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U n ladrón entró al banco gritando a todos: Que nadie se mueva, el dinero no es de ustedes, su vida en cambio les pertenece. Todos en el ban...

N adie pudo explicarme jamás si fue culpa de la difteria, de la maldita poliomielitis o una mal tratada tuberculosis laríngea. La cuestió...

E l licenciado Tripudio Beneficiario Locanto había encontrado que su lugar en el mundo no era en su pueblo natal, Barranca del Medio, era...

A Telémaco Rodriguez en la Federal lo llamaban "El Lobo". Su metro ochenta y físico trabajado imponían respeto mucho antes d...

A las seis de la mañana la anciana se sentaba en su destartalado banquito esperando a que saliera el sol invernal para calentarle los ...

C acho se había levantado temprano. Llegó a la estación terminal de subterráneos cuando aún no regía la hora pico, pagó con su tarjeta ma...

U n buen día te descubres utilizando el viejo cucharón de madera, porque crees fervientemente que de lo contrario el guiso no saldría com...

Y o la elijo a ella. Los dos morochos que pasan en la misma moto me miran con ganas de bajarse a pelear. Pongo cara de malo y meto la p...

L a mujer detrás del escritorio parecía cansada. Sus lentes clásicos, dignos de otra era, reflejaban los datos que la pantalla gaseosa ...

C acho...Cacho... Negro, despertate... - escuché en medio del sopor de quién emerge de un largo sueño. - ¿Eh? ... que pasa Tana ? ...po...

T odo el mundo sabe que hay horarios en que tomar la autopista es una verdadera locura. Sólo una decisión insana o una obligación ineludi...