Los argentinos como siempre sacamos a relucir nuestra vena exitista y apenas comenzó a sonar la película "El artista" como una de las mejores del 2011 se proclamó que la actriz principal era de nuestra nacionalidad. Pobre chica, Bérénice Bejo si bien nació en estos pagos, no pasó más de tres añitos y se fue con papá y mamá a Francia, así que olvídense, es una francesita hecha y derecha (que al menos sabe hablar español)
La película en sí genera muchas sensaciones diferentes. Por empezar me resultó enojoso e indignante que algunos críticos indicaran la falta absoluta de efectos especiales. Chicos, un poco de cabeza, esta película tiene más efectos especiales que King Kong, sólo que están puestos para apoyar la trama y para pasar desapercibidos. Ese es su mayor logro. Claro, puede que quede algún crítico desubicado que piense que una toma de NY en los años veinte se puede lograr sin efectos o que el trabajo de fotografía que simule la textura e iluminación de aquellos años es simplemente usar las cámaras y películas de antaño. No, El artista cuenta con un plantel técnico de excelencia que pasa desapercibido haciendo que uno "compre" o se crea esa película de antaño rodada ayer.
A mi modo de ver los rubros técnicos, en los que incluyo la musicalización, han sido de desempeño impecable.
Por otro lado El artista es una declaración de amor por el cine del Hollywood de los años 20; un homenaje construido a la manera de ese cine, en blanco y negro, con los mismos tics y los mismos trucos; los mismos galanes seductores y las mismas heroínas ingenuas y sin otros diálogos que los que caben en los intertítulos. De tal forma quién no ha visto en su vida una película muda podrá sorprenderse mucho más aún que aquellos que las hemos disfrutado como curiosidades.
El artista vuelve atrás las manecillas del reloj para devolverle al espectador una experiencia más sencilla, y con ella, cierta fresca magia parecida a la que proporcionaban los films que emula.
Basados en esta premisa es justificable que el argumento sea tan sencillo como eran sencillos en aquella época, o si usted lo quiere puede traducir la palabra sencillo por "ingenuo".
A saber la trama se centra en una Hollywood de 1927 donde el artista George Valentin, atlético y sonriente, es el favorito de todos. Una especie de Douglas Fairbanks con algo de Valentino y un poquito de Gene Kelly al final del film, por el que las chicas suspiran y caen desmayadas. Alguna, más audaz o más afortunada, como el personaje de Berenice Bejo, consigue acercársele y esa cercanía le abre el camino al éxito de la mano de su amado ídolo. Lamentablemente se acerca la transición. El sonido está por llegar y la revolución que genera junto con la crisis de 29 hace que Valentíne caiga en la desgracia y el olvido junto con el cine mudo, mientras ella logra el éxito con el surgir del hablado.
Suponga usted la historia de amor completa, donde dos tramos son para recordar : El primero cuando el amor se desencadena a partir de la sucesión de tomas de una misma escena malograda reiteradamente porque la pareja de artistas que debe interpretarla desatiende la ficción. O el segundo, cuando la actriz se prodiga ella misma un abrazo deslizando su brazo dentro de la manga de una chaqueta del divo colgada en un perchero.
Momentos como éstos hacen que uno no pueda ser duro con una película que utiliza recursos de la vieja escuela y se los enseña a las nuevas camadas para sorprenderlas.
El film es un retorno a la inocencia y al relato ingenuo y redentor que tal vez le anda faltando a la industria porque ya nadie lo entiende.
Taluego
La película en sí genera muchas sensaciones diferentes. Por empezar me resultó enojoso e indignante que algunos críticos indicaran la falta absoluta de efectos especiales. Chicos, un poco de cabeza, esta película tiene más efectos especiales que King Kong, sólo que están puestos para apoyar la trama y para pasar desapercibidos. Ese es su mayor logro. Claro, puede que quede algún crítico desubicado que piense que una toma de NY en los años veinte se puede lograr sin efectos o que el trabajo de fotografía que simule la textura e iluminación de aquellos años es simplemente usar las cámaras y películas de antaño. No, El artista cuenta con un plantel técnico de excelencia que pasa desapercibido haciendo que uno "compre" o se crea esa película de antaño rodada ayer.
A mi modo de ver los rubros técnicos, en los que incluyo la musicalización, han sido de desempeño impecable.
Por otro lado El artista es una declaración de amor por el cine del Hollywood de los años 20; un homenaje construido a la manera de ese cine, en blanco y negro, con los mismos tics y los mismos trucos; los mismos galanes seductores y las mismas heroínas ingenuas y sin otros diálogos que los que caben en los intertítulos. De tal forma quién no ha visto en su vida una película muda podrá sorprenderse mucho más aún que aquellos que las hemos disfrutado como curiosidades.
