Como piolas consuetudinarios, intentamos ser más modernos de lo que somos en realidad. Boyando entre las lápidas y los monumentos, tener cierto éxito o perdurar en la memoria colectiva estaba asociado a que nuestra figura se perpetuara en mármol, bronce o cemento.
Una figurita de papel maché, plástico o fibra, era más apropiado para la decoración publicitaria de un circo que para representar a aquellos que hacen a nuestra historia.
Lamentablemente se mezclan las cosas y mientras vemos con alegría que el paseo de la historieta sigue creciendo con todos nuestros queridos personajes, se mantiene medianamente bien nuestra propia Tierra Santa y los capo cómicos cuentan con sus figuras de fibra de vidrio y resina epoxi, a alguien medio perdido en el mal gusto y la chabacanería se le ha ocurrido hacer con esos materiales una escultura de Perón junto a Eva, con un cachorrito que nadie recuerda su nombre.
Al cumplirse 40 años del fallecimiento del expresidente Juan Perón, el titular del partido Justicialista porteño, Víctor Santa María, y un grupo de dirigentes peronistas inauguraron una escultura de Juan y Eva tomados de la mano en el jardín de la Biblioteca Nacional, lugar de la antigua residencia presidencial demolida con la intención de que no se los recordara y donde viviera el matrimonio entre 1946 y 1952.
La horrible escultura del artista Fernando Pugliese muestra a Perón y a Eva
sentados, tomados de la mano, porque allí vivieron durante su
matrimonio, hasta la muerte de ella el 26 de julio de 1952, y
precisamente allí ocurrió su fallecimiento, según explicó Eduardo
Valdés, uno de los organizadores del homenaje.
Si seguimos perdiendo el rumbo e intentando homenajear a nuestros personajes históricos con figurines coloreados en forzadas poses, no sólo hemos perdido el sentido de la obra de arte como homenaje, sino que hemos caído en la transformación de nuestra ciudad en una feria de diversiones donde la mayor atracción sea la mujer barbuda y el enano de tres patas.
Que Pugliese siga haciendo estatuas de Carlitos Balá para promocionar alguna pizzería y deje a los personajes que merecen cierto respeto para los escultores que saben algo de lo que es un homenaje tomado de la mano del arte.
Taluego.
esos muñecos por lo menos no roban... viva la rev lib
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