lunes, 18 de diciembre de 2017

Inventando el Magiclick

Cuando era chico en casa se usaba un chispero eléctrico que se parecía a una picana. Claro que el uso extendido del chispero tenía que ver con el costo de los fósforos y la comodidad de la vida moderna. Toda cocina a gas requería de éste adminículo hogareño, tan necesario como el reloj eléctrico de pared.
No fue hasta el año 1963 que su uso quedó desplazado por otro invento: El Magiclick.
Como bien marca Wikipedia, el Magiclick es un encendedor de chispa (chispero), generalmente de forma alargada, que contiene un dispositivo piezoeléctrico gracias al cual se genera una elevada tensión, produciendo un arco eléctrico que enciende una llama de gas. 
Si usted no sabe lo que es el efecto piezoeléctrico se lo digo en pocas palabras para que no tenga que googlearlo. El efecto piezoeléctrico, es un fenómeno físico que presentan algunos cristales debido al cual, aparece una diferencia de potencial eléctrico (voltaje) entre ciertas caras del cristal cuando éste se somete a una deformación mecánica, como la producida por el golpe del resorte que impacta el cristal cerámico dentro del Magiclick para lograr un arco voltaico instantáneo.
Este producto fue inventado en Argentina por Hugo Kogan en 1963, mientras se desempeñaba como director del Departamento de Diseño de la empresa Aurora, y debió su nombre a que encendía la llama con sólo pulsar un botón.


Cuentan que en ese momento, un directivo de Aurora llevó a la empresa un elemento pizoeléctrico de origen japonés, considerado inédito; Kogan analizó su funcionamiento, observando la característica de que al presionar un extremo, se dispara una chispa. Allí, se inicia entonces el desarrollo del producto de uso manual y bajo costo. Aplicando lo que ya estaba inventado en otro producto inédito.
Pero Kogan no era un ladrón de inventos. Era un diseñador industrial de vasta trayectoria profesional, nacido en Buenos Aires en 1934, que inició su profesión a los 22 años trabajando en la empresa Philips. Es también uno de los referentes más influyentes del diseño argentino y sudamericano, por su labor internacional y como creador e impulsor de la profesión de diseñador en la Argentina.
En el año 1960 fue contratado para dirigir el departamento de diseño de la empresa Tonomac, iniciando así una labor de consultoría a empresas.


En la década del 70, Tonomac competía fuertemente con Philips en el mercado de los radiorreceptores, por lo que decidió adoptar como estrategia el lenguaje tecnológico de ciertos diseños de Estados Unidos. Siguiendo esta política, Kogan trabajó en el diseño de la radio Lark, que tiempo después se transformaría en un objeto clásico.

Kogan en 2012

En forma paralela se dedicó a la docencia en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, desempeñándose también como jurado en diversos concursos de diseño. En lo que respecta a la universidad bonaerense, fue Coordinador Académico de la Carrera de Diseño Industrial, e integrante de la Comisión Académica designada para la creación de las Carreras de Diseño Industrial y Diseño Gráfico, siendo distinguido, además, como Profesor Honorario en el año 2012. Siguiendo con el ámbito académico, desarrolló una importante actividad en el exterior, obteniendo el reconocimiento como Profesor Invitado por la Universidad de Bologna.
Fue fundador y director del Congreso Internacional de Diseño Industrial (ICSID).
Ha ganado numerosos premios, entre los que se destacan 3 Premios Konex (en 1992, 2002 y 2012) y sus trabajos han sido expuestos en Italia, Inglaterra, México, Argentina y Chile, entre otros países.
Ha diseñado alrededor de 200 productos industriales que incluyen desde linternas, televisores, a equipos de refrigeración, entre otros.


Su producto más popular ha sido, sin duda alguna, el Magiclick. El éxito fue tal que la empresa decidió abrir fábricas en Brasil y España para producirlo y poder cumplir con la increíble demanda.
En 1983 fundó Visiva, junto a los arquitectos Ricardo Blanco y Reinaldo Leiro, una empresa que creó muebles únicos.
Sin embargo siempre fue humilde y ha expresado sobre su invento:

"En esos casos ocurre que el diseñador está en el lugar y momento justos, se da cuenta de algo y actúa."

El crítico Jorge Glusburg expresó acerca de él: "La obra de Kogan se distingue por su racionalismo estético, su conocimiento tecnológico, y lo que denominaríamos una belleza del rigor, que convierte a sus objetos en implementos esenciales y, a la vez, sutiles, porque no pesan sobre el usuario con el regodeo de las formas sino todo lo contrario: le sirven sin denunciar su presencia".

Para mí, es un tipo con chispa.

Taluego.

Fuente: http://bibliotecafaud.blogspot.com.ar

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