En Argentina ya muchos creen saber quienes gobernarán los próximos cuatro años, pues los adeptos al gobierno sueñan que tal vez se pueda repetir la etapa del 2003 al 2006 aunque falten los aliados de aquella época. Uno se pregunta entonces ¿para qué se gastan millones de pesos y dólares venidos de oscuras fuentes extranjeras en campañas y procesos electorales cuando la decisión parece estar tomada? ¿Será que aparentamos una cosa y en realidad somos otra?
La provincia de Buenos Aires reúne la porción más numerosa de la población argentina, cosa que seguramente convierte a sus habitantes en representantes válidos a nivel nacional. Es lógico pensar entonces que quienes nos gobiernan son también fieles reflejos del bonaerense incluyendo sus extraños orígenes y, posiblemente, oscuros destinos.
Lo cierto es que el territorio de Buenos Aires que incluye a la Capital Federal nació para el delito y por eso tal vez siempre ha sido sede del gobierno nacional. Ése era el objetivo de su fundación. Garay no era un colonizador de esos que venían en naves del otro lado del océano y fundaban el germen de países como Canadá o Estados Unidos, no, él era un asunceño que bajó con un grupo de compatriotas, de “hijos de la tierra” como se les decía a los que nacieron en América, con el objetivo de abrir un puerto para el contrabando. Básicamente para el contrabando de la plata potosina.
Buenos Aires era un puerto fundado para el contrabando y como tal, creció y se alimentó de nuevas personas con la llegada de los típicos mercaderes ligados a esa especialidad, sobre todo portugueses expulsados de la Europa antisemita de la época. Buenos Aires, siempre tras la búsqueda del negocio más rentable, incorporó otro rubro muy exitoso: el tráfico de esclavos. Fue, en sus principios el enclave más importante del tráfico de esclavos de América del Sur y abastecía a Santiago de Chile, a Cuzco, a Potosí… Fue tan importante como comercio que en el Tratado de Utrecht una de las ventajas que adquiere la vencedora –que era Inglaterra – era la exclusividad del tráfico de esclavos en el Río de la Plata.
Así fue que la fundación de Colonia del Sacramento (Uruguay) por parte de los portugueses obedece a la pérdida de su alianza con España y la decisión inmediata de una alianza con Inglaterra, convirtiéndose así en nuestros competidores en el rubro de este tráfico ilegal. Incluso intentos de invasiones y guerras manejadas por los ingleses mantuvieron abiertas las autopistas hídricas para transportar estas mercaderías sin contrariedad.
Pero Buenos Aires no se quedaría de manos cruzadas perdiendo dinero cuando su oligarquía dependía justamente de éste tráfico (recuerde que el español arribado a nuestras tierras se negaba terminantemente a trabajar) Como se le había prohibido operar como puerto, aprovecharon un punto en el reglamento que decía que cuando un barco estaba a punto de naufragar o estaba en peligro inminente, podía entrar en el puerto más próximo y desembarcar su mercadería y que ésta se vendiera en caso de que fuera perecedera. Obviamente, esto fue usado en beneficio propio, y se le llamó "contrabando ejemplar" Fueron muchos desde entonces los barcos que supuestamente estaban en situación crítica y desembarcaban en Buenos Aires sin más.
Como dicen en Argentina, "Hecha la ley, hecha la trampa", una máxima que sigue vigente hasta nuestros días.
Bajo este marco base y luego de las batallas independentistas realizadas para eliminar a España de la ecuación económica e introducir a la corona Británica, (en modalidad de Imperio Informal) no resulta raro que hayamos sido parte silente sin membresía oficial de un Commonwealth pirata que empobreció el país y enriqueció a unos pocos comerciantes devenidos en políticos.
El comercio de esclavos dejó paso a los cueros, el trigo, las carnes, la lana, el tabaco, la caña, el hierro, el oro, el aluminio, etc. etc. que nunca eran industrializados aquí, sino que por el contrario y a precios ridículos, eran enviados sin impuestos a Inglaterra y devueltos en la forma de elementos manufacturados que solo podían comercializarse en los negocios "ingleses" a los que las condiciones crediticias de Gran Bretaña nos obligaban a comprar. Todo legal mediante beneficios especiales a los descendientes de aquellas familias oligarcas de la aldea original.