El artista vuelve atrás las manecillas del reloj para devolverle al espectador una experiencia más sencilla, y con ella, cierta fresca magia parecida a la que proporcionaban los films que emula.
Basados en esta premisa es justificable que el argumento sea tan sencillo como eran sencillos en aquella época, o si usted lo quiere puede traducir la palabra sencillo por "ingenuo".
A saber la trama se centra en una Hollywood de 1927 donde el artista George Valentin, atlético y sonriente, es el favorito de todos. Una especie de Douglas Fairbanks con algo de Valentino y un poquito de Gene Kelly al final del film, por el que las chicas suspiran y caen desmayadas. Alguna, más audaz o más afortunada, como el personaje de Berenice Bejo, consigue acercársele y esa cercanía le abre el camino al éxito de la mano de su amado ídolo. Lamentablemente se acerca la transición. El sonido está por llegar y la revolución que genera junto con la crisis de 29 hace que Valentíne caiga en la desgracia y el olvido junto con el cine mudo, mientras ella logra el éxito con el surgir del hablado.
Suponga usted la historia de amor completa, donde dos tramos son para recordar : El primero cuando el amor se desencadena a partir de la sucesión de tomas de una misma escena malograda reiteradamente porque la pareja de artistas que debe interpretarla desatiende la ficción. O el segundo, cuando la actriz se prodiga ella misma un abrazo deslizando su brazo dentro de la manga de una chaqueta del divo colgada en un perchero.
Momentos como éstos hacen que uno no pueda ser duro con una película que utiliza recursos de la vieja escuela y se los enseña a las nuevas camadas para sorprenderlas.
El film es un retorno a la inocencia y al relato ingenuo y redentor que tal vez le anda faltando a la industria porque ya nadie lo entiende.
Taluego
El film es un retorno a la inocencia y al relato ingenuo y redentor que tal vez le anda faltando a la industria porque ya nadie lo entiende.
ResponderEliminarMe encanta este final :-)
Un abrazo
Amigo, en su blog, hace pocos minutos estaba escribiéndole un comentario a modo de agradecimiento por varias cosas. Hablo en pasado porque mi antes escrito se lo llevó el viento de la red, desapareció de la pantalla, lo engulló el ciberespacio. Así que esto que lee ahora lo escribo en una plantilla de Word antes de dejarlo en su casa de letras, para que no me suceda lo mismo so pena de coger un ataque de nervios.
ResponderEliminarPrimero, agradecer su comentario en mi blog. Además, haciendo uso de los incisos, le diré qué tiene toda la razón; Carrère no ha acertado con su visión biográfica Philip K. Dick. Pero bueno, me quedo con sus otras dos obras, ya le iré contando. El segundo motivo que motivó –valga la redundancia- estas palabras es su acierto con la recomendación de cine, nunca mejor dicho. Porque la fui a ver un domingo por la tarde para pasar el rato y sí, pasé el mejor de los ratos. Tanto que me reconcilié con el séptimo arte, séptimo en arte y en caro, pues no es barato pasar un par de horas ante una pantalla que proyecta fantasías que alimenten mi deseo catódico, o algo así. Pero me reconcilié, insisto, hice las paces con las taquilleras, con los que venden refrescos fríos y cafés malos, y salí, al cabo de pocas horas, pensando que algún día la volvería a ver. Mire socio, no soy de repetir con las películas. Pero algunas excepciones hay. Me sucede como con las novelas, pocas son las escogidas para una segunda lectura por el mero hecho de disfrutar, redisfrutar. Pero es obvio, ¿para qué leer un libro otra vez con la cantidad que hay esperando en la alacena de las letras?
Así que le agradezco su comentario. Le doy la razón en cuanto a los pocos logros de Carrère con Philip K. Dick, le agradezco, parte segunda, que hable de “El artista” y le pido disculpas, como lo hago con todos los que escriben en mi espacio letrado por no contestar allí. Puede que sea una mala costumbre, pero no sé, no lo he hecho nunca. Prefiero devolver la visita, leer las buenas nuevas, y comentar agradeciéndolo todo a la par… o algo así.
