Bicentenario hipócrita

El Bicentenario nos castiga con frases hechas y latiguillos aprendidos desde la más tierna infancia en las escuelas nacionales, que tal como las Nacional Socialistas de la antigua Europa, crean héroes donde nunca los ha  habido, formando un falso sentido de pertenencia y una deuda ética y moral con quienes uno nunca llegó a conocer. Claro está que toda nación que surge requiere de esta hazaña de la imaginación literaria propagandística para fortalecerse y prosperar. Tal ha sido el lavado de cerebro sufrido por todas las generaciones post-sarmientistas , que pareciera que antes de 1810 no existía nada en los parajes de ésta nacionalidad.

Es que incluso cuando los gobiernos están a cargo de militares o imaginarios patriarcales, asoma San Martín como Padre de la Patria, así en mayúsculas y todos vamos para allá, comprando sin preguntar. Ahora cuando  nos gobiernan esas nuevas razas pseudo izquierdistas que nos hacen aparecer a un Mariano Moreno como el gran Montonero que se adelantó a su época al ser asesinado por revolucionario en sus treinta y tantos, el mambo en nuestras cabezas empieza a sospechar que algún interés oculto disfraza la historia según como venga la moda, usando el mismo rigor histórico ausente que aparece en cada libro de Pigna.

Para evaluar el Bicentenario debemos ser conscientes que toda revolución que se ha llevado adelante en la historia de la humanidad tiene orígenes económicos. Es decir, alguien perjudicó a otro que se cansó, juntó a unos cuantos igualmente cansados e iniciaron una revuelta donde por lo general murieron quienes no se verían beneficiados con ninguno de los posibles resultados del conflicto. Como un Gaucho llevado por la leva al que se le confiscan rancho, vacas y caballos, se reparten sus hijos para labores en el campo de otros y la china la entregan para tareas domésticas de algún comerciante poderoso, así de justo era el reparto de beneficios entre la paisanada que le ponía el pecho al conflicto creado por nuestros autodenominados "Próceres".

Nuestro "Padre de la Patria", había nacido en la actual Argentina, allá por  los pagos de Yapeyú, y había cursado estudios en España e incluso luchado en el ejercito de su majestad. Cuando emprende el viaje hacia Buenos Aires en 1811, no se toma el buque directo, se va primero a Londres, donde la logia masónica "Gran Hermandad Americana" lo pone en conocimiento de un plan Británico, el plan Maitland llamado "Plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego emancipar Perú" para expulsar a los españoles de nuestra zona y poner el gobierno en manos de los indígenas, preferentemente un Inca manipulable e ignorante. Ese mismo plan fue el seguido en nuestras tierras por la Logia Lautaro a la llegada del Santo de la Espada. Usted sabrá la historia y notará que todo el movimiento estaba orientado a lograr eliminar el comercio con España, que  por entonces limitaba las posibilidades de los criollos en contraposición de los españoles radicados.
Esta es una gesta económica, no patriótica.

Ya en el año 1776 Los habitantes de Buenos Aires habían comenzado con su rebelde acción al separarse del Virreinato del Perú y fundar el del Río de la Plata. Pocos años después fueron favorecidos por un tratado de libre comercio con España que pronto dejó de ser favorecedor cuando Carlos III introduce las reformas que daban preferencia a los españoles para ocupar los cargos burocráticos y privilegios comerciales por demás. Los criollos de clase alta comenzaron a elucubrar algunas medidas para orientar el curso de los acontecimientos en su propio beneficio.

Recuerde que en Buenos Aires había una gran cantidad de españoles, franceses, portugueses y otros varios, muchos más de los que siendo nativos eran desposeídos o simples gauchos, empleados, agricultores, peones: es decir los que hoy serían la masa obrera.

Cuando Buenos Aires fue atacada en 1806 por los ingleses, los criollos combatieron al lado del francés Santiago de Liniers, logrando derrotar y expulsar a los invasores ( el trato fue amigable y hasta se los repatrió con honores). Ante una nueva arremetida en 1807 y ganando una vez más el pueblo bonaerense se organizó en milicias armadas convenientemente para enfrentar nuevos intentos invasores. El jefe de las tropas era Cornelio Saavedra.

Si usted recuerda cuando Evita quiso armar a los obreros (armas que quedaron guardadas en la CGT) para que defendieran al gobierno del General, se dará cuenta de la peligrosidad  que implica dejar armarse al pueblo.

