jueves, 12 de enero de 2012

La otra historia de la tiroides presidencial

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Dr. Pedro Saco responsable de la operación
Paradójicamente la compañera presidente Cristina Fernandez viuda de Kirchner habría sido víctima de la soberbia de otros.

Para variar, un médico de su misma ideología, pecó de soberbio declarando ante todos los medios que él hacía miles de operaciones como la que le practicaría a la presidente, que eran de rutina y que él es una eminencia reconocida por todos en el medio.
Casi lo mismo que emanaría de la boca de cualquier funcionario del FPV. sobre cualquier tema u ocupación sin que se les caiga la cara de vergüenza.
La diferencia radica en que ni la internación en un centro médico hotelero como el Hospital Universitario Austral (Privado) financiado por el Opus Dei, al que ningún trabajador argentino podrá acceder jamás a menos que pague fortunas, ni la atención por médicos de reconocida trayectoria como Pedro Saco, que ante todo parecen ser máquinas de facturar, pudo evitar un error que ha dejado privada sin necesidad a la presidente de una glándula que se encontraba perfectamente sana.
Incluso una de las médicas que trató el caso, la doctora Melisa Lencioni , citóloga del Hospital Austral y miembro del equipo de Saco, advirtió a sus colegas varios días antes de la operación que los análisis que se le habían hecho a la mandataria no eran terminantes respecto a la posibilidad de que tuviera cáncer de tiroides. Pero no fue escuchada.
El problema radica en que no solo no se habrían seguido los procedimientos de rigor, sino que se habría ninguneado a muchos otros especialistas que trabajan cada día tratando a los pacientes como seres humanos y no como enfermedades.
Una punción no es una biopsia y en el caso de la presidente se habría decidido todo un accionar médico basado sólo en el resultado de una punción de aguja fina, evitando realizar una biopsia por congelamiento durante la operación y es aquí donde los médicos que ahora opinan desvían la atención para evitar un juicio por mala praxis.

Las multitudes apoyando a Cristina
Lejos del Opus Dei, el Hospital de Clinicas depende de la Nación, Universidad de Buenos Aires mediante, ya casi destruido por la falta de recursos que los K desvían a sus socios millonarios en la medicina privada. Sin embargo el Clínicas sigue en la lucha y aún cuando no posee los medios físicos para una mejor atención, continúa poseyendo excelentes especialistas y plantel humano (al igual que el Instituto Roffo) , aunque cobren míseros sueldos.
Fabián Pitoia, endocrinólogo y jefe de la sección Tiroides del Hospital de Clínicas, explicó que la operación a la Presidenta Cristina Kirchner “no se podría haber evitado”. indicó que el diagnóstico definitivo de la biopsia (la presencia de un “adenoma folicular”) nunca se puede saber con una punción de tiroides.
Entonces, a pesar de que el diagnóstico original hablara de “carcinoma papilar”, la intervención debía realizarse de todas formas según Pitoia (NdA: note que el truco es hablar de "la" operación pero no de la ablación de la glándula). Es que “la única manera de establecer un diagnóstico definitivo sobre estos nódulos es su remoción quirúrgica y un cuidadoso examen microscópico” que confirme o descarte la posibilidad de un cáncer de tiroides. (fin de la cita) 
Lo que usted no entendió y los médicos evitan explicarle, es que en el procedimiento que nadie niega que se debió realizar, lo que se debería haber hecho es remover los nódulos, una pausa en la intervención quirúrgica, un análisis denominado biópsia por congelamiento del nódulo con resultado intraquirúrgico (se conoce el resultado durante la operación), pues este resultado es en definitiva el que  define si se extrae la glándula completa o parcialmente, o no se extirpa para nada.
Según testigos presenciales ésto no habría ocurrido en la operación a la presidente, sino que se mandó a analizar post ablación de la glándula. ¿Me entiende? ¿Tanta soberbia y seguridad los llevó a saltearse un paso del procedimiento?
Mucho más tarde, cuando la presidente ya estaba recuperándose en su habitación de hotelería hospitalaria, los resultados del estudio histopatológico de la tiroides extirpada revelaron que, en verdad, nunca tuvo cáncer, sino que su glándula tiroidea estaba afectada por nódulos benignos llamados adenomas foliculares.
Se la extirparon al pedo.
En definitiva un caso de mala praxis con características de "Cuestión de Estado" en el que habría incurrido el famoso equipo del Hospital Austral, pero que difícilmente será denunciado pues el secreto entre profesionales hace que cualquier médico que divulgue éste tipo de datos quede expulsado de la Sociedad Médica en forma permanente.
Si, de la misma manera que una mujer puede matar de un disparo a su marido gobernador e irse lo más campante a su casa (hasta el día de hoy), para recibir incluso más tarde la simpática visita del juez en su domicilio para tranquilizarla, el encubrimiento entre médicos con relaciones políticas con el gobierno tiene los mismos beneficios como el de los políticos entre sí, y nos deja a todos los seres normales y honrados afuera y sin derechos.
Ahora por un error médico la presidente deberá seguir de por vida un tratamiento para nada cómodo y que era totalmente innecesario, al igual que todos nosotros deberemos seguir viviendo en una Argentina resultado de sus propios errores.

