La política de nuestros políticos

Nosotros, simples mortales, estamos ocupados con la relevante tarea de sobrevivir cada día y al mismo tiempo crear las situaciones requeridas para poder darnos algún pequeño gusto antes de pisar el cajón, desde el insigne día en que escuchamos que por una obvia razón las mortajas no tienen bolsillos.

Tal vez por el mismo motivo, según cifras de fuentes confiables, al 70% de los argentinos no le interesa la política y asumo a riesgo de no equivocarme si digo que el 30% restante se encuentra conformado por nuestra matrícula de abogados, economistas y agentes inmobiliarios.

¿Por qué será ésto?

Quienes saben definen como Política a la actividad humana que tiende a gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad, cosa que para mí sería muy válida si fuera la única definición, se tratara de poblaciones no mayores a los 10.000 individuos donde todos se conocen y además todos fuéramos considerados parte de esa mencionada sociedad. Pero otros que también saben mucho nos dicen que es el proceso orientado ideológicamente hacia la toma de decisiones para la obtención de los objetivos de un grupo. Remarco aquí el vocablo GRUPO pues creo que por allí andaremos el camino para dilucidar la apatía generalizada de la población.

¿Estamos todos incluidos en el grupo? Me huele a que la respuesta muy probablemente sea NO.

Al votar ¿el pueblo sabe exactamente o tiene en cuenta a que grupo societario protegerá tal o cual candidato o en su desinterés generalizado dará su voto a quién tenga el eslogan partidario más pegadizo o cercano a sus ilusiones? (Ajah !! te veo venir OPin)

Cualquiera se el caso la historia nos remite a la recurrente falta de cumplimiento de todas las promesas pre-electorales y a la ausencia de una legislación que las condene, así que podemos sumarle al desinterés una buena dosis de descreimiento.

Pero seamos parte o no del grupo defendido por la política de un determinado partido, las definiciones del término "Política" nos llevan de paseo por terrenos pantanosos donde las concepciones éticas entre un gobierno y otro se encuentran tan alejadas entre sí que producen en la población mareo y nauseas cercanas al vómito cada vez que escuchan la bendita palabra que comienza con "P".

Para Carl Schmitt  la política es un juego o dialéctica amigo-enemigo, que tiene en la guerra su máxima expresión.
Tal vez ésta definición sea la más apropiada para ejemplificar las políticas llevadas adelante en los últimos años en Argentina, donde se busca la confrontación constante aumentando el nivel de conflicto hasta hacerlo inmanejable, en un  intento kamikase (con dos K ) de dar fin al tema por agotamiento de la otra parte.

Otros como Maurice Duverger, la interpretan como la lucha o combate de individuos y grupos para conquistar el poder que los vencedores usaran en su provecho

Una posición intermedia entre éstas definiciones diría que es lícito en política utilizar los medios que sean necesarios para obtener un fin, autorizando incluso el uso de la violencia para alcanzar un bien de interés general o común, dando por entendido que la política es la actividad de quienes procuran obtener el poder, retenerlo o ejercitarlo con vistas a un fin que se vincula al bien o con el interés de la generalidad o pueblo.
¡¡Que peligroso resulta quedarse afuera !!

Y para colmo entramos en campaña...
Un chiste muestra al candidato en campaña subido a su atril dirigiéndose al pueblo con promesas de salud gratuita para todos, alimento gratuito para todos, educación gratuita para todos, subsidios para todos, trabajo para todos...hasta que alguien del público le grita al orador !! Eh, guarda. ¿Nosotros para qué queremos trabajar?¡¡
Esa es la actitud promedio del votante oficialista en la actualidad.

La acción política según como hoy se la concibe en Argentina, debe orientarse a un grupo societario en especial y capturarlo mediante dinero o un discurso corto y sencillo con la mayor llegada posible.
Entra en juego el marketing político como una nueva ciencia con un conjunto de técnicas de investigación, planificación, gerenciamiento y comunicación que se utilizan posteriormente en el diseño y ejecución de acciones estratégicas y tácticas a lo largo de toda la campaña política, sea ésta electoral o de difusión institucional.
Hoy en día el Marketing Político presenta dos características adicionales a las históricamente conocidas: la mediatización y la videopolítica. Y ambas agotan la paciencia del votante un poco más.

Cada partido elabora un mensaje, ya no con un plan de gobieno que el 70% de la población ni siquiera leerá, sino mediante un spot publicitario que seduzca a sus posibles votantes, tocando sus fibras más fáciles de comprar.

