El primer secuestro americano

El primer secuestro extorsivo de América fue realizado sobre el Inca (Rey) Atahualpa a manos del conquistador español Francisco Pizarro y el rescate solicitado era nada más ni nada menos que todo el oro de su reino.

Por las dudas le aclaro que hablamos de Atahualpa (quechua: Ata-wallpa 'gallo') que fue el decimotercer inca y pese a que tuvo sucesores nombrados por los españoles está considerado como el último gobernante del Imperio incaico, mientras que Francisco Pizarro González Marqués, fue el explorador y conquistador español del Perú, gobernador de Nueva Castilla (actual territorio peruano) con sede de gobierno en La Ciudad De Los Reyes (Lima).

Cuenta la historia que durante su secuestro forzado en la prisión de Cajamarca, el Inca Atahualpa había disfrutado del oscio y el aburrimiento. Tal era así que pasaba el tiempo haciendo nada y en esa nada supo maravillarse por las tareas que desarrollaba el secretario privado de su secuestrador Pizarro . 

Dicho secretario sabía pasar las horas escribiendo cartas, memorias y balances, todas tareas que le requerían del saber de la escritura. Atahualpa solía preguntarle que qué era lo que estaba haciendo y el secretario intentaba explicar lo inexplicable a un ser que provenía de una raza que aunque había logrado los mayores logros en la ingeniería de la construcción, no había siquiera descubierto el uso y beneficios de la rueda.

Un buen día el secretario creyó poder solucionar el problema con una simple demostración. Le escribió en el dedo, tal vez sobre la uña, la palabra " Dios" y conminó a Atahualpa a que le mostrara ese dedo a quien primero entrara a la habitación. Le aseguró que sin mediar palabra, el visitante sabría que ahí estaba Dios.

Atahualpa espero la entrada de cualquiera y apenas un soldado hubo traspasado el portal se le abalanzó mostrando su dedo escrito con esos cuatro simbolos.

-Ahí veo Dios- Dijo el soldado y Atahualpa abrió los ojos de asombro.

Pronto quiso saber si había sido una coincidencia o no, para lo cual el secretario lo conminó a que repitiera el experimento con el próximo que entrara.

Apenas entró otro soldado de la guardia el indio le mostró su dedo a lo que el soldado respondió con 

-Leo Dios en su dedo-

Menos sorprendido y algo más desconfiado, (tal vez supuso que ambos estaban confabulados para tomarle el pelo)  esperó que entrara otro soldado por aquella puerta para confirmar sus sospechas.

Y el próximo en entrar fue el mismísimo Pizarro al que Atahualpa le puso frente a los ojos su dedo escrito con cuatro simbolos hispanos. 

Pero Pizarro no habló, desvió la vista y negó la pregunta. 

Atahualpa estalló en risotadas de victoria, -seguramente el secretario lo había engañado ya que Pizarro no había identificado los símbolos de Dios-, pero esas risas de victoria sellaron su destino malamente, pues Pizarro interpretó que se estaba burlando de él por ser analfabeto y estar imposibilitado de leer o escribir en aquella, su propia lengua.

Atahualpa fue sometido a un juicio sumario y ejecutado a degüello, finalizando de esa brutal manera el primer secuestro extorsivo seguido de muerte que se desarrollara en las tierras bautizadas en honor de Americo Vespucio.

Taluego