Hoy día, luego del comercio de la Plata, los esclavos y el agro (con ganadería incluida), hemos adaptado nuestro esquema institucional al comercio de los estupefacientes. Somos el primer consumidor de Cocaina de America Latina y nuestros mayores ídolos del deporte y el espectáculo son todos drogadependientes. Argentina como un narcoestado lava los dineros del narcotráfico en un circuito proteccionista basado en la industria de la construcción inmobiliaria, libera zonas para la fabricación y el tráfico, desafecta a la policía de las zonas conflictivas, etc. Vemos con pasividad extrema como prefectos y gendarmes son puestos en su lugar cuando hace poco eran sorprendidos traficando cargamentos multimillonarios de droga o eran las fuerzas de seguridad que oficiaban de policía en los barrios que como Puerto Madero pertenecen mayormente a conocidos narcos. Incluso los embarques a Europa se hacen desde aeropuertos controlados por el Ministerio de Seguridad, los radares de frontera son eliminados y las pistas clandestinas protegidas.
Las cosas en más de 200 años parecen no haber cambiado nada y el comercio ilegal se ha hecho tan carne en el subconsciente colectivo, que ante cualquier acto de corrupción, el argentino no reacciona como lo haría un ciudadano normal en cualquier democracia. Por el contrario a lo deseado o esperado, son muchos quienes consciente o inconscientemente piensan que si estuvieran en el mismo lugar o posición de algún funcionario descubierto enriqueciéndose al filo de la legalidad, ellos habrían hecho exactamente lo mismo. De allí que se voten a algunos candidatos que en lugar de plataforma tienen prontuario.
Casi como si fueran modelos a seguir.
Las antiguas oligarquías han dejado paso a una nueva facción proveniente de los hijos de familias acomodadas que gracias a su educación privilegiada bascularon entre ideales tan opuestos como el Comunismo en su adolescencia y el Capitalismo Liberal en su edad adulta, cuando los sueños pasan a ser necesidades económicas y de poder, fáciles de comprar. .
Incluso el argentino promedio es materia siempre dispuesta a convertirse en testaferro de alguien más con tal de recibir su pedazo de queso.
Nuestro ciudadanos desde hace veinte años ya ni siquiera se sorprenden por las denuncias que a diario manchan a políticos y testaferros, sabedores de que las causas por delitos económicos prescriben sin haber alcanzado sentencia y por lo tanto pueden dedicarse a jugar con los límites de lo legal. ¿Sabía usted que una causa por malversación de fondos públicos tarda al menos 14 años en obtener resolución y que la mayoría prescribe? En los últimos veinte (20) años no ha existido ningún fallo condenatorio por delitos llevados adelante durante el ejercicio de un cargo público salvo el de María Julia Alsogaray. Hoy incluso existen jueces que se dedican a hacer "cosa juzgada" de los delitos de funcionarios antes de que se venza su inmunidad por ejercicio en el cargo. Y mientras el público se entusiasma y cree que se hará justicia, la maniobra de los gobernantes reside en que los jueces amigos procesen sus casos y los declaren inocentes en forma express para evitar que sus juicios se lleven adelante cuando el partido gobernante sea otro, tal vez opositor y el poder no los cobije.
Usted verá a Ministros de economía (cada día más sonrientes y mediáticos) con miles de dólares no declarados escondidos en un ropero, testaferros de fundaciones que ponen a su nombre bienes institucionales, incrementos múltiplos de diez en las fortunas de los gobernantes, uso de la información privilegiada para beneficio propio, venta de votos para la sanción de leyes en contra del pueblo como la Ley de Flexibilización laboral, vaciamiento de los aportes jubilatorios de la población para sostener al Estado, compra-venta a familiares y amigos de terrenos fiscales a precios ridículos, usurpación de empresas mediante aprietes fiscales, toma de bonos especulando con futuros rumbos económicos que el mismo Estado define, usurpación de títulos no aprobados por universidades o vendidos por ellas, etc. etc. y no se le moverá un pelo.
Total, todo político es abogado y hasta en la cárcel los presos siguen la carrera pagada por el fisco para después saber bien cómo poder zafar.
