En mi humilde opinión y sin ánimo de involucrar a ningún lector en mis comentarios personales, creo que hay comportamientos que muchos asumen como naturales y que son fundamentalmente insanos para una sociedad.
¿Tan vacunados estamos que ya no nos damos cuenta cuando nos están perjudicando?
Pero mejor voy al grano. Hablemos de resentimientos, fanatismos y polarizaciones que pretenden excluir a una buena parte de la población que no quiere verse implicada en los manejos turbios de un partido político gobernante.
A mi criterio el resentimiento es el resultado de una emoción frustrante que siempre resulta ser germen de futuros fanatismos y que seguramente todos nosotros en mayor o menor medida tenemos. De los chiquitos y de los grandes también, porque sabemos alimentarlos y cuidarlos para que crezcan grandes y fuertes como si definieran nuestra personalidad.
La manipulación de este sentimiento en beneficio de terceros es un arte que se viene perfeccionando desde hace siglos y tiene su aplicación más pragmática en el arte de la política. El maquiavélico "divide y vencerás" se sostiene en ese concepto recurriendo a cualquier herramienta, legal o no, que pueda servir para el enfrentamiento o la división social útil a un proyecto.
Posiblemente la promesa de revancha sea el elemento que acerca más adeptos.
El resarcimiento del oprimido, política o económicamente, parece ser un acto de justicia que tan sólo con ser enunciado atrae votos y adhesiones, aunque nunca llegue a concretarse en sí mismo. Por lo tanto, asumir una bandera determinada que los atraiga y polarice en el espectro político de un país es una actitud sumamente lógica, inteligente y apropiada cuando todo vale para lograr la victoria en una elección.
Sin embargo el fanático suele ser un individuo problemático, de pocas fidelidades y mala memoria. Así es que se convierte en una necesidad mantener la correa corta y apretar el collar de ahorque en cada momento que el individuo o grupo se retobe. La billetera o la chequera suelen ser herramientas muy nobles para este fin cumpliendo las mismas funciones que el collar.
Ahora bien, hay temas en que a mi criterio no conviene polarizar a la población. Uno de ellos son los crímenes de lesa humanidad y los derechos humanos.
¿Me entiende? Con estos no se debería jugar.
Si usted se pone a pensar un poco en ésto coincidirá conmigo en que bajo estas premisas incluso los perpetradores de la violación de los mismos se logran beneficiar con la aplicación de la justicia y no de la venganza, así que el tema resulta tan amplio que involucra en forma universal a toda la humanidad. A los buenos y a los malos. Pero ojo, "Justicia ciega", no es lo mismo que "la Justicia es ciega", no sé si me explico.
Un claro ejemplo de cómo debería tratarse a mi criterio este tema proviene del pasado. Cuando se develaron los crímenes del nazismo en la forma del exterminio judío, la decisión más acertada del pueblo que nucleaba a la mayor cantidad de víctimas, fue la de no apropiarse del evento, sino , por el contrario, elevarlo a una categoría universal, ya que obviamente era un crimen realizado contra
todos los seres humanos por igual. Digamos que es uno de los crímenes de
Lesa Humanidad más publicitado, incuestionable y claro que haya ocurrido.
En las antípodas de esta sabia decisión podríamos ubicar a, por ejemplo, el Kirschnerismo y la Asociación Madres de Plaza de Mayo (no así a la Línea Fundadora) cuando deciden apropiarse de toda nuestra legítima indignación como país respecto del mayor crimen de lesa humanidad ocurrido en el país y lo convierten en una bandera política para beneficio propio y excluyente, canalizando hacia sus filas de ésta forma a toda una juventud militante y resentida por la falta de opciones y que necesita enfocar todo su fanatismo preferentemente en una causa noble con la promesa de redención o empleo.
El resto de nosotros se ve entonces sometido a una teoría del blanco y negro otrora aplicada por George Busch, en donde todo quien esté en contra de una determinada política del Estado estará también en contra del ideario humanista.
Como Busch, los políticos alineados con el gobierno serán los dueños de la verdad pudiendo atacar legítimamente a todos aquellos "infieles" que disientan con ellos, haciéndose ver como víctimas de una operación desestabilizadora y gratuita que no han hecho nada para merecer.
