María de las Mercedes y María Pía, aún cuando sus respectivas madres no se conocían más que por un beso al aire en las mejillas por algún encuentro casual en el
Jockey Club, habían sido educadas en las artes de la doma del "Potro". Esto es, los sábados iban al Rugby de
San Isidro, los Domingos al
Campo de Polo de Palermo y de Lunes a Viernes buscaban su "Potro" en las aulas de la Facultad de Medicina o Abogacía.
Nunca se les hubiera ocurrido estudiar para independizarse ya que papi era quien proveía a las arcas del hogar y ellas, como mamá, eran las encargadas de mantenerse hermosas y deseables por siempre.
El plan materno era de mucha más sencilla implementación: debían encontrar a su "Potro" domarlo, hacerlo comer de su mano, casarlo, preñarse y luego de acuerdo a las necesidades que pintaran podían solicitar el divorcio con una cuota de manutención apropiada. Madre recomendaba tener tres hijos pues a partir del tercer retoño la cuota tenía un incremento casi nulo.
María Pía tenía sus propias ideas, digamos que era una libre pensadora y se había percatado que aún cuando los jugadores de Polo argentinos eran muy solicitados a nivel mundial, casi todos eran
dandys más cercanos a
Isodoro Cañones que a su tío. Esto es, eran Play Boys sin dineros propios.
Como en la facultad no encontraba más que emergentes de la clase media elevados por
Menem a un escalón que no merecían y en el Rugby cada día había más descerebrados con más cicatrices que pelos, decidió buscar un nuevo rumbo en el Casting de su futuro consorte.
Tal vez por falta de imaginación siguió buscando a su "Potro" en medio de los caballos y así llegó a descubrir por intermedio de un peón de establos, la existencia de un juego llamado "Pato".
Su primer visita a un campo de Pato fue en la ciudad de Avellaneda, el campo se llama
Barracas al Sud y para ella fue como haberse embarcado en un safari extremadamente riesgoso en medio de África. Ni siquiera sabía que en Avellaneda había algo más que frigoríficos y canchas de fútbol.
Eleuterio, el peón que le había dado el dato, trabajaba para la familia Taberna y por supuesto María Pía quería conocer al mejor de los jugadores para tejer su telaraña.
-Mire m´hija - le dijo Eleuterio con dulsura-Los muchachos respiran Pato, viven Pato, chupan vino con Pato, hacen asado de Pato, así que me le parece que de mejor vamo estudeando algo de eso para que usté no se quede pagando por ignorante.-
La niña ya grandecita pareció no captar la idea pero igual y como siempre comenzó a hablar con su abitual papa caliente en la boca
- Perdón, digo, Leuterio, yo , digo, es claro, que desde, no digo que no, pero, he tenido la buena voluntad de, como Machi decía, de venir hasta, ¿esto es el sur, no?, bueno nada, es que nosotras tenemos campo en el oeste con Chache y allá tenemos Polo que es "lo más". Ah y el Dady de Martita tiene una casa de equipamiento y talabartería para Polo...nada...hasta exporta pura sangre...
Eleuterio se puso la mano sobre el corazón, porque allí abajo tenía su imagen de la Virgen de Luján y se persignó en silencio. Ya estaba acostumbrado a esas chicas y dentro de todo María Pía era la más aceptable.
-Le digo señorita que es un juego muy, pero muy viejo. Solamente en otro lado se juega algo medio parecido. Me dicen los que saben que en Afgha... Afgha.. nistán, ahí de donde viene el Bin Laden ése, se juega algo parecido. El
Buskashi. Estaba prohibido pero los
Talibanes esos lo pusieron otra vez. Se rejuntan dos equipos y agarran en lugar de una pelota o de pegarle a una pelotita con un bastón como en el Polo, agarran un ternerito o un cordero, le quitan la cabeza y no sé que más. Bah, le dejan las patas para poder agarrarlo y lo usan como pelota. Van de a caballo, lo agarrean y discué lo llevan para el arco del contrario pero los demás se lo tienen que arrancar de las manos y discué hay que defenderlo y es como que se matan para poder mantenerse con el bicho entre las manos y no parece así de una, pero es una cosa medio sangrienta y tienen que llegar hasta el otro lado para poder marcar. Dicen que hasta se matan entre ellos. ¿Entendió?-
María Pía venía medio retrasada en el análisis pero una vez que pudo imaginar la escena en su totalidad, se puso nuevamente la papa en la boca y le espetó.
-Pero, digo, acá es Avellaneda, ¿no?. Chache estuvo en las
Twin Towers justo un mes antes que los Talibanes las destruyeran. Hay, siempre pensamos, con Chache, que habría sido de ella si viajaba un mes después. Bueh, nada, que cosas ¿no?...es como el destino...obvio...-
-Como veo que entendió todito todo, le cuento como es el Pato, nuestro deporte nacional...