El argentino promedio ya está vacunado y si la cosa se pone pesada sintoniza a Tinelly porque esos escándalos son más divertidos y fáciles de manejar.
Algunos al ver un informe periodístico sobre un funcionario atrapado dirán "¡¡Pero que hijo de puta!!" pero no con franco enojo, sino con esa admiración expresada mediante el énfasis, símbolo de la dicotomía verbal que el insulto cobra en argentina como remedo de la moral doble, el doble discurso y las dobles caras que nos caracterizan.
Se viene un tercer mandato del mayor exponente de este ser nacional y es bueno que afronte su futuro incierto (un tercer mandato sólo ocurre en totalitarismos) y no se lo herede a alguien más, pero no se crea que el resto es diferente. Lo más terrible es que no existen opciones honestas en el espectro político nacional que puedan lograr gobernabilidad en un país moralmente devastado desde su nacimiento. Recuerde que somos contrabandistas de cuna.
Incluso si importáramos un partido entero, con presidente o primer ministro incluido del mejor país del mundo, las huestes organizadas para el derroque que ahora hasta cuentan con materias de perfeccionamiento a nivel escolar y trabajos prácticos en la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, se encargarían de destruirlo como hicieron otros con Illía en su oportunidad.
Salvo islas que pueden enorgullecernos, los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial , los gremios y las fuerzas de seguridad, es decir, todas las partes integrales de un Estado, han sido invadidas por una espora que no para de contagiar el hongo de la corrupción en los oscuros recovecos de nuestra patria.
Treinta años de reciente democracia y casi los mismos de moderna corrupción institucional.
Tal vez deberíamos haber sido piratas.
Taluego.
Fuente consultada :
"El puerto de Buenos Aires es un puerto fundado para el contrabando" de Pacho O´Donnell
"aunque falten los aliados de aquella época" Pero hay otros nuevos, creo.
ResponderEliminar"oscuras fuentes extranjeras " ¿Oscuras? ¿De África? ¿Podés indicar alguna o solo lilitás*?
"nuestros mayores ídolos del deporte y el espectáculo son todos drogadependientes" ¿Estás seguro? ¿Messi?
"pertenecen mayormente a conocidos narcos" Hoy estás terrible. ¿Vos conocés a muchos narcos?
"un tercer mandato sólo ocurre en totalitarismos" Ay Opín, esto es una mentira y lo sabés. No es 3° mandato sino 2°.
Un abrazo.
*lilitar=tirar acusaciones sin pruebas, como Lilita.
Estimado:
ResponderEliminarSu descripción es pavorosa y sus conclusiones terribles...que solución plantearía Ud?
Atte/
El "Emprèstito Baring" en 1820, ya mostrò para donde apuntàbamos.
ResponderEliminarY la clase polìtica, se defiende a sì misma. Tiene anticuerpos. Si no transàs, molestàs y te sacan. Yo lo sufrì.
Un abrazo.
Don Mostro. Hoy está más cómico que lo usual. Gracias por opinar.
ResponderEliminarDon Jorge. Ya entramos en la lista gris de países sospechados de lavado. Que dice si blanqueamos la verdad y mandamos preso a los corruptos.
ResponderEliminarDigo, para empezar.
Un abrazo
Don Gaucho. Andaba perdido m´hijo, espero que todo ande bien por sus pagos. Tiene toda la razón y no hay que escarbar mucho para sacar lo peor de esta gente.
ResponderEliminarLo triste es ver gente buena que los defiende.
Un abrazo.
Es un placer.
ResponderEliminarquerido Opin me parece un trabajo bárbaro, exacto y pleno amalgamados con esos datos que sabía pero que me lo ha hecho recordar con su prosa tan clara. Saludos y nos queda el consuelo de no ser idiotas que reímos y agachamos la cabeza sin más.
ResponderEliminarDon Diosesargentino JULIANO . Gracias por su comentario.
ResponderEliminar¿Puede creerme que me resultó sumamente catarquico? Siento que con este post pude expresar gran parte de mi indignación y bronca, que seguramente es la de muchos, pero que ante nuestra imposibilidad de generar un cambio rumiamos en silencio.
Tal vez decir lo que pienso no sea tan malo.
Un abrazo