Y aunque la gente se cansa de ver tanta evidente manipulación del fanatismo, la actuación perfectamente coordinada, aún da buenos resultados.
El kirshnerismo y Las Madres de Plaza de Mayo nos han usurpado a todos los argentinos la identificación que como ciudadanos sufridos de nuestro país tenemos a favor de los derechos humanos.
Han ninguneado al resto de las instituciones que se negaron a pactar con ellos dejando fuera a quienes también han sido victimas de las dictaduras militares, que apoyaron a las Madres en su momento y que ahora se dedican a construir una vida mejor pensando que sus hijos se merecen más de lo que hasta ahora los gobiernos han ofrecido y no han terminado de cumplimentar.
Las Madres de Plaza de Mayo (no la línea fundadora ni Pérez Esquivel ni muchos otros organismos involucrados en los DDHH) se esconden detrás del gobierno actual y sus jueces amigos, reduciendo su existencia futura al tiempo limitado en que esa facción política continúe en el poder.
Y eso no se debe permitir.
Conceptos tan importantes como los derechos humanos no deben estar circunscriptos a una organización o partido aislado del resto de la sociedad en una evidente polarización política, porque cuando esto ocurre se está promoviendo la destrucción del ideal.
Las personas deben pasar, nunca son indispensables, pero las instituciones deben quedar y preservarse, cosa sumamente difícil de lograr cuando son utilizadas para el propio beneficio personal y quedan destruidas, increíblemente, por sus propios integrantes.
Mal que nos pese debemos aceptar, aunque con dolor, que en lo que a política se refiere y a la aplicación moderna tal como se la entiende, éste es un accionar amoral muy inteligente, natural y apropiado para los tiempos que corren. Sobre todo cuando hablamos de sociedades con bajo nivel de alfabetización, nula independencia de poderes y ausencia total de diversidad política como lo es la nuestra en los diez últimos años.
Hoy presenciamos como con orgullo justificado, las nuevas huestes de jóvenes políticos hacen gala y ostentación de la manipulación del fanatismo que intencionalmente han generado y que les permite polarizar a la población evitando cualquier análisis neutral de sus acciones. Pero, aún así, no deberíamos permitir que se lleven puesto, billetera mediante, nuestros más profundos ideales de igualdad y justicia social.
Porque, primordialmente, ellos nunca deberían haberlos manchado.
Taluego.
Madre mía, su mente tiene solución para todas mis preguntas escritas, o algo así. Vamos, para mis necesidades casi básicamente lectoras.
ResponderEliminarPorque hoy ansiaba leer algo, encontrarme con algo, refrescar mis conocimientos con sus causas letradas. Y hoy, que es mi cumpleaños, no sabe cuánto le agradezco que escriba, que comunique, que nos haga partícipe de sus iracundias, de su alegría, de su enfado, de su ánimo y demás estados.
Además lo que a usted le molesta o le saca de quicio, también nos molesta y nos saca de quicio a nosotros. Será porque sabe como tratarnos con ese derecho humano, tan bien escrito y descrito por usted.
Le dejo un abrazo, mi admiración primero, conste.
Mario
Estimado:
ResponderEliminarPreguntas: Que pasó con los Padres de Plaza de Mayo? Porqué han desaparecido los hombres de la escena salvo como víctimas ausentes o victimarios crueles?
Don Mario. Ahora me está comentando en post viejos y me está ignorando mis cuentitos. Estoy sumamente ofendido :D y sigo esperando su biografía, que ya se está poniendo más viejo y se desactualiza.
ResponderEliminarPero nada, que lo principal es su cumpleaños y que espero de corazón lo disfrute como Dios manda, es decir con amigos, amigas, buena comida y mejor bebida.
Haberlo sabido antes y le armábamos una fiesta en el blog ;)
Un abrazo grande y un muy Feliz Natalicio socio.
Don Jorge. Justo, justo ayer estaban pasando el documental en el canal Encuentro. Los tipos están muy bien y siguen su lucha sin hacer bandera. Son de la línea de Azucena Villaflor y la lucha original. Bah, así me pareció.
ResponderEliminarLo que sigue llamándome la atención, y disculpe que se lo comente, es que ninguno es de clase trabajadora. Diría más bien que son de clase media acomodada, espero entienda a que me refiero.
Un abrazo.