Geeksen de la tribu Kwakiutl

A inicios de los años 60, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires decidió bautizar a una de sus plazas con el nombre de Canadá, cosa que le cayó muy bien al por entonces embajador R.P. Bower a quien, por cierto, se le ocurrió la idea de juntar unos dinerillos entre los empresarios canadienses que hacían de su estancia un negocio y con ese dinero adquirir un monumento que los representara en nuestro país.

Resultó sencillo encontrar los fondos y bastante claro definir la imagen que los representaría como país en esa plaza: un Tótem.

Usualmente este elemento ritual místico de los pueblos originarios de la zona comprendida por Canadá y Alaska se levantaría dentro de un bosque o en el centro del área habitada por un clan. Cada "modelo" de Tótem pertenece a una tribu en particular y la representa así como un Tartán define a una familia Escocesa.

Los mismos están realizados en un solo tronco en bloque, preferentemente de Cedro, tallado a mano representando figuras tales como águilas, halcones, osos, lobos, ballenas, sapos, castores , el ave del trueno y el ave caníbal (seres míticos). En sus historias estas criaturas toman forma humana, razón por la cual las tallas siempre tienen apariencia humana.

Nuestro Tótem de la plaza Canadá pertenece al clan denominado Geeksen de la tribu "Kwakiutl" nombre que recibió por lo tanto el mismísimo Tótem. Se lo reconoce por sus siete figuras principales, que en orden descendente son: el águila, el león marino, la nutria marina y un pez (la ballena), luego el castor, el ave caníbal (hok-hok) y el hombre (el jefe). Todas las figuras están talladas geométricamente y coloreadas alternando tres colores base: rojo, blanco y negro.

Su altura es de 21.50 mts, de los cuales 20 son de talla y el restante corresponde a la base enterrada. Pesa cuatro toneladas y tiene un diámetro de un metro en la base que se va angostando hasta llegar a los 60 cmts. en la cúspide. Fue realizado en seis meses en Vancouver por indígenas de la tribu Kwakiutl supervisados por el Museo Provincial de la Columbia Británica en Canadá.

El 9 de setiembre de 1964 fue embarcado hacia Buenos Aires en la nave S.S. Morrnaciele, recibido , instalado e inaugurado con una fiesta con fuegos artificiales y música de Piazzola en vivo.

Hasta Borges se inspiró en él.

Usted seguro que le pasó muchas veces por el costado y ni lo miró. La verdad es que el lugar no lo destacaba. 

En ese mismo 1964 subido a un Trolebús que venía desde la zona sur del Gran Buenos Aires, mi padre me llevó a ver este hermoso regalo llegado desde otras tierras. Recuerdo haber quedado tan impresionado por el objeto y su mística que desde entonces hasta la tardía adolescencia en mi mesa de luz había una réplica adquirida a algún tallista de Córdoba.

Hacía juego con las aventuras de Cowboys de la tele y con los libros de la Colección Robin Hood. El último de los Mohicanos, Daniel Boone, Pocahontas, etc., etc.

Bueno seguramente usted sabe para donde voy con todo este cuento. Ya debe haber espiado las fotos que acompañan la nota , pero si no es así, por favor mire...

Si, ese señor está orgulloso de su obra. Promete una restauración del monumento. Fue en 2008...

Hoy aún esta así:

Ese señor tan alegre que muestra la destrucción de uno de nuestros monumentos escudado en la mentira de una posible restauración, (que ni yo puedo creer ante semejante salvajada, menos un especialista restaurador) es el Ministro de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Ingeniero Hernán Lombardi, quien argumenta que el Tótem fue derribado con el objeto de restaurarlo y exhibe orgulloso la acción realizada.

Un año más tarde el mismo señor viaja a Canadá porque, dado que el Tótem "estaba muy destruido", buscará allí "negociar" su reposición. En la filmación de su visita al Museo de la Civilización de Ottawa, el Ing. Lombardi sostiene "el Gobierno de Canadá lo había donado en la década del 60, está muy destruido, estamos negociando con el Gobierno de Canadá la posibilidad de reponerlo para los festejos del Bicentenario".

Huy ¡¡¡ Ya estamos en el Bicentenario ¡¡¡. Lombardi viajó con nuestros dineros y el Tótem todavía no está.

Dicen que los Canadienses lo miraron con sorpresa y le dijeron que si quería Tótem no hay problema. Que como cuando nos lo entregaron  adjuntaron las indicaciones precisas para su mantenimiento y preservación y que como a ellos les duran cientos de años sin problemas, la garantía se debía considerar caducada ; pero que estarían muy felices de darles el encargo a los hijos de los talladores originales, quienes andan medio faltos de trabajo y que mejor si se va y hace una vaquita en Buenos Aires porque la mano de obra acá está muy cara y los cedros ahora están protegidos y los Tótem se sujetan a las leyes del Copyrigth y hay derechos de autor y Royalty que pagar...

...algo así como "Tomá de acá" o en buen criollo un "Andá a cagar".

--Termino de publicar este post y mi hijo me dice "Pa, eso lo vi en CQC hace unas semanas" le doy las gracias mientras puteo por lo bajo a mi escasa originalidad . Entonces agrego estos dos videos, así no pierdo lo trabajado--

Hasta CQC se ocupó del tema

La cuestión es que ese maravilloso regalo, que no a todo el mundo se le da, ha quedado tendido, sin que nadie lo note, abandonado de la mano de dios, como muerto, solo y en medio de esta bendita, desagradecida y oscura ciudad...

...¿?...

Taluego

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Fuentes: Basta de Demoler , Temakel, Parque Leonardo Pereyra – El Tótem de plaza Canadá, FOTOS GALERÍA ANDRÉS MANRIQUE