Antes de dejar este comentario, decirle que no he querido cambiar mi forma de escribir, o la manera de tratar los temas, qué va. Lo que sucede es que algo me provoca, y conjunto provocación y deseo y conocimiento para volcarlo en la pantalla. Últimamente han sido las canciones por un lado, y las causas y los efectos literarios de Carrère, por otro. Pero siempre hay algo muy personal en todo lo que quiero transmitir, entre otras razones, no sabría hacerlo de otra manera. Algo mío hay en todo lo que narro, o algo de mi entorno. Así que seré demasiado personal para acercarme a la literatura comunicativa tipo prensa, o demasiado técnico como para rezar eslóganes sobre libros y músicas. Eso, o algo nuevo estoy cociendo. Pero bueno, creo sinceramente que lo mejor a día de hoy y hora de ahora, es no dejar de hacerme verbo y bucear entre un mar de conjugaciones intencionadas.
Ah, y perdone la extensión de este comentario. Ya se lo he dicho a nuestra socia y amiga, intentaré sintetizar más, mucho más, alguna vez, algún día.
Un abrazo, infinito.
Mi gratitud
Mario
Yo vi la pelìcula muda de Mel Brooks, donde el unico que hablaba era Marcel Marceau.
ResponderEliminarAhora puedo hablar de esta, sin haberla visto.
Un abrazo.
Le vamos a dar bola...por ser Ud...
ResponderEliminarAtte/
Doña Noah. Usted no solo es una gran amiga sino que también debe ser un poco masoquista, porque me lee los post repetidos.
ResponderEliminarSi, ya sé que se sacrifica porque me tiene afecto.
Y yo se lo agradezco infinitamente.
Cariños amiga.
Don Mario. Amigo, usted no sabe cuantas veces el amigo Blogger deglutió mis comentarios. Tantas veces que ya de tanto en tanto , cuando veo que son medio largos, voy haciendo algunos copy intermedios por las dudas.
ResponderEliminarYo le agradezco que comente in extenso por estos pagos y que nos deje expresarnos en sus sitio aunque nunca comente. Ya lo sabemos y nos gusta tener todo el espacio de comentarios para nosotros ;)
Amigo, buena inversión ha sido la de ver este film en el espacio público de un cine, lo que duele es cuando por el mismo dinero sólo nos llevamos a casa un mal recuerdo.
Muchas gracias por estar allí, siempre es una alegría ver-leerlo.
Un abrazo.
Don Gaucho. El amigo Mel siempre abrevó en el cine mudo y gracias a ello seguimos riendo.
ResponderEliminarMe gusta cuando el cine logra algo positivo entre tanta porquería.
Un abrazo y disfrute del silencio....
Don Jorge. Es esta época estoy viendo mucho cine yanky y muy poco de él puedo recomendar. En Merlucius voy criticando lo que puedo , pero aquí pongo las que realmente pueden digerirse sin Uvasal.
ResponderEliminarUsted sabe lo mal que hace en darme bola ;)
Un abrazo.
Creo que hay que alegrarse que a los Oscar acuda una película de ésta rúbrica, cansado cómo está ya el público de tanto d elo mismo, violencia, efectos y tramas predecibles. Por otro lado es de agradecer un aspecto técnico que nos retrotrae a aquellos felices años antes de la Gran Depresión. Coincido contigo en que hay que alegrarse de que una película así se haya rodado y esperemos que coseche todos los premios habidoe y por haber.
ResponderEliminarUn saludazo.
Don CS Peinado. Espero ande mejor de su gripe y tenga tiempo para ver alguna buena película. A mi me cuesta tanto encontrarlas que en algunas oportunidades pierdo la perspectiva.
EliminarUn abrazo
Linda cronica y muy agudas las criticas. El exitismo argentino es inconcebible. Esa atribucion del exito del film porque la actris "es argentina" no tiene nombre. Habra que tomar nota que los expulsados que encuentran acogida en otras latitudes, nos deben doler no enorgullecer (pienso, por caso, en Milstein, y en amigos de estudios emigrados porque hacer ciencia en este pais es un permamente lavar platos, como dijo aquel nefasto ministro que termino acorralado). Paralelamente, la falta de efectos especiales vista como deficit nos habla de la total desatencion del fondo de los asuntos, pura forma, puro envase, pura inmediatez. Un abrazo.
EliminarDon S.A.L. Un gustazo leerlo. La verdad desconozco si los padres de la chica se fueron por esas razones o simple gusto, lo que sí es cierto que solo reconocemos la calidad si nos la marcan los extranjeros. Así los artistas se hacen famosos si, por ejemplo, tienen algún éxito en España.
EliminarHoy sé que la peli ganó el Oscar, pero que quiere que le diga, muy mal debe andar la industria cinematográfica si éste es el producto de mayor calidad en todo un año.
Un abrazo grande