Deadpool es la película que necesitaba el universo Marvel aunque no sea de Marvel. Adulta e infantil a partes iguales, es la trama perfecta para el niño que todo adulto lleva dentro y, sin duda, la mejor película de acción y humor que seguro vamos a ver del anti superhéroe más carismático y violento. Que el rapero DMX firme parte de la BSO ya nos tiene que decir algo, así que recomiendo que empieces a leer esto con su BSO de fondo.
Imagina que Marvel hace un película en la que se ríe de sus películas, de las veces que ha explotado la casa de los X-Men o, ya que estamos, de la magnífica obra cinematográfica que fue la adaptación al cine del Green Lantern. Imagina que Ryan Reynolds se ríe de sí mismo o de su papel en la magnífica obra cinematográfica que fue la adaptación al cine del Green Lantern. Imagina una película en la que su intro arranca con "una película dirigida por algún gilipollas". Pues eso es Deadpool, así que deja de imaginar, en pocas palabras. Solo que Deadpool, pese a ser un personaje de Marvel, es una película de 20th Century Fox.
Y es que después de sus continuas adaptaciones de toque serio, en Fox han pensado que ya tocaba una adaptación seria y fiel a uno de los cómics menos serios de Marvel. Y lo han bordado. Si me preguntasen a mí (que, paradójicamente, son mis pensamientos los que estás leyendo) diría que Deadpool es lo que necesitaba Marvel después de haber sido, en estos últimos estrenos, bueno, tan Marvel. Deadpool no es una película de superhéroes, más bien de anti superhéroes.
Una suerte de coctelera agitada que mezcla, en dos horas de metraje, todo lo grande que ha hecho a las películas de Marvel en este nuevo resurgir de adaptaciones al cine de cómics con un resultado que no se toma en serio ni a sí mismo. Y eso es lo genial: conseguir que una película tan irreverente y divertida del anti superhéroe más irreverente y divertido de los cómics logre hacer, de la autocrítica, su carta más importante.
Violenta y divertida a partes iguales, Deadpool es la película de superhéroes que están esperando los que están hartos de películas de superhéroes, y la cinta perfecta que va a llevar en masas a los fans de Marvel y del cine de acción a las salas. Y razones para convertirse en la mejor película menos políticamente correcta del año no le faltan.
Por añadir un poco de contexto, R es la calificación que se otorga a las películas que contienen demasiada violencia, contenido sexual, lenguaje y desfachatez. Deadpool es la primera película de esta nueva ola de adaptaciones con firma de Marvel que se gana una R en su calificación por edades si olvidamos The Punisher y Blade, que no son estrictamente del mismo estilo. Y eso es muy representativo, pues mientras Deadpool hace uso del humor ácido e infantil a partes iguales, es, en síntesis, una historia de venganza exhibida con constantes referencias a la cultura popular, una especie de episodio de South Park escrito por Quentin Tarantino escenificando una pequeña porción de A serbian film.
Para que conste en acta, el libreto está escrito por Rhett Reese y Paul Wernick, a los que muchos conocerán por Zombieland, y cuyos nombres, como decía al principio, no se incluyen en los títulos de crédito. Tampoco el del actor protagonista que pasa a ser god’s perfect idiot, o el de villano que la cinta define como el típico malo británico. Eso en los primeros dos minutos. Supongo que las referencias a la cultura popular, al universo de Marvel y al de la competencia, o a algunas de las obras más importantes del cine y de la literatura en clave satírica os las podéis imaginar, y de paso me haceis el favor de ahorrármelas para no destriparos algunos de los mejores momentos de la película.
Porque, en resumen, Deadpool es una sucesiva referencia a la cultura popular con pequeños respiros plagados de violencia gratuita y brutal, cameos y constante gags que cierran una película tan divertida como demente, además que se permite el lujo de dar a su protagonista la fuerza suficiente para romper la cuarta pared para contar un chiste al público que está en la sala, pues la cinta toma conciencia de que es una película y no te vende nada más que no sea puro entretenimiento ácido y gamberro, pero muy adulto.
En cuanto a estructura, la fórmula pensada para Deadpool encaja perfectamente. La cinta es una retrospectiva constante que nos cuenta, en varios actos, la historia de un personaje que se presenta en los primeros minutos del metraje con la trama muy avanzada. De ahí, hacia delante y hacia atrás, nos cuenta la historia del mercenario enfundado en el traje rojo a través de recuerdos del pasado narrados por el propio Wade/Reynolds y, al mismo tiempo, sirve para dar contexto al espectador sobre el pasado del personaje antes de los acontecimiento de la película: su humor, sus virtudes.
Lejos quedan, para Reynolds, los fantasmas de las navidades pasadas en su papel de Green Lantern, pues en Deadpool está sobresaliente en todos los aspectos. Su personaje, dentro del contexto de esta sátira de violencia y humor, es sumamente agradable en casi todos los aspectos y refuerza en conjunto la obra. Se nota el entusiasmo que ha puesto el actor para redimirse de todas esas críticas que se ganó cuando se enfundó en el superhéroe verde de DC. De hecho, me atrevería a decir que Deadpool es tan redonda en su conjunto, precisamente, por el buen hacer del actor, que se ha tomado la obra como una crítica a sí mismo (incluso a su portada en la revista People) para realmente disfrutar en los pies de Wade.
No obstante, no todo son buenas noticias. La tortura de Wade alarga la cinta con artificios que no son necesarios para poner en contexto al espectador, al menos no durante tanto tiempo, y más si tenemos en cuenta que el personaje está constantemente narrando la historia. Además, esta es una película de Marvel, y aunque el recorrido hacia los últimos minutos es magnífico, con idas y venidos entre gags y humor, el enfrentamiento final, característico de sus franquicias, es muy pobre para lo que se espera de película de Marvel, aunque lo suficientemente predecible como para que sea compensando por las dosis de humor que le asisten.
Con todos sus fallos y aciertos, Deadpool es una película con la que todos disfrutarán.
Por Alberto Sanchez para http://hipertextual.com
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