No puedo negar que los artilugios cuanto más complicados más me atraen. Ya con ver su nivel de complejidad me veo capturado en un ejercico que intenta comprender lo que en algunas oportunidades es totalmente incomprensible. Claro que estoy familiarizado con todo tipo de código, desde las letras y los números, sin olvidar el braille, los jeroglíficos, el morse, los lenguajes de programación, para manejar máquinas, o el lenguaje musical. En todos he tenido un exito medianamente aceptable salvo en lo referente a lo musical. Eso sigue siendo para mi el equivalente al Chino Mandarín.
Y es cuando uno navega por los rios de Internet que se encuentra con complejos objetos coleccionables que jamás pensaría que alguna mente podría haber imaginado.
Ni siquiera para el código DaVinci.
Ni siquiera para el código DaVinci.
Por ejemplo en las fotos que adjunto aparece una máquina de escribir partituras o "música" Keaton, fabricada en San Francisco en 1950 y muy bien explicada en lo referido a su funcionamiento mediante un precioso folleto ETCetera de 1963.
Se sabe muy poco acerca de estas máquinas, incluyendo el número que pudieron haberse fabricado. Aunque sí se sabe que a nivel mundial solo quedan menos de un par de docenas. Se trata de un artilugio patentado en una primer versión de 14 teclas en 1936 por Robert H. Keaton, en San Francisco, California, y otra version de 36 teclas que fue patentada por el mismo señor en 1953 y es la que ilustra el post. Claro que el mercado existente para este artefacto era más que pequeño. Supuestamente fueron principalmente adquiridas por las cátedras de música de escuelas y pequeñas editoriales dedicadas a la publicación de partituras. Conociendo la mecánica de trabajo de los compositores musicales, mucho más conectados con la escritura manual que con la mecánica, es lógico que no les haya interesado. Es una cuestión de costumbre y practicidad pues es una máquina muy complicada de manejar, y ellos en cambio, contaba conuna muy buena caligrafía.
¿Qué tan complicado?
La hoja se fija a la tabla, y el mecanismo se desliza a través de sus rieles encima de ella, tanto en el eje horizontal, como vertical. El disco del teclado gira en un pivote, en donde, al colocar el disco en la posición correcta (similar a los viejos teléfonos de disco) , se presiona la tecla, la cual empuja un tipo del símbolo contra una cinta de tinta, dejando la marca en el papel. La parte curva de la izquierda es un delineador que permite posicionarse con precisión sobre cada linea o espacio dentro y fuera del pentagrama (con lineas adicionales).
En esta foto se aprecia la versión de 1950, en donde se ve con detalle todos los símbolos que podía colocar
Mire que yo he usado las reglas de cálculo cuando era estudiante y era lo máximo a lo que un profesional de los números podía llegar para resolver problemas matemáticos, pero ver este tipo de mecanismos adelantados a cualquier época como producto de mentes mentes brillantes capaces de llevar la mecánica como hilo conductor hacia la era donde la electrónica al fin lograría conquistar todos los códigos, es algo que sigue asombrándome.
Taluego.
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Taluego.
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