Al finalizar un buen asado nocturno, cuando la abundancia de alimentos y el exceso de vino disminuyen nuestras defensas es el momento que el paisano aprovecha para tomarle el pelo al citadino o a los pequeños en edad de asustar.
Junto al fuego, en la parte más alta de una sierra tupida y oscura se encontraba la casita de veraneo "Mi Ilusión", un lugar donde pude escuchar las historias de la llorona y de La Salamanca, justo cuando la noche estaba más cerrada y uno debía irse caminando por los oscuros caminos serranos. El efecto hipnótico y nuestra imaginación ávida de adrenalina hacía casi todo el trabajo que el cuenta cuentos había decidido encarar.
Allí fue cuando escuché la versión cordobesa de La Salamanca que indica la necesidad de adentrarse en las salinas grandes, avanzar a pie muy pero muy adentro de ellas, allí donde sólo se ve el reflejo de la luz de la Luna sobre la sal, y comenzar a silbar y cantar desafiando al demonio. Dicen que si uno lo hace bien el demonio nos permite regresar a salvo, pero que si cometemos un error nuestra vida eterna quedará en el páramo.
Gauchos y músicos suelen cumplir con el ritual y es por ello que siempre le han cantado.
Y también escuche el cuento de La Llorona en su versión serrana.
Pero mejor veamos cada uno de ellos en la versión Argentina, porque le aseguro que los mitos y leyendas se replican por toda America Latina.
Y también escuche el cuento de La Llorona en su versión serrana.
Pero mejor veamos cada uno de ellos en la versión Argentina, porque le aseguro que los mitos y leyendas se replican por toda America Latina.
La llorona
En Argentina se dice que La Llorona era una mujer que mató a sus hijos arrojándolos a un río, por lo que se suicidó a causa del sentimiento de culpa. Se la describe como una mujer alta y estilizada vestida de blanco, a quien no es posible verle la cara y, en algunas ocasiones, tampoco los pies, de modo que parece que flota en el aire. Se aparece por los caminos emitiendo estremecedores lamentos que enloquecen incluso a los perros. En algunos relatos cumple la función de espíritu vengador al subirse a los caballos de los trasnochadores y matarlos de un helado abrazo mortal.
Es considerada un espíritu de malos presagios. Puede causar enfermedades a las personas, empeorar la condición de quienes ya están enfermos o traer desgracias a los seres queridos. En otros relatos se presenta como una mujer inofensiva que necesita consuelo y ayuda, por lo que despierta la piedad de la víctima, pero, cuando esta se acerca a consolarla, le roba todas sus pertenencias.
Es considerada un espíritu de malos presagios. Puede causar enfermedades a las personas, empeorar la condición de quienes ya están enfermos o traer desgracias a los seres queridos. En otros relatos se presenta como una mujer inofensiva que necesita consuelo y ayuda, por lo que despierta la piedad de la víctima, pero, cuando esta se acerca a consolarla, le roba todas sus pertenencias.
En la ciudad de Marcos Juárez, provincia de Córdoba, se solían escuchar llantos que se decía que provenían de la Llorona. Sin embargo, resultaba que venían de algunos bromistas que, usando grabadoras y otras herramientas tecnológicas, asustaban a los vecinos de la ciudad. No solo ocurrió en Marcos Juárez, sino también en pueblos aledaños como Leones.
Sólo puede encontrar la entrada aquel que conoce la palabra que hace visible la cueva. En su interior, el aventurero debe pasar por tres "pruebas iniciáticas": la primera consiste en resistir el ataque de un chivo maloliente de ojos rojos, la segunda es aguantar la presión de los anillos de una enorme serpiente peluda llamada viborón o culebrón y la última vencer a un "basilisco criollo" de ojos centellantes. Las tres pruebas pueden superarse si se demuestra a las amenazas que no se les tiene temor.
En la provincia de Catamarca, según Villafuerte, a la Salamanca se debe entrar desnudo, siendo guiado por un cuervo; al momento de entrar el futuro iniciado debe escupir sobre una imagen sagrada, generalmente un crucifijo.
A veces el mismo Diablo sale de la Salamanca para buscar adeptos; en esos casos toma la forma de el Mandinga, y se aparece como un gaucho vestido lujosamente, con adornos de plata. Los que han estado en la cueva pueden reconocerse porque, dice la tradición, no proyectan sombra.
Una vez superadas las pruebas, se ingresa a una gran sala de piedra iluminada por lámparas de aceite humano, allí se reunen para instruirse en la brujerías, hechiceros, adivinos, brujos, animales colaboradores y espíritu familiar.
Reina allí un gran alboroto de risas, gritos y llantos. Los concurrentes pueden aprender artes como la curandería y el idioma de los animales, o simplemente a hacer daño.....
La Salamanca versión santiagueña
Según la versión de los santiagueños, y otras zonas del norte de la Argentina, la Salamanca como producto del mestizaje cultural es un espacio destinado a la enseñanza y al intercambio de conocimientos ubicado en una cueva o en el monte, allí el iniciado aprende el arte que le interesa (domar, bailar, tocar la guitarra, curar, maleficiar y demás) siguiendo las lecciones del Zupay (el demonio). La tradición cuenta que si alguien escucha la música de la Salamanca, caerá en una vida de terror , a menos que se trate de una persona de buena fe o tenga un rosario entre sus manos para no caer en la tentación del Supay.
Muchos aseguran que a la Salamanca concurren a hacer pactos con el diablo diversos artistas que quieren utilizar al máximo sus dotes. Esto también implica un "descanso" repleto de sufrimiento. Varios artistas han reflejado la Salamanca en sus obras tanto plásticas como musicales.
Fuente Wikipedia.
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