-Que lo juegan acá...
-Si señorita, lo juegan acá y en otros lugares del país...
-Pero acá están los mejores jugadores, ¿no?
-Si señorita...
-Y me vas a presentar al mayor de los Taberna, ¿no?
-Discué que aprienda algo señorita, pacencia... Lo primero es lo primero, Hacen falta cuatro jugadores por cada equipo.
-Y cuatro caballos también, digo...
-Si señorita no es un juego de a pié. Endispué charlamos, ahora escuchemé... El campo, cancha o, como también le dicen, potrero de Pato es masomeno grande como el de Polo así como que medio de largo tiene entre 180 y 220 metros, y de ancho entre 80 y 90. El pasto tiene que estar parejito y el suelo también. Nada de pozos porque los pingos se pueden quebrar. En cada punta hay un aro con una red tipo bolsa de unos metro cuarenta masomeno de hondo, que es como los arcos de una cancha de futbol. Los jinetes tienen que llevar una especie de pelota con manijas y meterla en el aro del otro equipo. A esa pelota es a la que la llaman Pato. Son máximo seis tiempos de ocho minutos con descansos de cuatro, pero en las épocas ande el gaucho no tenía reló, se seguía hasta hacer un tanto y discué se descansaba al pingo. Cuando se llegaba a la cantidad de tantos que se había dicho de antes, se paraba y se sabía el ganador.
-Too easy Eleuterio...
-Ma que tuisy ni tuisy...
-Es inglés, hombre...
-Si, ya sé, y los ingleses también nos han robado el juego, bah, nos copiaron pero les salió zonzo como mate lavado. Lo llaman
Horseball o pelota de caballo, o pelota a caballo, que se yo. Es lo mismo con una pelota y caballos. Una copia.-
Mientras María Pía evaluaba las posibilidades de conseguir un Lord inglés en un partido de Horseball en Cambridge, Eleuterio se dispuso a profundizar en el tema. Tomó una cartilla del Club Barracas al Sur y casi le leyó de corrido.
-En cuando empezó el juego fue por el siglo XVI, que sería como el año milquinientostaitantos, pero se hacía como corridas donde los jinetes trataban de agarrar un pato de verdad y vivo y llevarlo hasta un sitio que habían dicho de antes. Se rejuntaban hasta como 200 caballos con gente arriba y cada equipo era de una estancia diferente. El bicho emplumado lo donaba casi siempre un pulpero que de enseguro hacía algún tipo de juegos de apuesta, porque ningún pulpero le va a dar nada gratis aunque vengan de a doscientos. El hombre metía al animalito en una canasta o en una bolsa de cuero con manijas pá que se pudieran agarrar. Ah, no me pregunte pá qué querían al animalito adentro si podían poner cualquier otra cosa. Debe ser por el barullo que metería el pobre animal al verse zarandeado de un lado pál otro. Y discué de tanto golpe quedaría blandito pá la hoya.
Como había pocas que menos reglas, la cosa se ponía muy violenta y había muertos y heridos por las rodadas de los caballos o por que se dejaban atropellar los muy tarambanas. Hasta los
facones salían a relucir cuando las cosas se ponían peliagudas y había que arreglar algún desacuerdo. Tan brava y de machos era la cosa que el mismísimo
Virrey la prohibió en 1790 y la iglesia católica prohibió dar sepultura cristiana a cualquiera que muriera en una de las partidas.-
-Porque era como un suicidio?
-No, porque era una salvajada. Digna de esos infieles que para ellos era la indiada. Como sea, en 1822 escribieron la prohibición para el Gobierno de Buenos Aires que duró hasta el gobierno de
Rosas , que parece que le tenía mucha bronca y no lo dejaba jugar. Fíjese que ni siquiera se lo nombra en los libros que escribieron de los gauchos de acá, de la Argentina. Recién en 1953 el
Pocho lo puso como deporte nacional , mire vea.-
-Bueno Eleuterio, muy lindo lo tuyo, pero, digo, nada, al fin lo dejaron jugar, digamos, aquí estamos, ¿no? ¿Podés ser más conciso? Ayer a la noche estuve de fiesta en el Jockey por el casamiento de Nacha y digo, nada, hoy estoy, re muerta. Creo que después voy al Spa con Martina y nos hacemos un baño de algas y masaje de piedras calientes...
-No me apure si me quiere sacar bueno. Ya vamo a llegar. En 1930 Alberto Castillo Posse reglamentó el juego para que no hubiera mañas y le tomó algunas cositas del Polo. Pero lo más importante quedó.
La chica ya estaba limándose las uñas con cara de hastiada y tan solo dijo:
- ...que sería...
