Juicio y castigo a los corruptos.

A falta de castigo la historia tiende a repetirse.

Sea en Argentina, Venezuela, España, o Monrovia, todo jefe de Estado saliente pacta un necesario nivel de impunidad con quien asume dichas funciones. Es parte de las leyes no escritas que rigen el comportamiento del poder. No importa si son de partidos opuestos o similares, los trapitos sucios que unos conocen de los otros, los pactos que han firmado de común acuerdo y los oscuros negociados que han acordado "por el bien de la Nación" hacen que nadie tenga el culo limpio y pueda hacerse el loco de procesar al saliente por cohecho, uso en beneficio propio de información privilegiada o traición a la patria.

En épocas recientes los gobernantes que gozan de la mayoría de bancadas en el poder legislativo han promovido leyes que bajo un título que nadie podría vetar por ser del agrado de todos, escondían en algún apartado incisos engañosos y taimados que tienden a darle mayor impunidad a quien esté en ejercicio del gobierno.

Como por lo general ninguno de nuestros legisladores lee lo que más tarde debe votar, cuando se presenta alguna queja o indecisión a la hora de las definiciones , se trata simplemente que están a  espera que alguien les ofrezca algún beneficio (preferentemente monetario o de cargos) para hacer bascular la balanza de sus criterios para el platillo que más les conviene.

Los "panqueques", entonces, no son tales, sino que han recibido una mejor propuesta y así, con mayorías otorgadas por un pueblo que vota con la sensación del bolsillo de los últimos seis meses, se logra institucionalizar la impunidad e instalar la calavera con tibias cruzadas en lugar del emblemático sol de nuestra bandera.

Ya ni siquiera existen organismos de control independientes que puedan actuar. Las leyes han definido que sus integrantes sean elegidos por el propio Ejecutivo objeto de sus controles.

 
Si su gobernante asume declarando un patrimonio de 7.000.000 de pesos y al terminar su primer mandato cuenta con 74.000.000, hay algo raro. Si compra 2.000.000 de dólares justo dos días antes de una devaluación del peso, algo raro hay. Si su secretario, el chofer, un empleado bancario de cuarta y el jardinero comienzan a tener patrimonios de millones de dólares de la noche a la mañana algo raro hay.
Pero ante estas cosas siempre biene bien pedirle a la oposición amiga que nos haga un juicio mientras estamos en el poder y así permitir que nuestro juez amigo nos declare inocentes y que nadie nos vuelva a juzgar por el mismo delito cuando no tengamos la sartén por el mango y el mango también.
No falta el militante o fanático que cuando se nos escapa un insulto hacia el corrupto nos diga : Pero nadie les pudo probar nada y fueron declarados inocentes de todos esos cargos, no sé de qué delito me hablás- como si al sentido común le hiciera falta una ratificación judicial para detectar la corrupción y el delito evidente.
No, no se puede ser tan ciego a menos que se esté siendo cómplice, por interés o simple cholulismo hacia el poder. Hasta Google si usted busca "Políticos presos" le dá solo "Presos Politicos" que no es lo mismo aunque parece igual.

Yo noto que en Argentina los partidos opositores mayoritarios están unidos y esperan el turno para entrar a robar. Temen ponerse los pantalones largos y llamar a las cosas por su nombre porque les puede salir el tiro por la culata y siempre es positivo quedarse con las herramientas legales que les permitan salirse con la suya. Sin ir más lejos, fíjese que ni Alfonsín, ni Menem, ni De La Rua ni Néstor, ni Cristina han eliminado las leyes de la Dictadura, que como los DNU (decretos de Necesidad y Urgencia) les permiten imponer  sus posiciones de manera anti democrática e inmediata.

Muy lejos estamos de Brasil que a la menor sospecha de corrupción elimina de su gobierno a las manzanas podridas. Aquí y en otros lares parece que se los proteje y se crea una legislación a medida para asegurarles la impunidad tanto hoy como en los años venideros. Ahí está el huevo de la serpiente, porque siendo así las cosas, todos echarán mano a estas leyes que apañan la corrupción y silencian a las voces disidentes, demostrando que todo político es mayoritariamente un dictador en potencia.
Por eso es que los votantes deben evitar repetir la historia de votar con el bolsillo en un país que no ha metido preso a ninguno de los responsables de la debacle del 2001 tal como lo menciona la mismísima Cristina sentando un precedente que la exima de rendir cuentas en la era actual.

Yo no puedo confiar en ningún partido político que le asegure la impunidad a quienes han hecho tantos destrozos y han derivado el dinero del Estado hacia los bolsillos de empleados de confianza y familiares. Cada pibe muerto de hambre, hospital vaciado, padre sin trabajo o familia sin casa es consecuencia de ese latrocinio.
Por lo tanto nunca le daré mi voto a quien ya tiene una mayoría asegurada, porque es seguro que manipulará los tres poderes a su antojo, como tampoco votaré a un partido político que no se comprometa a juzgar a quienes ya lo han hecho.
No es lo mismo que el ciudadano de a pie como yo exprese “los vamos a juzgar” en una protesta o en un blog pedorro como éste en defensa de la Justicia y ante el avance del Ejecutivo y el Legislativo, a que un candidato a alguno de esos dos poderes afirme que nos garantizará que no habrá un pacto de impunidad, y que todas las irregularidades halladas serán remitidas a una justicia transparente, autónoma y libre de presión política.
Me gustaría que al menos hagan el intento.
Yo los voy a votar


Taluego.