jueves, 10 de febrero de 2011

De médicos y televisores

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Cuando este pescado era un pibe, es decir en el siglo pasado (y no es broma), ser doctor equivalía a ser DOCTOR. Si, con mayúsculas. Tal vez como resultado de que el acceso a la educación universitaria había sido un tema vedado para la gran mayoría y los médicos que ejercían esa profesión eran por lo general  hijos de familias pudientes o , más recientemente, jóvenes que egresaban de una universidad estrenando los títulos profesionales obtenidos por los hijos de familias obreras .
Como sea, mientras Favaloro recorría el sur haciendo honor a su juramento, uno dependía del médico de barrio o de la salita de primeros auxilios de la zona, casi siempre sostenida por las cooperativas barriales y con escasas herramientas como para atender a todo el mundo.
El médico de barrio ya era una institución paga disponible las 24 horas, sostenida además por el respeto y el cariño que da el tiempo y el conocimiento humano y familiar, ya que el doctor era fuente de todo consejo y sabiduría; parte de la propia familia y reconocido como autoridad sin chistar.
El mío, y note el posesivo,  se llamaba Gatta. El Dr. Gatta. Hombre luchador que me atendió desde recién nacido hasta mis 21 años y sabía cada una de mis dolencias presentes y pasadas. Un tipo que se acercaba siempre a sanar al vecino sin importar la hora o el clima reinante y que recibió como retribusión que uno de nosostros, aquellos purretes que él cuidó oportunamente, le salvara la vida muchos años después en una vuelta del destino. 
Es que Enrique Morgan, el amigo con el que  yo jugaba a las figuritas reemplazadas por sapitos luego de aquellas lluvias de los mismos que nos sorprendían cada dos por tres, ya recibido de médico, ejercía en el mismo servicio que el Dr.Gatta, justo en el lugar donde lo tomó por sorpresa un ataque cardíaco que Enrique supo hacerle superar. 
La vida tiene esas vueltas lindas de tanto en tanto. 
Devoluciones del destino.
Pero me estoy yendo de tema como siempre. Le contaba que todo aquello que tenía que ver con el Doctor tenía incluso su liturgia previa. Recuerdo que en casa había un juego de sábanas "para cuando venga el doctor" o una bombacha, calzoncillo, piyama o camisón de uso exclusivo "para cuando venga el doctor".La silla que iría junto a la cama para que se siente y una toalla limpia y jabón para que se lave las manos. Luego de contarle cuales eran nuestras cuitas, se le ofrecía un cafecito o algo fresco para que la estadía se le hiciera mucho más agradable.Se lo acompañaba a la puerta y luego de abonar la consulta se lo despedía con toda amabilidad. Nuestra vida siempre estaría en sus manos.
Por entonces en la tele veíamos al Doctor Kildare o a Ben Keisy permanentemente limpios, serios y preocupados, pero que siempre, siempre terminaban el capítulo curando a todo el mundo. Luego Quinci nos contó que había médicos forenses que nunca se ensuciaban ni abrían cadáveres en cámara pero que eran los mejores policías. El típico mundo de los años 50´y 60´donde se pretendía cuidar la psiquis de las personas evitándoles el disgusto de presenciar las partes ríspidas de la cruel realidad. 
Una censura "sana" si se me permite.
La ventaja era que como en la Fe, el sentir que alguien tiene la verdad y el conocimiento absoluto es impagable. Aquella tranquilidad con la que nuestros padres y abuelos se entregaban en manos de los galenos será una de las tantas cosas que comenzaremos a extrañar apenas tengamos que recurrir a los nuevos egresados. 
Y es que los medios ahora tampoco ayudan.
Hoy la crudeza de las intervenciones médicas aparecen no solo en ER una serie que contaba con asesoramiento serio y que la mayoría de las veces mostraba tan solo la realidad de una Sala de Emergencias del primer mundo, sino en divagues fantasiosos cercanos a la locura y sin asesoramiento científico válido, de médicos con patologías severas como Dr. House que no hacen otra cosa más que fomentar el miedo a poder caer en manos de alguien similar. Los forenses serán señoras muy almidonadas que con su sierra eléctrica no paran de cortar y cortar mientras hablan a cámara, o programas que filman la realidad de una guardia en un hospital del tercer mundo mientras Pergolini cuenta billetes tras de cámaras..
Las señoras las devoran con fruición. No se pierden ni un capítulo. Hasta que algún día les toca ser pacientes a ellas mismas y se terminó la diversión. Allí ya no quieren saber nada más de esa "realidad" que antes las entretenía.
Tal vez se salva alguna serie inglesa del estilo de Doc Martin que nos revive la integración del médico en una pequeña comunidad donde todos se conocen, pero estos casos, por ser los mejores, son los menos.
La realidad es que, a diferencia de la imagen del pasado,  los médicos de hoy en día son constantemente maltratados, no solo por los pacientes violentos a quienes deben tratar como si fueran normales, o por los nuevos ricos post-Menem que disfrutan haciéndolos entrar por la puerta de servicio, con descortesía y pretendiendo saber más de cualquier tratamiento tan solo por haber visto "algo" en el Discovery Channel, sino por el mismo sistema de salud. 
Un médico no puede ni debe desactualizarce, así que deberá pagar de su  propio bolsillo y sacar tiempo para todo curso que amerite su atención. Deberá trabajar en el circuito de hospitales públicos además de en el área particular. Deberá, hacer malabarismos entre tanto trabajo suelto para juntar aquello que se merece simplemente por haber elegido una profesión tan particular. 
Hoy se les paga miserias, la gente duda de ellos, los abogados esperan cualquier tragedia para entregar sus tarjetas personales y recomendar alguna acción legal para sacarles el poco dinero que les queda.
Ciertamente un trato poco apropiado para con quienes curan nuestras enfermedades, sanan nuestras heridas, nos evitan el dolor e intentan proveernos una larga sobrevida para que cuando llegue el final tengamos una muerte digna.