Basan sus estrategias en que una de las consecuencias no deseadas de la globalización y la libertad de medios es la abundante información basura que circula y que constantemente genera escándalo llenando minutos y líneas de información que no aportan ningún dato sobre las pautas que seguirá el futuro gobierno ahorrándoles, de este modo,  el trabajo de tenerlas que elaborar.
Estar presente en los medios aunque no se tenga nada que presentar se asemeja mucho a la presidenta inaugurando cada dos minutos obras intracendentales o prometiendo acciones de gobierno que a los dos minutos de abandonado el atril y apagadas las cámaras olvidará.

Pero la gente recibe con agrado todo aquello que pueda digerir con facilidad o le evite la necesidad de pensar en política. Hasta las mentiras.
Sea sincero, usted que llegó a leer este texto hasta acá, masoquista o santo, seguramente le ha costado su buen trabajo sólo porque se trata de política y no tanto por estar tan mal redactado.
Yo por eso solo planteo superficialmente lo que interpreto, acepto mi propia falta de preparación e interés en el tema. Digamos que soy parte de ese 70% aunque lucho por interesarme.
Hoy desde mi posición de ciudadano raso, huelo las tácticas partidarias que intentan seducir a los indecisos y veo a vuelo de pájarón las siguientes estrategias básicas.

Los amigos radicales intentarán seducir con su histórica aptitud para el discurso grandilocuente y exaltación de los valores morales y democráticos, aunque les falte el poder para construirlos y sostenerlos, orientándose a capturar a los indecisos de clase media mayores de 40 años.

El justicialismo y el PRO (a mi criterio la derecha Justicialista) lo harán defendiendo los intereses de los industriales que quedan y el campo, prometiendo generar, tal vez algo más de empleo. Sabemos por experiencias pasadas que harán la vista gorda ante un posible vaciamiento del país por parte de los popes de la banca. El discurso como siempre se orientará a la creación de empleo, seguridad y demás banderas con mucho uso y ninguna lavada, que son tan del agrado de la clase trabajadora mayor de 45 años.

La Coalición Cívica intentará demostrar que ya no es más autofagocitada por la vanidad de sus dirigentes negados a toda vocación de gobernar pero si para ser fiscales de quién en definitiva ejerza el poder. Aquí el discurso funciona sobre jóvenes profesionales de no más de 30 años con buen pasar económico y ganas de ver al FPV totalmente humillado y derrotado.

El GEN probablemente llegue tarde con sus promesas éticas como para poder dar algún mensaje, aunque intentará formar un frente sin condicionamientos orientado a los mismos jóvenes que dejaron a Lilita por considerarla tan solo una diva mediática.

Proyecto Sur seguirá diferenciándose por la construcción de una diversidad de izquierdas muy difícil de manejar y logrará posiciones entre los indecisos en base a las promesas de recuperación de aquello que el propio Justicialismo remató (regaló) oportunamente y que una vez recuperado tal vez sea nuevamente  dilapidado por un próximo gobierno de la misma bandería política (Justicialista).

El FPV mal que nos pese tiene una intención de voto muy alta.
¿Cómo puede ser?
¿Somos todos descerebrados?
No.
Si bien el primer gobierno K fue un esfuerzo multisectorial y multipartidario entre todos los sectores que querían recuperar a la Argentina y funcionó muy bien, la traición a estos pactos en el segundo gobierno K los ha dejado un poco solos e intentando capturar a la juventud menor de 30 a la que durante su reciente escolaridad le han podido lavar la cabeza con historias y valores reinventados.
Al resto ya los tienen capturados al mejor estilo de los caudillos feudales de nuestra "Argentina Profunda" mediante un trabajo estatal o planes de asistencia social que por supuesto se niegan a perder votando a conciencia.

Así, el marketing político ha definido que para seducir a esa juventud adolescente e indecisa menor a los 30 años, quién fuera ministro de educación y actual senador por el FPV Daniel Filmus, encare la campaña embanderado en la idea de que la esencia del Frente Para la Victoria se basa en la Transgresión (sinónimos: infracción, vulneración, quebrantamiento, violación) y el Desafío (sinónimos: Retar, provocar a singular combate, batalla o pelea) . Ambos vocablos que retratan dos de las actitudes sociales más cuestionables en los adolescentes y que suelen ser premiadas por las políticas de Estado del presente gobierno siendo Anibal F su mayor exponente.

Todos los asesores de imagen y analistas de campaña se esfuerzan día a día en la elaboración de los discursos para capturar a esa masa reticente a mesclarse en política. Como siempre, la velocidad de la vida actual y la falta de tiempo para analizar una idea obliga a que éstos sean mensajes cortos  y consisos, decorados con promesas y bellas imágenes de redención obrera, aunque se piense seguir fluctuando entre las definiciones más violentas de la Política, siempre defendiendo a sangre y fuego el poder que les permite beneficiar a unos pocos en desmedro del resto de nosotros.

Votemos a conciencia porque las mortajas no tienen bolsillos y algunos políticos se dan cuenta demasiado tarde.

Taluego.