El negocio de hacerse la víctima

Asoma últimamente la idea aviesa e interesada de que aquel que ha sido perseguido por las dictaduras es lo más parecido a un prócer. Que aunque desafine es el mejor cantante porque fue perseguido y sufrió el exilio. Que sus libros deben ser leídos en las escuelas porque fue censurado por las dictaduras y debió cobijarse en un país lejano bajo la tutela de algún escritor que sobrevivió a un tirano. Que es un gran actor pues fue amenazado y se debió ir, y allí donde fue les gustó como trabajaba.

Suman la fatal idea de que el haber perdido un hijo o un nieto a manos de aquellos otros asesinos, los ha convertido en mártires sin estatua a los que les debemos agradecer aunque hayan sido tan nefastos que no solo no pudieron introducir sus doctrinas sino que nos sumergieron en la peor etapa de nuestra historia.

Y poco a poco han vertido su veneno en las escuelas y han adoctrinado a los niños, a tal extremo que ahora, jóvenes que no han vivido aquella época, adoran a León Gieco, Victor Heredia, a Feinmann (José Pablo), a Federico Lupi, las Madres, las Abuelas e Hijos, no por sus obras o capacidades sino porque se fotografían al lado de los líderes de la nueva izquierda liberal comunista capitalista de extrema derecha.

Los chicos repiten fracesitas cursis sobre Los Derechos Humanos y ni siquiera saben quien es Pérez Esquivel. ni les molesta que lo censuren cuando concurre a algún acto o quiere tomar un micrófono para defenestrar al gobierno en algún canal estatal. Atacan de buena fe a cualquiera que exprese sus dudas sobre la probidad de un gobierno que miente su compenetración sobre el ideario humanista, para esconder un latrocinio mayúsculo a los recursos del país que los engañados por la propaganda se niegan a ver.

La evolución a hacer política con un límite de 140 caracteres ha simplificado todo para quienes prefieren que les digan lo que deben pensar y como deben opinar en cada momento, así como para quienes desean regar su doctrina sin necesidad de fundamentarla con algún argumento.

La vida para ellos es  negro o blanco ya que no les alcanzan los caracteres para expresar la diversidad y es así como se condena a algunos de los malos (aunque hayan sido votados en democracia por la población en su mayoría para que accedan a altos cargos públicos) mientras los otros malvados, los del otro bando pero que están cortados por la misma tijera, gozan con los indultos y las leyes de perdón que "el " y no "la" Cámpora les regaló con anterioridad.

Es necesario que nuestros jóvenes abran los ojos y se den cuenta que la victimización es un instrumento útil para mantenerse en el candelero y que es la herramienta más utilizada por los artistas y "pensadores" afines al actual gobierno. Y ojo que no defiendo a los otros. Solo pido que aquellos jóvenes que no han vivido aquella época y se guían por el bombardeo oficialista sin cuestionarlo, usen su capacidad infinita para imaginar e imaginen que los están manipulando y les están mintiendo desde la escuela primaria, así tal vez se den cuenta que más que una mise-en-scène de sus subconscientes,  lo que viven es una triste realidad con ausencia voluntaria del propio libre albedrío y discernimiento.
Que piensen y analicen la información de varias fuentes y rechacen las consignas recitadas y grandilocuentes con las que los apabullan desde los medios y que solo intentan acallar las voces disidentes o que parecen expresar una idea diferente a la del poder. Que forjen su propio criterio y lo defiendan a toda costa.

Que recuerden que ningún intelectual puede estar a favor del gobierno de turno, aunque alguna vez haya sido censurado o perseguido, pues su función es la de ejercer una oposición constructiva siempre. La del librepensador. Marcando los defectos y sugiriendo soluciones, pero nunca aplaudiendo cualquier posición discursiva como si fuera un esbirro consuetudinario, feliz por sacarse una foto junto al primer mandatario rodeado de las victimas redimidas que aplican la justicia divina del poder sobre los demás. 

Tal vez descubran que nadie es "per se" un buen gobernante, médico, artista o intelectual por haber sido perseguido por un gobierno de facto. Pero que esta actitud de victimas perpetuas les ha sido de mucha ayuda, principalmente económica, que pareciera nunca dejaremos de pagar.

Quienes nos gobiernan intentaron también una vez ponerse en esa situación, la del perseguido, y les salió el tiro por el lado opuesto del arma. No solo porque nunca habían sido perseguidos, sino porque habían colaborado con las autoridades militares mientras se hacían fanáticos defensores de la circular 1050. De allí que siempre traten de comprar el afecto y la devoción de quienes efectivamente fueron victimas de persecuciones por algún ideal, fuera éste acertado o no. Y hay que aceptar que esta actitud paga muy bien, pues solo se debe ver el flujo de dinero de organizaciones como Madres y Abuelas en los últimos años para detectar el negocio. Lo malo es que tal vez ésta sea la razón principal por la que han perdido todo el apoyo de quienes siempre las apoyamos y protegimos, pues cuando lograron el poder del estado y del dinero, traicionaron sus ideales degenerándose en organizaciones autoritarias y capitalistas.

Un país sano evoluciona, reacciona ante un delito realizando un juicio, determinando un castigo, haciéndolo cumplir, aprendiendo la lección para que no se repita y luego, finalmente, seguir adelante sin mirar nunca para atrás.

En un país enfermo como el nuestro, se pasa de ser victimario a victima, se goza de indultos y revocatorias de los mismos, se juzga , se condena, se indulta y se vuelve a juzgar. Se reescribe la historia, se abren heridas cerradas y se les hecha sal. Un circulo vicioso que solo beneficia a quienes necesitan un embanderamiento en alguna causa "justa" e interminable para encubrir sus básicas y medulares actividades fuera de la ley. O al menos al filo de la misma, ya que ellos son quienes la reescriben a su antojo.
Y se autoproclaman justos.

Me he prometido que cada vez que lea o escuche a un adolescente repetir sin comprender el discurso fatuo sobre los derechos humanos que solo valen para quienes están con el gobierno o ejercen otro tipo de delincuencia en desmedro del ciudadano trabajador y apegado a la ley, le haré saber mi desagrado para alertarlo de su equivocación de una forma simple y clara para que me entienda.

Tal vez le diga una frase descriptiva y contundente, twitteable con facilidad en 140 caracteres y que en Facebook podría sumar tantos amigos como "Golpear a una monja con la Biblia y gritar ¿Dónde está tu Dios ahora?"
Porque ese es el nivel intelectual que esta nueva Argentina les ha legado.

Taluego.