Nuestro planeta en terapia intensiva

La Tectónica de placas y su dinámica son un claro síntoma de que nos encontramos montados sobre un organismo vivo, y lo que es más, en constante desarrollo. 

Nuestra querida madre Tierra, tan maltratada como cualquier madre, mediante constantes erupciones volcánicas nos provee de suelo adicional en este planeta cubierto de agua mal llamado Tierra.
Mas tarde, terremotos, subducciones y elevamientos de la corteza modificarán su estructura exterior según las fuerzas que se desaten en cada momento.

Así, todos los movimientos como las mareas, los vientos, la erosión, las lluvias, conforman la dinámica vital que mantiene sobre su superficie a todos los organismos vivos y especialmente a esos pequeños virus destructivos llamados seres humanos, que gozan alterando su entorno como una enfermedad terminal que aquejase al planeta.

Pero el equilibrio que nos mantiene aquí es muy delicado y es posible que ya se estén generando anticuerpos.

Veamos hacia arriba.

Por ejemplo, cuando yo estudiaba el secundario hacía un viaje de 15 Kmts desde Banfield (mi amada tierra natal) hasta la Capital federal. Haga usted una relación similar con distancias que conozca o recorra diariamente tratando de que se trate de una medida de entre 10 y 15 Kmts.

¿Ya la tiene?

Bueno, ahora póngala en vertical, si, hacia el cielo. 

Si hace ese recorrido de todos los días en forma vertical saldrá de nuestra Tropósfera, esa porción de la Atmósfera que contiene las proporciones gaseosas apropiadas para la vida. 

Por encima de ella el aire será mucho más delgado de lo que es viable para la vida. Note que significaría  estar sólo a dos mil metros por encima de la cumbre del monte Everest. 

Entre los 10 kmts y los 80 encontrará temperaturas más altas y falta de oxigeno, pero una propiedad filtrante de los gases restantes que nos protege de los rayos provenientes del exterior del planeta y que nos resultarían letales ( ¿se acuerda del Ozono y el efecto invernadero?). 

Por encima de ella la Ionosfera llega hasta los 1000 Kmts y resulta esencial para la destrucción por fricción de los meteoritos que intenten llegar.

Si usted modifica cualquiera de éstos  parámetros que trabajan en conjunto a nuestro favor el resultado es la inviabilidad de la vida en el planeta.

El hombre sabe del peligro que corre y lo viene visualizando en diferentes obras artísticas a la espera que algún día la pesadilla se convierta en realidad al estilo de una profesía. Ya casi no clasifican como obras de Ciencia Ficción sino que forman un conjunto diferenciado con fundamentos científicos que podemos enmarcar bajo el título de Relatos Post-Apocalípticos.

Hace unos días vi una película un tanto vieja (2009) llamada The Road inspirada en el libro homónimo  ganador del Premio Pulitzer y escrito por Cormac McCarthy quien también escribiera "No es país para viejos" relato llevado al cine por los hermanos Cohen. 

La peli relata las peripecias de un padre y su hijo luego de varios años de haber ocurrido un cataclismo natural que mediante terremotos y erupciones descontroladas eliminó toda la flora y fauna en una secuencia que comienza por oscurecer los cielos con cenizas, los animales herbívoros desapareciendo por falta de alimento y los carnívoros por falta de los mismos y por los priones generados por comerse entre ellos mismos.

Una cadena de eventos muy posible y que nos deja como única especie "abrelatas", caníbal y solitaria, habitando un planeta aparentemente muerto.

Ahora si miramos hacia abajo hoy vemos que a partir de una medida de tiempo infima para los parámetros de un planeta se han sucedido una serie de erupciones y terremotos sobre la Placa del Pacífico o Cinturón de fuego del Pacífico que indica que la Tierra pasa por uno de sus tantos períodos de cambio.

Vuelvo entonces al tema de la tectónica de placas que no es otra cosa que una teoría geológica que explica como la Litosfera (parte externa más fría y rígida de la Tierra) se desplaza deslizándose sobre el Manto terrestre fluido originando naturalmente, erupciones, terremotos y tsunamis.

Todo ese movimiento es parte del "respirar" del planeta, es casi como "estirarse" cuando uno se levanta por la mañana o pegar el estirón en nuestra etapa de crecimiento, y aunque no estoy en contra de la investigación científica, siento una desconfianza manifiesta al enterarme que se planea un estudio sobre la corteza terrestre a desarrollarse en los próximos meses. 

No sé, después del engaño sobre la seguridad de las centrales nucleares, que ahora me digan que es seguro perforar la corteza hasta alcanzar el Manto (fluído) y que esto no afectará ningún comportamiento de nuestro único hogar, por lo menos me produce una gran preocupación.

En la foto superior pueden observar al buque Chikyu (si, son japoneses los encargados de la obra) que se encuentra preparado sobre una de las más profundas fosas oceánicas (7 kmts de profundidad) para comenzar la perforación con parte del recorrido ya ganado.
Suponen que a lo sumo deberán perforar otros 7 kmts para superar la Litosfera y alcanzar el Manto.

Si pincha en esta imagen podrá ver en un tamaño más apropiado cual sería el mecanismo de la futura "hazaña".

No, no es que piense que la Tierra se pinchará como un globo y terminaremos flotando en el espacio. Pero me preocupa que sea el inicio de una serie de decisiones científicas que yo igualaría a la tomada cuando hicieron  explotar bombas nucleares en el subsuelo terrestre.

No confío en quienes toman las decisiones por todos.

Usted dirá que estoy en contra de la búsqueda del saber y que mi posición es más cercana a la de la Inquisición o el Oscurantismo que a la de la búsqueda del conocimiento, pero le aseguro que no y que hay otro grupo de científicos que insiste en obtener la misma información por métodos alternativos, es decir, sin alterar ningún parámetro importante del planeta.

Mi temor pasa porque lo que hoy es una pequeña perforación , mañana puede convertirse en una carrera por explotar las propiedades del manto para generar energía, o sepultar residuos atómicos, o hacer cualquier barbaridad que se les cruce por la cabeza en nombre de la ciencia.

Yo soy de los que piensa que hay que soportar estoicamente todos los desastres naturales. No importa la cantidad de víctimas, es un hecho natural, consecuencia de vivir sobre un organismo vivo. Pero cuando el desastre viene de la mano del hombre, ya no se lo puede llamar natural.

Y el ser humano es básicamente incompatible con la vida.

Taluego.