No, tampoco soy católico, ni musulmán, ni judío, ni nada. Me prendo en cualquier fiesta donde se manduque bien sin necesidad de ninguna liturgia previa. Pero me cuesta como siempre aceptar algunos cambios que no me llegan a gustar.
Le cuento.
- Se debía desplazar hasta una boca de expendio y seleccionar con paciencia y vigilando el bolsillo las piezas que desearía mandar. Las mismas nunca debían repetirse pues resultaba de muy mala educación que la parentela fuera de visita y viera bajo el árbol de otro pariente las mismas tarjetas que les enviamos a ellos.
- Se definía el estilo de nota haciendo espacio suficiente en la mesa de la cocina y practicando durante horas las mismas frases para mejorar nuestra horripilante pero reconocible caligrafía.
- Se verificaban una por una las palabras comprometidas consultando un diccionario hogareño. Bill Gates aún no había logrado un corrector ortográfico en las lapiceras.
- Nunca se usaban biromes, las pluma fuente dejaba una mejor impresión cuando el mensaje era flojito.
- Se definía para cada uno un texto con variaciones. Ya que la imaginación no daba para más, escribíamos uno y le hacíamos pequeños cambios para disimular.
- Se consultaba la vieja libretita negra donde figuraban los nombres y direcciones de quienes nos importaban. Luego llegaron las CASIO y más tarde las PALM´s hasta terminar con celulares y NeTBOOKS que tienen registrada toda nuestra vida en su interior y las hicieron obsoletas (aunque no necesitaban baterias)
- Uno por uno se llenaban los sobres con los datos requeridos por el Correo Central dejando vacante el Código Postal en aquellos casos en que uno no lo conociera.
- Se nos cortajeaba la lengua en mil pedazos de tanto lamer el pegamento para cerrar los sobres, luego de lo cual mojábamos una esponja aunque ya fuera tarde.
- Navegavamos tardes de calor insoportable (o frío si fuera el norte) para llegar el local de Correo más cercano donde consultábamos en una guia incompleta y ajada los Códigos Postales faltantes.
- Comprábamos el franqueo necesario, mínimo e imprescindible y despachábamos las cartas de salutación para Navidad luego de cortajearnos las lenguas por segunda vez al pegar las estampillas..
Hola (Llenar aquí con el nombre del destinatario):
Esperamos que se encuentren bien! Se acercan las fiestas y pensamos en la familia y cuanto los extrañamos...
Nosotros por suerte estamos super bien de salud. Los hijos creciendo, están preciosos los (colocar cifra correcta de cantidad de hijos o anular párrafos relativos si es sólo uno o ninguno). Siempre nos acordamos de ustedes y aunque en estas fiestas nos encontremos tan lejos, sepan que tendrán un lugar reservado en nuestra mesa y en nuestro corazón.(Nombre del hijo menor) ya cumplió (cifra correcta) año(s). Te envío una foto que me acaba de enviar (nombre de la esposa o el esposo) hace minutos. (nombre de otro hijo) sigue bien en (ciudad donde reside), con mucho trabajo por suerte. Siempre pregunta por ustedes. Si el trabajo lo permite vendrá a festejar la Navidad con nosotros.
Estamos un poco frustrados porque, por otro lado, nos hemos quedado sin nuestras vacaciones. Ya sabrás que la economía nos tiene muy golpeados. Todo quedó en la nada, ya que te habrás enterado que lejos de mejorar las cosa empeoran. Algunos de nuestros amigos también tuvieron problemas que aún no pueden superar.
Bueno, aquí un breve informe desde (lugar de residencia). Espero que pasen unas felices Fiestas, y que el año próximo les traiga salud y prosperidad!
¿Dónde festejarán?
Muchas Felicidades les desean:
(Nombre de los firmantes)
Felicidades para vos tambièn.
ResponderEliminarQue todo sea, como vos querès.
Un abrazo.(comentario copypasteado)
Que estas fiestas nos encuentren unidos recordándo a todos aquellos que amamos.
ResponderEliminarMis mejore deseos para estas fiestas para vos y los tuyos.
Sinceramente (indique el nombre del remitente)
Un abrazo y un deseo que todo sea bueno para ud.socio, en navidad y fuera de ella.
ResponderEliminarUna entrada excelente.
Ahi le dejo una sonrisa, y un regalo (inventeselo, es virtual, puede elegir el que más le guste).
Doña Noah. No se hubiera molestado, mire que ponerse en gastos a esta altura. Y yo que no le he comprado nada. Que vergüenza. Me ha encantado su regalito, era justo lo que andaba necesitando.
ResponderEliminarLe deseo lo mejor en estas navidades así como para el resto del año.
Y como mi regalo también es virtual, será el de que se le cumplan todos sus deseos.
Un cariño socia.
Cierto, cierto aquellas horas interminabels escribiendo tarjetitas de navidad y luego mirando el buzón, para ver quien se acordaba de nosotros. Guardándolas años y años, en una caja, porque daba mucha penita deshacerse de ellas, cosa que quedaba para la madre, cuando te independizabas y hacía la inevitable limpieza,de la habitación del hijo que acababa de abandonar el nido (en mi caso hija y única).
ResponderEliminarEra bonito, pero ya se acabó, ya nadie se escribe y una "que odia la navidad a muerte", se limita a reenviar las que recibe, que a decir verdad tampoco son muchas, claro que tampoco hago méritos para que me manden.
Como siempre, el post, acertado y oportuno.
Besos
Nela
Doña Nela. Veo que lo recuerda muy bien. Cuanto trabajo y que alegría ver que alguien también se lo tomaba por nosotros. En mi caso eran tan pocas que las hacía valer por varias navidades bajo el arbolito ;) ¡ Lástima que le pusieran fecha !.
ResponderEliminarYo creo que ahora es el equivalente de una llamada por teléfono, pues quien la hace para saludar por las fiestas nos está regalando su tiempo y atención como antes lo hacían con las tarjetas.
Así que a gastar móvil y fijo para lo amigos y parientes .
Un cariño Nela y gracias por comentar.