Luego de una ausencia de dos semanas que espero nadie haya notado, regreso con las pilas recargadas y mucho más amor hacia mi prójimo.
¿Que qué me pasó?.
Les cuento.
Como mi amada presidente recomendara prestar atención a la Argentina profunda, al NOA y al NEA yo me fui para el COA o Centro Oeste Argentino. Tenía planificado aprovechar uno de los camiones con más de 14.000 kilos de MPT o "milanesas para todos" que salía para allí, pero el envío del cargamento de madera terciada con huevo y aserrín se retrasó y debí realizar la travesía en mi OPinmóvil con rodados recién estrenados.
El rumbo de mi GPS me llevó a la Capital de la Soja y cuna de la Marcha de San Lorenzo como destino final. Si señor, si señora, me fui a investigar la génesis del yuyo que nos dá de comer a todos y el nombre del pago en cuestión. Así que apenas llegué elegí a la señorita más exuberante y bonita y le espeté la pregunta del millón: ¿Por qué se llama Venado Tuerto Venado Tuerto? ¿eh?
Supo mirarme con ese desprecio que vale mil palabras y responderme con la calidez que desbordan las nuevas féminas -Y yo que sé, boludo- Luego me enteré que era una turista porteña recién llegada y sin domar.
Esta particular zona que une a las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba en un cultivo casi monotemático también comparte una carácterística singular en el hablar: Opin se convierte en "el" OPin, Martita en "la" Martita, Chola en "la" Chola y en general todas estas aberraciones idiomáticas a uno se le prenden como ladilla.
Así que me fui a lo de mis parientes y encaré a la Chola, una tía de 95 años que tiene más lucidez que cualquiera de los que conozco además de un humor a prueba de balas y le pregunté lo mismo.
-Mire usted (porque la Chola no te tutea) que yo sepa el fundador del pueblo, el tal Casey, contaba que por los parajes del Hinojo solía pastar un venadito al que le faltaba un ojo que había perdido en un ataque de los indígenas. Desde entonces, cada vez que se aparecía en el fortín, era aviso seguro de la proximidad del malón, y así permitía a los soldados refugiarse y defenderse del ataque. En épocas de sequía, conducía a las tropas por buenos pastos y aguas lo que le valió el agradecimiento de aquellos hombres. Así que Casey, decidió que el pueblo que iba a fundar se llamaría Venado Tuerto-
Mi primo el Pirincho que tiene 71 y es el hijo de la Chola, me miró por arriba de los anteojos y me dio a entender que en realidad él tenía la posta de la historia, así que cuando teminé de matear con la Chola me fui para el jardín a preguntarle al Pirincho.
-Si, -me dijo- esa es la historia oficial que te cuentan en la escuela, pero en esta ciudad algunos sabemos la verdad. Resulta que estos parajes ya se conocían con ese nombre porque cerquita de una laguna que existía en el distrito de lo que hoy conocemos como Christophersen , vivía un hombre raro, en la mayor soledad y alejado tanto del blanco como del indígena lo que resultaba sospechoso; se ocultaba en los pajonales y se suponía que sus facultades mentales estaba alteradas, pirucho se diría, razón por la cual el indígena le tenía miedo. Se dice además que era tuerto y por el hecho de no tener la compañía de una mujer recibía el mote de "venado"; de allí que cuando hacían referencia al sitio, se lo reconocía como paraje del "venado tuerto".
El Jorge que estaba detrás mirando soltó una risita y le pregunto al Pirincho de donde salía que Venado era un tipo sin minita, a lo que el Pirincho le respondió que en idioma indio era lo mismo. Ya se estaba por desatar un duelo entre estos dos exponentes de los mejores asados de la zona cuando el Jorge me dice, -Escuchá hermano, que yo tengo la justa. La cosa tiene que ver con "aparecidos", cosa re-común en el ámbito rural, y cuenta que cuando un cuatrero llegó para quedarse en estos parajes solitarios y andaba cabalgando al caer la tarde, junto a un cañadón, de pronto de entre las matas de juncos, le salió la figura de un venado que arrojaba fuego por su único ojo asustando al caballo que salió a la carrera y no paró hasta llegar al poblado. Cuando se supo de lo acontecido, empezó a tenérsele respeto a esta visión ya que los parroquianos, supersticiosos como el que más, creían ver en ella el espíritu del venado tuerto protegiendo el lugar.
-¿De dónde sacaste semejante bolazo?- Se escuchó desde adentro de la casa. -No sé como pueden creer semejantes historias- Dijo el Sergio que es entendido en estas cosas y le tiene declarada la guerra a las computadoras, Internet, Facebook y Twitter. -Cualquiera que haya leído un poco sabría que este topónimo, se lo debemos a los indios de la pampa… Los araucanos llamaban a estos campos como Traumá Trüli (Traumá: Tuerto, Trüli: Venado"), tomando el nombre de una laguna en las cercanías de la que ahora es la localidad de Christophersen. Se puede confirmar por referencias, así que es verdad.
La primer cita documentada, según Roberto Landaburu en su libro Irlandeses, data de 1837, cuando un indio atrapado en las cercanías de Los Desmochados, cuenta que la "indiada" al mando de Painé se encontraba en las cercanías de "Tuerto Benado", ignorando si este término correspondía a la traducción de lenguas indias. Por primera vez aparece marcado en un mapa en la Carta de las Pampas del Sud, en 1872, indicando una laguna con el nombre indígena de Trommá Trolí, con traducción debajo: Venado Tuerto. ¿Entienden?
Después, en 1879, Federico Barbará en su Manual de Lengua Pampa, en el apartado de nombres indígenas aplicados a ríos y lagunas,escribió que la Laguna Traumá Trüli significa Venado Tuerto. ¿Ta claro?
Se hizo un silencio largo de pura admiración hasta que despacito se escucharon varios-Mirá vos-, -¿Así que de ahí venía?- Y yo que vivo acá no sabía nada, Que cosa che!!-
El lechón estaba casi listo, así que nos fuimos a comer unas empanadas fritas cortadas a cuchillo antes que salieran los chorizos y las morcillas. Esperamos el asado y el pollo mientras las patronas servían las ensaladas y llenábamos las copas del mejor vino tinto. Al postre flan casero y una rica torta volcada de ananá y café recién molido.
La verdad que no me dieron ganas de regresar a la capital. Con varios matambritos tiernizados y los asados del Pirincho, del Jorge y del Sergio mi peso específico aumento más de lo debido y ya era el escarnio de los múltiples y queridos parientes de aquellos pagos. Hasta el más chiquito me tomaba el pelo al grito de -¿Y vos no ibas a venir con las Milanesas para Todos?
Y, si, a mi me conquistan por el estómago...
Taluego.
Un agradecimiento a la linda gente de Venado Tuerto que tan bien me ha tratado.
Don Jorge, Don Gaucho. Sus comentarios y mis respuestas fueron borradas durante el problema surgido en Blogger. No vayan a creer que es censura ;)
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