"La Naturaleza es vida y es muerte en un ciclo constante que la define."(yo)
Sólo tres ejemplos para no abundar.
UNO
Corría el año 1985 y Colombia estaba tan linda como siempre. Era septiembre, el 13 para ser exactos. Dos meses antes de la tragedia. La zona cafetera desplegaba todo el verdor que en esta época es más característico, entre tantas lluvias que la azotan.
En la cordillera central , hábitat de un sinnúmero de pequeños pueblos y ciudades ocultas entre la selva y la montaña, el suelo estaba poniendo sobre aviso a los humanos de que algo terrible iba a pasar. La tierra mandaba mensajes que cientos de científicos alrededor del mundo recibieron con alegría y los motivó a viajar a suelo colombiano. Geólogos, Vulcanistas y simples periodistas viajaron a Bogotá y se radicaron provisionalmente en Pereira- Risaralda.
El Nevado del Ruiz estaba temblando.
En todos los medios, (televisión, diarios, radios) los científicos eran tajantes: el volcán Nevado del Ruiz está a punto de hacer erupción. La gran incógnita era saber cuando.
Nevado del Ruiz
Este volcán nevado, es de un tipo que no hace erupciones explosivas, sería algo normal, paulatino, sin ríos de lava. El peligro radicaba simplemente en algo que se definía por su nombre: es un nevado y entonces el calor generado haría derretir miles de toneladas de nieve adheridas a sus costados.
Los científicos verificaron los posibles recorridos del río de nieve y barro. Analizaron y mostraron por televisión los diques que habían construido con rocas para detener el caudal. Pero nadie decía que esto fuera suficiente. El público pedía a gritos medidas de evacuación. Pero cuándo?, adónde?, por qué?, quién recogerá la cosecha de café?.
Luego de ver esto día y noche por la televisión el 13 de Noviembre de 1985 a las 21:20 hora local, el volcán entró en erupción. A causa del calor, y como estaba previsto, la nieve acumulada en la cima se derritió, y la enorme masa de agua, descendiendo rápidamente por las laderas, formó una gran avalancha de barro y ceniza volcánica (que en
vulcanología recibe el nombre de
lahar). La avalancha descendió del volcán en todas direcciones, pero sobre todo hacia el norte y al este. En muchos de los diques el torrente se detuvo un instante haciendo crecer la pared de agua y barro hasta 15 metros. La fuerza y energía acumulada hasta lograr romper estos muros de contención sólo empeoraron la situación agigantando las consecuencias del drama. Los diques que supuestamente habrían de defender a las poblaciones, sólo contribuyeron a incremetar la monstruosidad de la propia avalancha. Por el este, el "lahar" empezó a discurrir por el rio Lagunillas, que pasa directamente por la ciudad de
Armero. A las 23.20, la avalancha llegó a la ciudad, con una fuerza arrolladora, arrastrando casas, vehículos, árboles y todo a su paso. A las 23.30 el alcalde de Armero, Ramón Rodríguez, llamó por teléfono a la Defensa Civil, informando, desesperado, que su casa se estaba llenando de agua, momento en que la comunicación se cortó. Eso fue lo último que se supo de él.
La mañana siguiente mostraba un pueblo de 25.000 habitantes tapado por un manto de barro. 25.000 muertes oficiales. Sólo se podía ver la cúpula de la iglesia (el hito más alto de Armero) asomando unos centímetros por encima del lodo. Algunos sobrevivientes refugiados en las copas de los árboles o haciendo la plancha sobre el lodazal tratando de llegar a algún borde sólido donde aferrarse.
La ciudad de Armero tapada por el lahar
La catástrofe puso en evidencia, por un lado, la falta de prevención de las autoridades colombianas -el volcán como dije ya venía dando muestras cada vez más frecuentes de una posible erupción desde octubre de 1984- y por otro lado, la escasa preparación de los servicios de socorro de Colombia. El caso de
Omayra Sánchez (una adolescente de 13 años, que sobrevivió a la avalancha, pero quedó atrapada en la laguna que se formó, con los pies aprisionados en los escombros y la mayor parte del cuerpo sumergido bajo el agua, hasta que murió, tras 60 horas de agonía por
gangrena gaseosa) se convirtió en el más claro ejemplo de la ineptitud de los socorristas colombianos.
La ciudad se convirtió en un cementerio natural pocos días después, cuando se comenzó a descargar cal viva en toda la zona.
Cuando volví al lugar, todo el recorrido del Lagunillas estaba arrasado. Puentes , casas, rutas, todo desapareció y el mismo cause del Lagunillas que previamente contara con unos cincuenta metros de orilla a orilla, pasó a tener casi cien.
Aún hoy, la erupción de 1985 despierta el interés de toda la comunidad científica, y
vulcanólogos de todo el mundo acuden al lugar, para interiorizarse del fenómeno, y tomar nota de los errores cometidos por las autoridades colombianas, a fin de evitar tragedias similares en otras partes del mundo.
DOS
El
World Trade Center (abreviado
WTC) fue un complejo ubicado en
Lower Manhattan, en
Nueva York,
Estados Unidos, donde se situaban las
Torres Gemelas. Nunca me había interesado por esos monumentos egomegálicos de los americanos, hasta ese 11 de septiembre de 2001 cuando vi casi en directo el impacto sobre la primer torre. Supuse entonces que algún controlador aéreo había metido la pata y me dediqué como cualquier argentino a hacer conjeturas de los más alocadas. Entre medialuna y medialuna sentado en la barra del barcito de Bolivar y Diagonal Roca todos poníamos a prueba nuestra imaginación hasta que vimos el segundo impacto, pero esta vez en directo.