Comparandolos con los profesionales de otras latitudes mi conclusión es clara: 

Cuando algo abunda pierde todas sus prerrogativas

Muchos países manejan el sistema de la siguiente manera: 
  • Todos los aspirantes a estudiar Medicina rinden examen. 
  • Se calcula CUANTOS médicos serán necesarios dentro de seis años (tiempo promedio de cursada).
  • Se asigna la puntuación necesaria para el ingreso de acuerdo a la cantidad de postulantes que la hayan obtenido.
Es decir:
  1. Todo el mundo puede aplicar al ingreso. Por ejemplo 20.000 personas.
  2. Se sabe que dentro de seis años se jubilan 6.000 médicos y se amplían otras vacantes. Total 8.000 medicos serán necesarios en esa época.
  3. Se sabe que en el examen 9.000 postulantes sacaron 9 de puntaje, 7.000 postulantes sacaron 8 de puntaje y 2.000 postulantes sacaron 7 de puntaje y el resto ya no importa.
  4. Se define como nota de ingreso el puntaje 9 a sabiendas que en cuarto año se filtrará  el remanente  mediante alguna materia del estilo de Farmacología.
Si algún postulante con vocación no pudo entrar en esta selección, siempre puede intentarlo nuevamente el próximo año. Allí radica la faz democrática en un método serio de selección en una universidad estatal..

Es decir nos aseguramos que en seis años tendremos los 8.000 médicos que el circuito necesita y que ninguno se quedará sin trabajo o se verá obligado a tomar trabajos cercanos a la explotación como los que manejan las grandes corporaciones prepagas (La idea es válida para cualquier otra carrera útil a la sociedad)

Lamentablemente la explosión de universidades pagas ha hecho que entre en juego el número de egresados de ellas también, razón por la cual, este cupo debería ser regulado por el Estado asegurando la igualdad de oportunidades en todo el circuito terciario.

¿Cuando hablo de la explotación por el exceso de profesionales, a qué me refiero? 
Cuando un médico debe cumplir con un "cupo" de pacientes por hora no está haciendo medicina, se ha convertido en un títere de la obra social. Está siendo explotado y es judicialmente responsable por ese accionar. La mayoría de esas obras sociales le impone a los médicos que atiendan en menos de diez o quince minutos a cada paciente para que el flujo de dinero se mantenga acorde a sus espectativas. 
Y el médico no puede hacer nada más que cumplir o morirse de hambre.
Esto se debe a que existe una sobrepoblación de profesionales por diversas medidas demagogas puestas en funcionamiento por gobiernos y funcionarios que no saben lo que significa planificar.
La democratización de la enseñanza y el libre acceso a la educación no significan dar herramientas corporativistas a los poderosos de siempre. 
Menos cuando los gremios relacionados con la salud están en manos de esas mismas personas.
Un médico bien pago es un médico que estudia y se perfecciona. Un médico que ingresó por cupo es el resultado de un estudiante con vocación. Sin dudas con mayor responsabilidad por su trabajo y con expectativas de seguir desarrollándose para ser un profesional cada día mejor.
En la medida que la industria de la salud bastardee a la profesión médica, veremos como cada día más médicos elegirán especialidades tales como la Cirugía Plástica (no reconstructiva) donde hallarán un salvavidas económico siguiendo el camino de Nip/Tuck, tan reñidos con el juramento Hipocrático como lo podrían estar.
Ahora, cuando uno empieza a sentir los achaques de la edad, añora a los Ben Keisy y los Doctor  Kildare de nuestra infancia, apaga el televisor y siente pavor al solo pensar en que debe ir a hacerse un chequeo al hospital.