-La forma de jugar señorita, la forma de jugar. Mire, el Pato es como una pelota de cuero con cámara con seis manijas todo de color blanco. Pesa como un kilo y cuarto masomenos y tiene 40 cmts de redondo. Los caballos son criollos de 1,45 mts. de alzada. Los ocho jinetes empiezan parados en lugares fijos del potrero. El equipo que tenga el Pato tiene que irse hasta el aro del otro y pasar el Pato por ahí como si fuera basquet pero en horizontal.
Cualquiera puede levantar el pato del suelo, cosa que ya es jodida y hay que saber hacerla, pero endispué puede "cachetear" (pasarlo a un compañero) o cabalgar para hacer un tanto. Pero agarrate Catalina, no se puede ir de ansí nomás sin mirar pá los costados, no, hay que seguir las reglas, que pá eso las escribieron.
Al Pato hay que agarrarlo siempre con la mano derecha y encima de eso hay que poner el brazo tieso y extendido que le dicen, ofreciéndolo para que se lo traten de quitar. A eso lo llaman "ofrecido". Así los contrincantes pueden ir de al galope y agarrando una de las seis manijas, tirar para arrancárselo al tipo, si hace falta con brazo y todo. A eso lo llaman "cinchar". Si no se "ofrece" el Pato, es una infracción que se llama "negada".
-O sea que se pelean. ¿Y el que ofrece el Pato les puede hacer ¡Ole!, ¡Ole! a los otros mientras los esquiva...? Ñañañaña ña ña...Ay, que risa... ¡Ay!, me hice pis encima de la risa... Ole, Ole, le dirían Ja, Ja...
-No míhijita, justamente lo más apasionante del Pato es la cinchada. Dos jinetes que a la carrera tironean del Pato, siempre con tirones limpios, eso es una imagen de hombres cabalgando y no de esos maricones del Polo...
-¿Perdón, vos no trabajás también allá...?
-Seh, bueh, como le decía, el jinete tiene una mano ocupada, la derecha, cinchando mientras con la izquierda tiene que manejar las riendas y además, escuche, además, no puede apoyarse en la silla de montar. Claro, los pingos de Pato están bien entrenados y saben portarse bien cuando el jinete se pone de lado para levantar, tironea para cinchar o lo pone a la carrera cuando quiere cachetear o convertir.
¿Entendió?-
-¿Habrá un lugar donde pueda comprar una Coca. Me muero de sed. y de paso podés presentarme a Taberna...
-Los Taberna, como la mayoría de los que juegan Pato, deben estar trabajando en el campo a esta hora ¿sabe?-
-¿Pero cómo? ¿No tienen gente que haga eso por ellos?..
-Disculpe que me meta en donde no me han llamado señorita María Pía, pero es posible que no encuentre lo que busca por estos pagos, ¿sabe? una de las grandes diferencias con el Polo, es que el Pato lo practican hombres de verdad.
Taluego
Este post tiene el Madrinazgo de
Cantares quien me sugirió cordialmente la idea. Un cariño para ella.
Fuentes consultadas:
Federación Argentina de Pato, Wikipedia,
Campo hípico y de Pato Barracas al Sud
Que bueno, y que bien lo cuenta ud. ya casi aprendí a jugar al pato.
ResponderEliminarDivertido,bien narrado, me encanta leerle, se lo dije alguna vez? :-)
La de la papa,encontró a la victima? o sigue en los baños de algas?.
Cariños, pero de verdad.
Gracias!!! me reí a las carcajadas,el portero debe estar llamando al Same, no me voy a preocupar, total no lo atenderà nadie.
ResponderEliminarUn lujo!!
Es algo muy lindo de ver, aunque supongo que ahora puede estar contaminado de "Marìas Pìas".
Espero que las visitas lo disfruten tanto como yo.
Ha sido un verdadero placer.
Besos
Y quien paga el pato?
ResponderEliminarEstà muy bien explicado en la pelìcula "El casamiento del Laucha", con Landriscina.
A mi no me gusta ni el Pato, ni el polo, la verdad.
Pero el polo me da bronca. El pato, no tanto.
Saludos
Excelente post! Lamentablemente está en extinción. Un sobrino de mi mujer era un gran jugador pero la falta de $$$ le impidió seguir jugando.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aprendí más del pato.Pero, deporte nacional todavía?
ResponderEliminarAy,se me cruza todo; la política, la farándula, las bestias domésticas, las pelotas, la guita.
Prefiero quedarme con lo que enseña ud.MAESTRO!
Oiga,se lo digo con voz de bebota,vedetonga y botinera:me enncantooo
Tapronto
Doña Noah: Me parece que la chica está probando con el fútbol y particularmente los que juegan en el Barza. Mientras tanto se está haciendo un baño de chocolate que le dijeron que le pone la piel más bonita.