Se acabaron las conjeturas. Atentado seguro.
Las torres gemelas antes de la caída
Usted yo y hasta los propios norteamericanos estamos artos de esta historia. Ya lo sé. Lo traigo por este lado únicamente por lo que, luego se supo, ocurrió en el interior de las torres mientras yo me deglutía las mediaslunas en el barcito.
Parece ser que los norteamericanos son de obedecer muchas reglas y una de ellas es evacuar mediante un determinado procedimiento muy diferente del que usaríamos en un edificio de planta baja.
Ellos piden instrucciones.
A quién le piden instrucciones? Al organismo de Administracion del Puerto de Manhattan.
Que tul.?
Las instrucciones fueron claras y terminantes:
NO EVACUEN LOS EDIFICIOS.
Obedecer le costó la vida a 2602 personas que ya no tuvieron tiempo para escapar y que se sumaron a las víctimas que viajaban dentro de los aviones.
TRES
Una chica de 12 años salvó la vida de buena parte de los habitantes del archipiélago Juan Fernández, a 600 kilómetros de la costa chilena, en medio del océano Pacífico, al alertar sobre las olas gigantes que se dirigían a las islas tras el terremoto que había asolado el centro y el sur de Chile. La alerta oficial del tsunami que debería haberse oído antes del aviso de la pequeña no llegó. El ministro de Defensa imputó al día siguiente la equivocación a la armada, pero el hecho es que el sistema de alarma temprana no funcionó y que los ejercicios realizados en años recientes para preparar a la población no surtieron efecto.
Sin palabras
La Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) chilena dijo que había recibido la información de que no habría tsunami después del terremoto.
Un "error" de la armada -tal como lo denominó Michelle Bachelet-, que minutos después del terremoto descartó la posibilidad de un tsunami, les costó la vida a cientos de personas que se encontraban en estas zonas costeras. Sólo se salvaron aquellos que desoyeron a las autoridades y huyeron hacia los cerros. En medio del campo, a casi tres kilómetros de la costa, aparecen corvinas, calamares y cangrejos desparramados por el pasto. Estos inesperados visitantes del mar son la prueba casi surrealista de la intensidad del tsunami que siguió al terrible sismo y que devastó a los pequeños poblados costeros, los más castigados por la tragedia que golpeó a Chile.
Algunos periodistas indican que la cantidad de víctimas resultado del tsunami es de casi la mitad del total denunciado como resultado del terremoto en Chile. Para ser más claro, si aplicaban las normas que ellos mismos escribieron y evacuaban a la gente de las costas aunque sea en forma preventiva, habría un 50% menos de muertos en esta tragedia.
Y?
Si usted está muy despierto y se da cuenta que no he mencionado ninguna de las tantas catástrofes argentinas donde hemos puesto de manifiesto la inoperancia de nuestros entes de control, esto obedece a que no es nada nuevo que las instituciones argentinas sean así. No vale la pena repetirlo ahora.
Gracias a Dios, los hospitales y sus médicos, los bomberos y el pueblo en general, salvan el día cuando la imprevisión nos lleva por delante. Pero no debemos confiarnos. No sería justo para con ellos.
Mire mi amigo, Las reglas están para seguirlas. Eso es lo que me enseñaron y por lo general nunca había tenido que reparar en que esto pudiera tener un lado negativo. Pero el mundo cambia, la gente se relaja, las reglas se hacen elásticas, los gráficos los hacemos según nos convenga, los presupuestos son para dar un monto a un afano y mire, no quiero cargar más las tintas.
Los organismos oficiales se han percudido, pero tanto, tanto que ya ni se ocupan de proteger a quienes los subvencionan. Y como todos somos humanos y falibles, mi consejo opinático es muy sencillo, digo:
"El instinto de autoconservación es mucho mejor consejero que un ente estatal dedicado a protegerte."
Espero que se cuide y salga corriendo cuando la lógica lo indique.
Taluego
Fuente: Yo, Wikipedia, La Nación, Clarín.
Bueno, creo que esto de la inutilidad de los controles oficiales, ya lo puse de manifiesto cuando te dije (y es verdad), que se consiguen autorizaciones truchas de Anmat o SENASA, (pero salidas de adentro de Anmat o SENASA) que sirven para, incluso, exportar.
ResponderEliminarLo del Tsunami de Chile, es inexplicable. Alguien tiene que ir preso. Acà en la Argentina, buscarìan un gendarme, o un radiooperador, diciendo que no pasò el aviso, o algo asì.
Lo de las torres gençmelas, lo vi por una cadena española. Habìa pegado el primero, y los gallegos discutìan sobre como el controlador se habìa equivocado, o si el piloto habìa sufrido un ataque al corazòn, y entonces chocò el segundo. Hubo un silencio de 10 segundos, y se escuchò "Joder, Tìo, esto no es accidente, no crees?"
Y como soy anarquista, en el fondo, adhiero a tu consejo, poniendo en claro que la propia supervivencia, no debe ser a costa de la de los demàs.
Saludos
Amigo Gaucho Santillán.
ResponderEliminarMe preocupa que nadie se preocupe de la situación de descrédito que sufren los organismos e instituciones.
Hay caminos de los que no se puede regresar y en argentina se nos está haciendo imposible seguir soportando este manoseo constante del Congreso, el Indec...y hasta la propia institución republicana.
Nadie se toma nada en serio.
Hay días que quiero irme a vivir a una isla desierta, pero con aire acondicionado, delivery, cable, Internet y una negra que me apantalle.
Un abrazo
Lo de la isla, solo te pasa "algunos dias"?
ResponderEliminarAfortunado!!