Taluego.

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NINGÚN TEXTO ES ANÓNIMO.

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El artículo De médicos y televisores fue publicado por OPin el jueves, 10 de febrero de 2011. Esperamos que le sea de alguna utilidad o interés. Gracias por su visita y no olvide dejar su comentario antes de partir. Hasta el momento hay 10 comentarios: en el post De médicos y televisores

10 comentarios:

  1. de acuerdo en varias cuestiones. el acceso irrestricto a la universidad debiera ser revisado por varios motivos, entre ellos porque es absurdo gastar recursos en formar a quienes luego el pais no necesitara, tambien acuerdo sobre la pauperizacion del prestigio y la retribucion acorde a la mayoria de los medicos. eso si, me quede afuera de las series que nombra, no vi ninguna!! un abrazo.

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  2. Interesante post. Nuestro Gatta se llamaba Ferri y toda la ceremonia era tal cual. Sus hijos eran los únicos que no iban a la misma escuela que el resto.
    Ahora, respecto a la 2° parte, tu visión es un poco porteñocentrista. Faltan médicos en el interior del país. Los egresados deberían cumplir con un servicio obligatorio de un par de años en algún pueblo de la Argentina profunda y no quedarse acá.
    Y además, no te olvides la gran cantidad de médicos recibidos acá e incorporados al mercado laboral que son extranjeros. Las empresas privadas prefieren contratarlos por razones de menores costos.

    Un abrazo esculapio.

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  3. Es un tema difìcil. Tengo un sobrino mèdico, de 26 años, que se caga de hambre. Visita enfermos para una ART, y le pagan 30 pesos por visita. 30 pesos. Ni en los servicios de emergencia, que son unos esclavistas, hay trabajo.

    Pero cerrar la Universidad no me parece bien. Hay que modificar las carreras, adaptàndolas a las necesidades del paìs.

    Visto eso, y a pesar de ser yo profesional, mis hijos apuntan a trabajar primero, y estudiar LO QUE SIRVA despuès. creo que hacen bien.

    Un abrazo.

    Pd: el Dr. House, es un rengo patètico, insociable, y serìa evitado por cualquier persona. No lo miro mas.

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  4. Don S.A.L. Mi amigo, que no haya escuchado de Kildare, Keisy o Quinci habla bien de su edad, pero al resto aunque sea en una propaganda alguna vez los vio. O puede que usted sea una de esas personas sanas, que no abundan, que no tienen televisor ;)
    No, no se preocupe,es broma, lo interpreté bien y le agradezco el comentario.
    Un abrazo, amigo.

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  5. Don Mostro, Gatta se compró la manzana entera. Mal no le fue y de los hijos ni me acuerdo. Seguramente ni daban bola.
    Sobre lo otro, soy lo menos porteñocentrista que hay, no soy porteño y viví muchos años en diferentes lugares del país donde pude ver las excelentes universidades de cada provincia. Mire "La Docta", o la de Rosario con su soberbio "Centenario" pero tiene razón, después todos quieren venirse para acá.
    Lo que usted plantea en cuanto a hacer servicio obligatorio en el país profundo existe , por ejemplo, en Colombia y les funciona bien.
    No lo descartaría para nada.
    Sobre los médicos extranjeros que se reciben acá, los del primer mundo se vuelven a casa y los de Paraguay, Bolivia y Perú como usted dice se quedan acá, al menos unos años.
    Si, lo mío queda como idea, que es vieja y sigue siendo cuestionable, como casi todo lo que posteo.
    Un abrazo.

