Cuando me lo contaron no lo quería creer pero es verdad, ocho de cada diez internados en el hospital oftalmológico "Santa Lucía" de Capital Federal, sufren las consecuencias del denominado "Síndrome del tiro corto". Que sí...¿para qué le voy a mentir?.
Mire me pasó a mí.
El Viernes pasado me fui lo más campante al mecánico especialista en radiadores, o sea el radiólogo, para que me destapara el susodicho. Es que cargué de una buena vez el aire acondicionado y el motor me empezó a calentar más de lo que puede soportar. Típico caso de obstrucción de las tripas radiales. El buen hombre mira aquí, mira allá, me dice que va a tener que sacarlo y cuando menos me lo espero, el tipo se agacha y aparece la medialuna de la raja de su traste para iluminar la cuadra. Si señor, el tiro corto de su pantalón le exponía el culo a los aires ahora más contaminados de la gran ciudad sin ningún tipo de aviso o advertencia.
El peón desde adentro le preguntaba si había visto la caja de herramientas y yo mientras me iba quedando ciego supuse que podía haberse perdido en las profundidades de tan peluda raya.
Por suerte cerré los ojos y evité un desprendimiento de retina, pero me quedó picando la cuestión de la moda que más que moda es una patada en el tujes, valga la redundancia ya que de tujes estamos hablando.
Porque el mecánico no tiene la culpa, él alimentó una buzarda a pan y asado que hace que cualquier cinturón se amarre bajo la verija ignorando completamente el concepto de cintura o cadera autosoportante. Los liensos se le caen, si señor, porque los tiradores ya no están de moda y eran los encargados de salir en auxilio de quienes en alguna comilona dejaron olvidada la cintura para nunca más volverla a encontrar.
Pero extender la tendencia a quienes carecen de pancita ya es el colmo.
De buenas a primeras una empresa de jeans impuso la moda de no tener tapado el orto. Los "creativos" de la empresa cuyo nombre comienza con K y térmica con "oziuko" impusieron la moda del tiro, ya no digo bajo, sino bajísimo. Tal es así que sin siquiera tener que agacharse las chicas andaban mostrando la bombacha o ese, por lo general, hermoso sitio donde la espalda pierde su buen nombre.
Y en el caso de los hombres uno podía verse obligado a contemplar algo así, que realmente es...bueh...como mínimo lamentable...
Ahora sí, en el mejor de los casos y con mucha suerte le tocaría observar algo así :
...cosa que le diré que no me molesta para nada. Pero en la realidad lo que uno veía era algo así :
...lo que me remite raudamente al culo del mecánico y la posibilidad de quedarme ciego.
Claro, si usted es una señorita dirá que la obligan y que si no se pone eso está fuera de moda. Pero adelgace m´hijita o de lo contrario trate de no apretarse tanto como para que le salgan dos culos por el precio de uno.
Pero gracias a dios las modas pasan y las cosas regresan a su cause normal. Hoy, sacrificando mucho tiempo y esfuerzo, he pasado cerca de ocho horas observando los culos de las señoritas de mi ciudad y !oh¡ ¡¡¡maravilla!!!, regresó el tiro alto elastizado y encima con tacos aguja.
Tengo los ojos hinchados. No por haber visto tanta buena mercadería, sino porque mi señora se dio cuenta.
Taluego.
Si se pregunta que tiene que ver la exuberante chica de tapa, no tengo la más pálida idea, la puse para disfrute de los amigos mecánicos.
Hola Opin.
ResponderEliminarCómo me ha hecho reír. Dicen que reír es bueno para la salud.
Gracias por el buen momento.
Jajaja!!! una excelente entrada!!!
ResponderEliminarLinda excusa tiene con su señora a la hora de buscar material grafico por internet!!!!
Le mando un abrazo
Doña Maica. Una alegría haber cooperado con su salud. La próxima venga con prescripción médica ;)
ResponderEliminarGracias por pasar.
Cariños.
Don Carlos. Aunque soy un maestro del mire y huya, es decir mirar aquello que me gusta y antes que se den cuenta cambiar a mirar a los ojos o a la chapa patente de un colectivo, creo que estoy perdiendo velocidad, ya que cada día me pescan más seguido. Cuanto más me atrapan, más me convierto en el típico viejo verde y de ahí a que me pesquen en la pantalla de mi PC hay muy poco trecho. Nunca encuentro la tecla de cambio de pantalla lo suficientemente rápido. Así que , como usted dice, una buena escusa es este tipo de entradas. Lo bueno es que el color morado me hace juego con los ojos.
ResponderEliminarGracias por pasar por aquí.
Un abrazo
No hay nada mejo para empezar el día que una sobredosis de narrativa inteligente. Por favor, hoy me he reído a base de bien, y mi café y mi hora temprana y mis ganas de lecturas renovadas (las ganas, las necesidades, y las lecturas)se lo agradecen en grado sumo.
ResponderEliminarUsted siga sumando historias, ocurrencias, noticias, conocimientos del medio ambiente y del entero ambiental, como poco... Porque lo hace con, amén de valentía, conocimiento de causa, de causas y con unas maneras que siguen haciendo falta para que nuestros días no sean tan monótonos, tan cotidianos.
Decir que me gusta lo que leo es una obviedad. O se lo he dicho tantas veces que ya no sonará bien aquí, este espacio donde todo lo escrito encuentra su razón y sus rezos de ser.
Un abrazo, amigo...
Mario
Don Mario. Muchísimas gracias, pero como siempre pasa con los autores de esperpentos como los míos (y más aún en este caso en particular), tengo la sensación que al fin de cuentas, me ha salido definitivamente como el culo ;)
ResponderEliminarUn abrazo.
sigo recorriendo los escaparates de sus blogs y cada vez estoy más tiempo frente a este aparato... los escaparates.. me quedó picando la palabra son escapes con disparates, digo... jajajaaa
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