos que cumplir para desarmar lo hecho.
1) Los ex novios deben decidir de común acuerdo si se devuelven las cartas o las destruyen. “Constituye una grave falta de lealtad y delicadeza conservar una carta cuyo contenido ha dejado de corresponder a una situación real o a un sentimiento en vigor”.
2) “No hay nada de tan mal gusto como referirse en términos poco amables a la persona con quien muy poco tiempo atrás se pensaba fundar una nueva familia”. Además, según la autora, un caballero siempre deberá atribuirse la culpa de la ruptura.
3) En cuanto a los amigos o parientes: “No arriesgar críticas ni comentarios es en estas ocasiones lo más acertado y prudente, ya que no es raro que estas reyertas acaben en reconciliación y que los ex novios reanuden sus relaciones. Cuando así ocurre, el recuerdo de las palabras de censura o encono deja un sedimento de rencor y un resabio amargo”.
Usted comprenderá que si hablamos de Damas y Caballeros no nos estamos refiriendo a los carteles de los baños sino a personas de carne y hueso que antaño, a diferencia de la actualidad, observaban reglas de conducta social y cortesía muy diferentes. Por ejemplo en aquellos tiempos las señoritas no llamaban "Boludo" a su novio ni los caballeros llamaban "Loca de mierda" a su pareja.
Los tiempos han cambiado mucho en el siglo XXI.
Pero allá por los años 50, es decir una década antes de lo que marcábamos con anterioridad, las cosas no eran muy diferentes, según se vé en el “Libro de Etiqueta de Rosalinda” que corresponde justamente a aquella época. Allí Rosalinda nos cuenta que:
1) “Los novios se devuelven mutuamente cartas, retratos y regalos de valor. Los pequeños regalos de poco valor se conservan, pues sería ridículo hacer un enorme paquete de chucherías para devolverlas. Un caballero tiene especial cuidado en no conservar nada que pueda comprometer a la que fue su novia.”
2) “Siempre es mejor no explicar exactamente por qué razones se rompió el compromiso. Oficialmente siempre se dice que fue ella la que rompió las relaciones, aunque la verdad sea distinta. Para evitar a la joven situaciones difíciles la madre se encarga de informar directamente a sus relaciones más cercanas.”
Tal vez lo más llamativo es que anteriormente, allá por los comienzos del siglo XX, ningún manual de etiqueta y buenas costumbres consideraba en sus páginas la posibilidad de la ruptura de un compromiso y es por eso tal vez que por lo general había más de una familia; la oficial y la otra y miles de niños llamados "naturales" por no haber sido reconocidos por sus padres varones.
Que cosa.
ResponderEliminarYo tengo una sola ruptura en mi haber, y no me costò nada.
Es claro que no me importaba.
Un abrazo.
Don Gaucho. Usted sabe que yo lo banco y le creo todo lo que me diga ;)
EliminarUn abrazo
Que bueno.
ResponderEliminarSabe socio? me gusta cuando escribe desde la tranquilidad :-).
Este es un articulo tierno e intenso a la vez. Me encantó.
Un abrazo con jetlag
Doña Noah. Yo siempre escribo desde la intranquilidad y corrijo con mi autocensura ;)
EliminarLo que pasa es que usted me consiente un poco...mucho.
Gracias por su tiempo y para el Jetlag tome Melatol
Cariños
Que poco caballero. Lo del Exocet le quedó de la época de Malvinas o es militar?
ResponderEliminarSea más cariñoso y no habrá tijeras que esquivar.
Abrazo.
Don Primo Illuminati. Es un Exocet de amor no correspondido ;) Militar nada, no sé ni como es un arma, pero voy a seguir su consejo y voy a cambiar.
EliminarUn abrazo.