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  6. Don Gaucho. Manejar cupos no es cerrar la Universidad, es pensar en levantarle el nivel a la carrera. Fíjese como cayó en picada la calificación internacional de la UBA desde que todo es irrestricto.
    Lo de su sobrino es un ejemplo de lo que trataba de expresar. Si trabajara en consultorio le pagarían entre 10 y 15 pesos por paciente y debería atender en no más de 10 minutos. Los médicos de ambulancia cobran casi lo mismo pero cumplen turnos de 8 horas. Y hay miles de otros ejemplos.
    Pero también hay excepciones. Hay médicos que se ubican bien y ganan de la misma forma. Pero todos terminan "quemados" con algún ACV o ataque cardíaco por el ritmo de vida que llevan.

    El párrafo que puso sobre sus hijos:

    "mis hijos apuntan a trabajar primero, y estudiar LO QUE SIRVA despuès. creo que hacen bien"

    Es el mejor consejo que se le puede dar a un joven en la actualidad.
    Me quedo con esa idea.

    Un abrazo.

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  7. Amigo Opin, como siempre, sus entradas realmente entretienen, llevan a la reflexion, generan debate, que mas se puede pedir si ademas deja abierto este medio para que cada uno se explaye como guste?
    Este tema de la universidad siempre me llevó a ser preguntas a las que nunca encontre respuestas, tal vez por estar mal formuladas o tal vez, porque no haya un respuesta acabada para cada una. Siempre me pregunte:

    Cupo: es razonable , en principio, pero, en el caso de medicina, por tomarlo como ejemplo, hay lugares en el pais conde no hay medicos (ademas de maestros, agua, luz, gas, etc,etc. pero estamos en esta entrada.) Antes de poner un cupo, no habria que hacer algo con la redistribuicion de profesionales. Tampoco digo que se reciban y los manden al Chaco a operar con un cuchillo de monte, deberia haber una infraestructura que banque esa redistribucion, no?

    Mantener la gratuidad: si, me parece saludabe que cualquiera (por clase social digo) pueda estudiar, pero aquellos que vienen del Lo Que Sea High School con cuotas de 2000 o 3000 pesos mensuales, tambien tienen que estudiar gratis gracias los impuestos que pagan los que apenas pueden ir a la escuela?
    Seria bueno que esta gente pagara algo, pero claro, nos chocamos de lleno con el principio de que la ley es igual para todos, con lo cual aqui se estaria vioando ese principio. Toda una paradoja.

    Estudiantes extranjeros: muchos vienen (y me consta personalmente) porque en europa son imposibles de pagar algunas carreras para ellos. Conozco el caso concreto de españoles que han venido a cursar y recibirse de odontologos. Esta bien eso? No habria que dejarlos que estudien, pero antes de irse que trabajen un par de años al menos a modo de devolucion por la gratuidad del sistema?

    En fin...Ud me puede tirar una punta?

    Abrazo!

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  8. Con la medicina hemos topado... Claro que a mí me da igual de lo que escriba, sobre lo que quiera comentar y escribir y dejarse llevar letra mediante. Puede hacer uso del conocimiento, de la palabra escrita, del verbo tendido y rendido a los pies de sus sustantivos definitivos y definitorios. Abra la ventana, y cuénteme que ve porque lo haga como lo haga siempre será científico, siempre será didáctico, siempre será útil para mi divertimento y sus consecuencias.

    Porque mira por dónde podría hablarme de House, de los hospitales perfectos para enseñados con una amalgama digna de un diccionario de errores. Pero hoy, con su texto me reporta a una profesión que aun siendo la misma difiere en maneras, formas, etecés. Eso sí, gracias por dejar ese título de serie que tuteló algunas de mis noches pretéritas a la orilla de la chimenea catódica: Nip/Tuck.

    Y hoy que ando de regreso, me pongo manos a la obra y enlazo lo enlazable, y pongo y dispongo mi blog como nexo con nuestro otro blog. ¿Sabe? Echo de menos a nuestra socia. Y contra eso, no hay cura posible. Creo...
    Aunque llevo días preguntándome qué andará escribiendo ahora. A ver si hay suerte, porque estoy seguro que una palabra suya bastaría para sanarnos.

    Un gran abrazo, preceptivo.

