Para los que nunca supimos que existía un comics que se llamaba The Umbrella Academy, el estreno de Netflix inyecta un poco de novedad en el lenguaje televisivo de la mano de una gran adaptación de la obra y una producción de altura , los grandes valores de esta nueva incursión de Netflix en el mundo del cómic.
Me gusta que me sorprendan, que las imágenes sean impactantes, que el guión no sea previsible y que los guionistas se sepan mover al borde del ridículo y el humor.
Pero todo nace en septiembre de 2007 cuando la editorial Dark Horse publica Suite apocalíptica, la primera de las tres series limitadas que tiene (por el momento) The Umbrella Academy, con ello el cómic de superhéroes volvía a experimentar una re-re-revolución. La obra escrita originalmente por Gerard Way y dibujada por Gabriel Bá suponía un soplo de aire fresco dentro del género que destilaba a la par, aroma clásico y modernidad.
La historia tiene como protagonistas a siete niños que nacieron de forma espontánea un mismo día de 1989 sin que sus madres presentaran signos previos de embarazo. Estos niños, nacidos con superpoderes, son adoptados por el magnate Sir Reginald Hargreeves, quien funda la Umbrella Academy, una academia de superhéroes destinada a formar a estos niños con habilidades extraordinarias para combatir las posibles amenazas que pongan en jaque a la humanidad en el futuro. Pero apenas vemos trazas de esta información en pequeños flahbacks ya que la historia transcurre cuando dichos super héroes ya están "quemados" y aburridos de sus tareas. Tanto que cada uno de ellos ha seguido su vida desconectado de los otros. Todos se volverán a reencontrar debido al fallecimiento repentino de su padre adoptivo con la imprecisa meta de detener un inminente apocalipsis.
La serie de Netflix fue creada por Jeremy Slater, cuyo último trabajo fue la creación de la versión televisiva de El Exorcista y ha sido el responsable de guiones de otras adaptaciones de comics al cine, como la película Los cuatro fantásticos de 2015 y del manga Death Note. La producción corre a cargo de Universal Cable Productions, que en un principio se hizo con los derechos de adaptación de la obra de Gerard Way y Gabriel Bá para una película y que finalmente ha terminado convertida en serie.
Ahora la crítica se divide entre quienes la condenan y quienes la admiran. En mi caso los primeros episodios me fueron algo duros debido a mi desconocimiento del comic, pero a medida que uno se adentra en los personajes y su historia, comienza a engancharse y hacerse adicto .
Junto al desarrollo de sus personajes, tanto a nivel narrativo como estético, sin duda el valor más destacable que tiene esta serie es el nivel de su producción
Una serie negra con toques disparatados que me ha gustado y mucho.
Taluego
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