Los dejo con los invitados.
Por ejemplo, me molestan los que sólo te recuerdan en tu cumpleaños.
Los que se apropian de tus méritos y encima festejan en tu cara.
Los artistas plásticos que explican su obra. Un clavo en la pared puede convertirse en seis horas de divagues sobre la identidad del ser humano en la sociedad moderna.
Las mujeres que se visten como putas y se ofenden cuando les dicen un piropo subidito de tono.
Los que quieren hacer negocios con tu dinero.
Los que quieren vivir como europeos y votan como haitianos.
Los que se autofinancian películas sobre sus vidas.
Los que en lugar de leer con detenimiento lo que escribes, interpretan lo que se les antoja y se quejan.
Los que manejan hablando por celular.
Los músicos de éxito.
Las que lloran sin lágrimas.
Los intermediarios.
Los tartamudos que dan discursos.
Los actores.
Los ladrones de sueños.
Los tapiceros que estudiaron en la cárcel.
Los que una vez que notan que no podrán sacarte nada dejan de contestarte el teléfono o responderte los mensajes.
Los que gritan en su móvil para que todos se enteren de cuan importante es su vida.
Los que no te escuchan cuando te llega el turno de hablar.
Los que por la mañana acaparan el diario únicamente para hacer las palabras cruzadas.
Los poetas.
Las "fotos felices" de Facebook.
Los que ubican un YO en cada una de sus frases.
Los ejecutivos que hacen de cualquier bar su oficina.
Los colados.
Las encuestas a las tres de la mañana
Los que hacen listas sobre gente mortalmente insoportable.
Taluego
me gustó la última.... jua juaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarLa autocrítica ante todo :)
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