    Mario

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  9. Don Carlos: Es sano en todo caso establecer el debate, sobre todo cuando los puntos a tratar son tan importantes.
    Todo lo que usted dice es válido e incluso algunos puntos los hemos tocado en post anteriores y para algunos resultó xenófobo de mi parte cuando en realidad trataba de proteger al indefenso nacional (caso extranjeros que vienen a estudiar a la universidad pública y se van).
    Pero el nudo, para mí, es la pauperización de la profesión. Hoy día Capital Federal recibe en sus hospitales el flujo de pacientes de Paraguay, Bolivia, Perú, todo el GBA y las derivaciones de las provincias, porque en el afán de tener superávit y una buena cantidad de dólares en el Central se minimizaron los aportes para el mantenimiento del sistema de salud, pero se les pretende brindar hasta a los extranjeros.
    Los médicos llevan pacientes en ambulancias sin oxígeno, por que no hay. Se eliminan miles de "camas" las operaciones se pactan a seis meses o más, se cierran quirófanos a una velocidad alarmante, no hay buenos especialistas pues en el circuito privado ganan en una día más de lo que el Estado les paga por mes. Los materiales y medicamentos están vencidos o simplemente no existen y encima les pagan a todos mal.
    ¿Sabe por qué mueren la mayoría de los pacientes en argentina y los jefes de servicio tienen prohibido mencionar so pena de ser destituidos? Por infecciones intrahospitalarias. Porque no habiendo enfermeras suficientes (se han despedido a muchas y no se han renovado cargos)una sola persona debe atender a más de cinco pacientes por sala y no le da tiempo de mantener las medidas de higiene obligadas. Si, usted entra sano y se muere por un contagio debido a la falta de higiene EN el hospital, y no estamos en el 1900.
    Como usted dice sería ideal que la cobertura fuera como con la telefónicas donde se debe prestar servicio sin importar las distancias o la cantidad de población. Pero un Estado ausente que aún no ha inaugurado ningún hospital público ni ha cuidado el presupuesto de salud nos lo impide.
    El aumentar la cantidad de médicos recibidos no hará ningún bien a la situación, porque su calidad profesional ha disminuido (se ha destruido la cultura del trabajo y el esfuerzo )y la excesiva cantidad de ellos simplemente hará que se los obligue a trabajar en condiciones aún peores, con la amenaza de que si se niegan hay 2.000 en fila esperando el puesto. No habrá ética, ni habrá moral, simplemente serán obreros descalificados en un sistema de salud industrializado.
    Claro que es solo mi opinión, la que además de estar expuesta en forma desprolija y yéndome del tema una y otra vez, trata de decirle que ciertamente es un tema grave que hay que tratar antes de que no haya una vuelta atrás.

    Discúlpeme lo extenso y desubicado de mi exposición.

    Un abrazo.

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  10. Don Mario. Tal como en una charla de bar, trato de volcar en este blog aquellas ideas y preocupaciones que me ocupan cada día. Sé que suelo estar equivocado, pero es que a diferencia de una charla con amigos no hay un ida y vuelta inmediato que me corrija en mis equivocaciones y es por ello que a menudo quedan por aquí ideas nefastas o muy buenas que ya no se pueden cambiar.
    Siempre estoy a la espera de ustedes. Que lleguen y me discutan y me pongan en vereda si hace falta, pues es ese enriquecimiento el que hace que el blog valga la pena.
    Así que siempre verá ideas tiradas sobre la mesa, dispuestas a ser refutadas por quien quiera.

    Yo sigo esperando ver la insignia de NSE en su blog pues ya le he mandado el instructivo y hasta lo he puesto en el FAQ de NSE.

    Por lo de nuestra amiga y socia, debemos esperar que su almita se recupere , tome fuerzas y tenga ganas de volver a compartir con nosotros.

    Seguramente sabe que la extrañamos y la sabemos comprender.

    Un abrazo, socio.

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-¿Qué somos?, ¿Adónde vamos?-No tenemos la más pálida idea.
El psicoanalista no nos mandó tener un blog. No estamos escribiendo un libro, ni somos periodistas en trabajo práctico. No hablamos de nuestros ex, ni de sexo, ni de estreñimientos. No tenemos segundas personalidades como "groncho grasa" , "pituco fiestero" o "mujer de la vida". No somos poetas ni tenemos fotos de gatitos o figuritas con brillantina que se mueven.
Eso sí, hablamos en primera persona del plural de nosotros mismos. Algo raro teníamos.

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