ResponderEliminarUn cariño para usted y gracias por leerme.
Doña Cantares: Gracias a usted.
ResponderEliminarMe alegra que le haya resultado entretenido pero no me cree un cargo de conciencia con el SAME, que capaz me lo creo.
Seguramente las María Pía que quedan se acercan al Polo y al Rugby, las del fútbol, bueno...nada que ver, usted me entiende...
Un cariño grande
Don Gaucho: Siguiendo su razonamiento seguramente lo puedo llegar a ver en el hipódromo masticando algún boleto perdedor. Pero no, usted no tiene el tipo dandy. No, seguro le debe gustar la doma, las carreras de sortija y las cuadreras. Si no, tiene que devolver el título de Gaucho mi amigo.
ResponderEliminarLe voy a pegar una mirada a Landricina, pero yo lo cuento mejor.;)
Un abrazo
Don Mostro: Amigazo, que gusto verlo por acá. Lamentablemente parece ser muy caro.
ResponderEliminarNo sé cuantos caballos tiene que mantener cada jugador, pero si es como en el Polo, tienen que tener un Haras propio para no sentir el gasto.
Para consuelo puede decirle al sobrino de su mujer que se salvó de alguna María Pía.
Un abrazo
Doña Mónica: Vio? Somos un poco lerdos para los cambios pero todavía es el deporte nacional como el Ceibo la flor nacional, el Hornero el pájaro nacional, el Ombú no porque no es un árbol, y en La Pampa no hay, hay Caldén, que es uno que pincha y sí es un árbol, pero no es nacional, es importado. De La Pampa.
ResponderEliminar¿Adónde iba?
Ah, sí, me puso loco con la voz de botinera, vedetonga y bebota y me puse a decir boludeces.
Bueno, mientras no sea la Vanucci andamos bien.
Le mando un cariño grande
aaajaja, Opin,cómo me divierto con ud.!
ResponderEliminarLa verdad es que con los símbolos nacionales que la pibada ni los conoce, propongo que al pato criollo(aquél...el de un paso una cag.)se lo tenga en cuenta en la Argentina actual,ya que podemos darles muuchos ejemplos con dibujos,caricaturas, fotos y ayudarlos a asociar con los vistos en las visitas a granjas que hacen desde el jardín de infantes:es más representativo, me parece.
Igual, muy buen post para refrescar la memoria!!!
Abrazos
Tapronto
Doña Mónica: No se por qué, pero se me hace que usted está respondiéndome en el blog de otro. Fíjese, fíjese.
ResponderEliminarLo del pato criollo espero que lo hayan captado todos. María Pía vendría a ser, digo.
Le mando un cariño y no le pifie más a los comentarios cruzados ¿eh?
Madre mía, acabo de conocer al pato que se cocina al fuego lento en esa modalidad de deporte equino. No tenía ni idea... Vamos, lo del Polo, sí... Aquí en España se juega en no sé qué casa de campo de Madrid, y en no sé qué club elitista de la ciudad Condal. Pero bueno...
ResponderEliminarNunca me iré a dormir sin conocer nada nuevo. Sin reirme de nuevo con su manera tan gráfica, y tan sana, de explicar, de exponer, de enseñar como enseña: ya digo, un auténtico maestro.
Esoy por no acudir a mi cita con la wikipedia, o con la variante enciclopédica del RAE. Lo pensaré...porque no hay mejor manera de aprender cosas interesantes, leer temas con una luz amén de propia, intensísima, que llegar hasta su casa de palabras nunca cruzadas.
Un abrazo, a la naranja... En fin...
Mario
Don Mario: Dichosos los ojos que lo leen.
ResponderEliminarQué difícil debe ser leerme entre tantos modismos especialmente argentinos y algunos adheridos a la High Society vernácula.
Espero que haya podido encontrar sus equivalencias y haberlo entendido. Yo intuyo que en realidad, mirando el siglo en que comienza a practicarse, más que argentino, el Pato me resulta español, incluso morisco, pero al no haberse replicado por allí, me permito plagarlo de voces que nos identifican.
Le mando un gran abrazo.
Hola, Opin! Muy bueno tu artículo. Conocí a unas cuántas Mariapías así que fuiste muy ilustrativo porque se me venían a la mente fácilmente. Che, yo tengo un primo en Córdoba que juega al Pato y es un tipazo!
ResponderEliminarTe dejo un beso desde Mendoza.
STEKI.
Doña Steki: Que suerte que su primo no juega al Polo¡¡¡ Menuda metida de pata la mía si fuera el caso.
ResponderEliminarLe mando un cariñazo, mendocina.
Jaja, no hubiera tenido importancia de todas maneras. Yo soy yo! Beso de porteña amendocinada.
ResponderEliminar