Por si le interesa entre 1869 y el 2010, la evolución del analfabetismo en Argentina tomado como el porcentaje sobre el total de la población de 10 años y más, da la siguiente y curiosa tabla.
Analfabetismo
- 1869 - 77,4%
- 1895 - 53,3%
- 1914 - 35,9%
- 1947 - 13,6%
- 1960 - 8,5%
- 1970 - 7,4%
- 1980 - 6,1%
- 1991 - 3,7%
- 2010 - 1,92%
Por ello cada estación tenía un color predominante específico, aunque esa práctica no sólo fue orientada al confort de los analfabetos, sino para lograr que todos los pasajeros pudieran habituarse al colorido para reconocer las paradas de inmediato o al menos con mayor facilidad.
Perú: amarillo oscuro.
Piedras: verde.
Lima: gris.
Luis Sáenz Peña: azul oscuro.
Congreso: carmín.
Pasco: rosado.
Alberti: marrón.
Plaza Once: azul.
Aún hoy cada vez que me subo a un vagón del Subte A en la ciudad de Buenos Aires, el aroma de la madera añejada y las luces intermitentes me llevan a lugares muy lejanos con el costo de un cospel mínimo. Ese movimiento de paredes de madera sin escuadra y rechinidos intermitentes de clavos fuera de lugar, no pueden hacer otra cosa que transportarme hacia otra dimensión, aquella donde todo es posible y reinan las historias fantásticas. No se vaya a equivocar de escalera o bajarse en una estación que usted no conoce, de color amarillo, negro o magenta. Esos túneles centenarios esconden secretos impensados, de ellos al menos cuatro, valen la pena de ser recordados.
El fantasma de la novia: Cuentan que hace muchos años, una mujer se encontraba en el altar esperando a su novio para casarse, pero recibió por parte de sus amigos una terrible noticia: su amado no se presentaría a la boda porque se había arrepentido. Ella entró en una crisis nerviosa y corrió a la boca de subte para luego arrojarse a las vías.
Muchos cuentan que entre las estaciones Pasco y Alberti deambula su fantasma con vestido de novia, aunque hace mucho que nadie lo ve.
El fantasma sólo se ha visto los días sábados por la tarde, dentro del horario en que habría tenido lugar la boda, de haberse realizado.
La historia cuenta que después de varios años, el novio fue mortalmente acuchillado en la calle San José y a partir de aquel momento nunca más se volvió a ver a la novia flotando por las estaciones Alberti y Pasco
El degollado del sanitario: Dicen que un antiguo operario de la estación Sáenz Peña concurrió una mañana a los sanitarios destinados al personal de servicio. En ellos encontró a un hombre degollado sobre un gran charco de sangre.
Su primera reacción fue salir a los gritos para alertar al personal de seguridad de la estación, quienes acudieron rápidamente a inspeccionar el lugar. Pero al regresar, el sitio estaba en perfectas condiciones.
Concluyeron que todo el asunto se debía a una alucinación sufrida por las condiciones del ámbito laboral.
Pero al poco tiempo volvió a repetirse la situación, esta vez protagonizada por otro trabajador. De hecho, durante largo tiempo muchos empleados afirmaban haber visto al degollado en el baño de dicha estación, a tal punto que se decidió clausurar esos baños.
Estos hechos desencadenaron una investigación que estableció que muy cerca de la estación, precisamente en la calle San José, años atrás habían acuchillado en el cuello a un hombre, quien se desangró mientras huía, y finalmente cayó muerto a metros de la boca del subte de la estación Sáenz Peña.
La estación fantasma: Otro de los sucesos es contado no sólo por trabajadores de la línea A, sino también por pasajeros. En uno de los trayectos en los que se corta la luz de los vagones, muchos afirman haber visto una extraña estación que no figura en el recorrido, en la que hay personas con vestimentas antiguas esperando el subte.
Cuando se realizaron las primeras excavaciones para construir los túneles se encontró un cementerio y algunos comenzaron con el saqueo de objetos valiosos. Pero de repente hubo un derrumbe que dejó a los saqueadores atrapados, y las autoridades decidieron cambiar el trayecto del subte, desviándolo de ese lugar.
Todos afirman que el extraño sujeto es el cuidador de los tesoros del cementerio.
La próxima vez que viaje con la línea A preste mucha atención, quizás se cruce con algún fantasma antes de llegar a destino…
Taluego
Datos Daniel Balmaceda y Anónimo en Taringa, Fotos: Silvia de Balmaceda, AGN y Metrovías
Que buenas historias. no las conocìa.
ResponderEliminarAnduve una vez en esa lìnea. Es hermosa.
Buen fin de semana.
Un abrazo.
Ojalá se pueda mantener algo para el disfrute futuro.
EliminarPero todo el patrimonio nacional se va diluyendo bajo las ruedas del progreso.
Un abrazo.