Honestidad culinaria

Por alguna extraña razón los canales como el Gourmet o el canal Cocina de España están plagados de cocineros a los que les cuesta pelar una cebolla.

Salvo honrosas excepciones uno se encuentra con personajes que dan imagen de falta de higiene, desconocimiento de lo que es la cocina real, es decir la que existe en las casas fuera de los experimentos de restaurantes caros, o que simplemente son actores devenidos en cocineros siempre y cuando tras de cámaras exista alguien que les prepare los platos y les sople la letra.
De los recién llegados y que aún no he criticado en mi blog puedo nombrar a algunos como Nicola Poltronieri, Julio Bienert o Felicitas Pizarro, que a mi criterio son ejemplos de cocineros sin aptitud culinaria o ángel ante las cámaras.

Para hacerla corta: Si al supuesto chef le da trabajo cortar los ingredientes, o incluso se corta los dedos, no sabe amasar sin quedarse con los dedos pringados de masa, o todo plato lo tapa con kilos de queso o litros de salsas, es que se trata de pésimos cocineros o chef puramente mediáticos.

El cocinero de ley corta los ingredientes con maestría, amasa con técnica perfecta y hace que los sabores resalten por sí mismos.

Cuando ves que las cosas vienen cortadas o el cocinero es lento, cambiá de canal y no le hagas caso, seguro que la comida será un asco.

Pero como no puedo ser negativo todo el tiempo, es hora de hacerle los honores a una figura nueva que cumple con todos los requisitos que uno espera de alguien que cocina en la pantalla.

Gordor como se da en llamar él mismo en Twitter, tiene el humor necesario para tomarse el pelo y ante el temblor de sus manos decir "Sería un fracaso como ladrón de panderetas". Simpático y entrador, este personaje argentino aparece en la pantalla del canal Cocina gracias a haberse radicado en España desde hace un buen tiempo.

El tipo cuenta que desde chiquilín fue afecto a la cocina. Pasaba el rato viendo como su abuela preparaba empanadas El papá fue un Maestro Panadero y sus raíces italianas se notaban en la cocina de los domingos. Pastas, Arroces, Carnes... Mucho sabor a hogar. Estudió en el Instituto Argentino de Gastronomía y después de trabajar en muchos sitios y pelar muchas papas obtuvo su primer puesto como Chef de una cocina a los 20 años. A los 23 se convirtió en Chef Ejecutivo de más de once restaurantes en Buenos Aires. La curiosidad y las ganas de comerse el mundo lo hicieron cruzar el charco e instalarse en Madrid desde donde hace más de nueve años trabaja y se sigue formando. Actualmente da clases de cocina en escuelas y de forma privada. Tiene su propio programa de TV donde te enseña que la cocina no tiene por qué ser complicada para hacerte quedar como un rey o una reina.

Pero tal vez lo que más me gusta de este cocinero es que parece un tipo totalmente honesto. Alguien que te cuenta las cosas como son. Además está orgulloso de sus orígenes y siempre tiene una palabra de recuerdo cariñosa para su familia, especialmente su madre.
Gonzalo no solo es pulcro y ordenado en la cocina, sino que prepara platos que uno termina queriendo hacer. Y si para colmo a uno lo invitan a una devolución en las redes para contar qué tal salió la receta, queda reafirmado que el tipo tiene una honestidad y seguridad a prueba de balas.
Ya no importa que lo junten en un programa con los otros dos mamertos. Sólo espero que no se le peguen las malas mañas.
Y se logre casar.

Taluego.