Viendo el peligro inminente, la Junta Central de Sevilla manda un nuevo virrey en 1809, Baltazar Hidalgo de Cisneros, quién les tocó el traste al desmovilizar las milicias y propiciar el restablecimiento del monopolio comercial español. Fue entonces cuando los criollos que ya estaban armados y preparados para imponerse, rechazaron la medida y mantuvieron sus tropas armadas y presionaron por la tolerancia de comercio con Inglaterra. Si señor leyó bien, rechazamos las invasiones, pero amigablemente, nos mandan un San Martín adoctrinado para sacar a los españoles y poner un Inca ignorante a la cabeza del territorio para comerciar con Inglaterra y encima nuestros libertadores sólo querían comerciar libremente con los británicos porque las condiciones impuestas por los españoles los desfavorecían.

Dígame, dónde encuentra el patriotismo heroico del que hablan en las escuelas?.

El virrey se da cuenta que no hay forma de que se imponga y acepta todas las demandas.

En los libros se leerá que un grupo de criollos separatistas se reunía secretamente discutiendo diversos planes para derrocar a este virrey. Yo los llamo oligarcas ilustrados de la época, que aunaban su educación elevada con sus intereses económicos. Estos eran militares como Cornelio Saavedra y Miguel de Azcuénaga, los abogados Manuel Belgrano, José Castelli y Mariano Moreno y los comerciantes Juan Larrea y Domingo Matheu. Eran lo que llamaríamos una célula terrorista de niños bien (como todas las que hemos tenido) que solo esperaba un acontecimiento propicio para tomar el poder.

Esto aconteció el 17 de mayo cuando llegó la noticia de que en España había caído la Junta Central y se había instalado la Regencia.

En los días siguientes los conspiradores movilizaron las milicias y destituyeron al virrey. Nadie pudo evitar ( ya que se trató de gente armada y revolucionaria capaz de asesinar a cualquier opositor) que el 25 de Mayo los rebeldes formaran La Primera Junta de Gobierno encabezada por  Cornelio Saavedra, embanderándose en los ideales de la Revolución Francesa ( disparada también por los altos impuestos a los que se sometía a los vasallos) y la independencia de los Estados Unidos (inspirada en los problemas originados por los impuestos a la importación de productos como el te)

Por muchos años los rioplatenses usaron la "máscara de Fernando", es decir decían reconocer al rey pero a la hora de los bifes combatieron todos los intentos de restaurar el colonialismo español.

Muchas fueron las batallas necesarias para mantener estos ideales económicos en pié. Muchos fueron los pobres y esclavos que nada ganarían cualquiera fuera el vencedor. Se imagina usted yendo a la batalla para defender los intereses de Macri, De Narvaez, Kirchner y otros tantos oligarcas que pretenden perpetuarse en el poder para seguir haciendo negocios con el exterior. Es que los intelectuales, las clases dirigentes, los militares, los religiosos y los comerciantes a los que ahora se les levantan monumentos usaron al pueblo para defender sus intereses en el comercio . Llevaron a la muerte a gente que como nuestro caudillo Güemes, lucharon con valentía defendiendo ideales que tenían la función de enmascarar y ocultar los verdaderos designios del poder económico. Liberar el comercio con Inglaterra.

Bajo este mismo estandarte cayo uno de los mejores gobiernos Uruguayos, pues nadie en contra de Inglaterra debía tener autoridad en la boca del Río de la Plata. Así nació la guerra con Paraguay, país que resultaba modelo de independencia, eficiencia y calidad de vida pero que Inglaterra no permitiría continuar. Y así hasta las épocas posteriores al gobierno de Rivadavia, fuimos un centro agrícolo ganadero que pedía empréstitos a Inglaterra, nuestro comprador exclusivo y dueño de nuestros ferrocarriles y clase dirigente. Nunca dejamos de ser colonia, siempre cambiamos de manos según los "retornos" que llegaran a la clase dirigente.

Hoy no están los ingleses. Ya nos nos incluyen ad-honorem en el Commonwealth. El mundo cambió. Se globalizó de forma tal que el colonialismo nos llega de manos de organismos que nuclean a aquellos países que nos dictan con quien podemos y con quien no podemos comerciar. Hoy somos colonia  de España con sus multinacionales, del FMI, el Club de París, del Banco Mundial y de cuanta billetera ande por allí buscando ofertas.

De qué festejo del bicentenario me hablan?

Taluego.

Fuente de inspiración:  http://amautacuna.blogspot.com/2010/05/bicentenario-de-independencia-de.html , pero no tiene la culpa.