Taluego.

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El artículo La otra historia de la tiroides presidencial fue publicado por OPin el jueves, 12 de enero de 2012. Esperamos que le sea de alguna utilidad o interés. Gracias por su visita y no olvide dejar su comentario antes de partir. Hasta el momento hay 8 comentarios: en el post La otra historia de la tiroides presidencial

8 comentarios:

  1. Socio, hace ud, que la información sea amena e interesante. Muy buena entrada, muy buena.

    Un abrazo

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  2. He empezado a leer sus entradas justo hace un buen rato. O el rato necesario para cerciorarme de una vez por todas que su literaturiedad, su base comunicativa, su don de palabra, o con las palabras, el manejo del verbo, y su manera de andar por las aceras de la retórica, que todo lo que acaba de leer, insisto, se ha convertido en algo indispensable, imprescindible en mis días. Porque puede que alguna vez lea y no le comente hasta varias lunas más tarde, o puede que durante una plena, lea lo que ha escrito y algunas de sus imágenes se enquisten, que no encasten, en mi cabeza, y no salga de aquí, de donde están ahora, hasta que las exorcice con este comentario.

    Llevaba varios días queriendo dedicarle tiempo y espacio entre mis tiempos. Necesitaba comentarle sus entradas, brindar por su aniversario, darle la razón, de corazón, por lo expuesto cada vez que abre la boca para opinar, se aclara la cabeza para derrochar ideas y abraza el teclado como un hijo pródigo dejándose la piel letra a letra en este espacio de negritas y cursivas. Y sus curvas, las de sus mujeres, las de ese post que me dejó helada la mano derecha y caliente la razón, esas curvas, digo, que cogen entre sus interiores la copa de champán con el que me gustaría brindar mil veces por sus casas pintadas de la dicción que necesito, o algo así...

    Perdone mi extensión, esta forma de dejarme llevar... este impulso irrefrenable a la hora de decirle todo lo que tenía pensado desde hace días ya... Si algo no entiende, prometo (bueno, llevo prometiendo lo mismo ni se sabe...) sintetizar más la próxima vez.
    Huelga decirle, como ha “huelgado” otras veces, que de hoy no pasa, de hoy de ahora, de esta franja por la que atraviesa mi día doce de enero, pasearé por nuestra empresa. Leeré, comentaré, y agradeceré en silencio unas cuantas veces todo lo que no ha dejado de hacer por nosotros desde que inauguramos espacios comunes y plurales y de obligada parada para los que quieren leer, para los que quieren exponerse, para lo que, seguro, siempre quieren disfrutar, viajar al centro de la materia escrita y gozar sustantivamente…

    Le dejo un abrazo, agradecido.

    Mario

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  3. Si por lo menos le hubieran extirpado las cuerdas vocales, yo no me hubiera quejado.


    Pero sigue relinchando, che.

    Un abrazo.

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  4. Doña Noah. Aunque usted no lo crea la información no la conocen muchos porque los médicos no pueden hablar.
    Fue una metida de pata tan grande como la de que Néstor Kirchner no tuviera un disfibrilador en la casa y el despacho.
    Parece que saltará el médico presidencial.
    Lo pondrán en otro cargo.
    Pero nada más.

    Cariños socia (se la extrañaba)

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  5. Don Mario. Se me hace que usted anda muy pero muy ocupado y aunque las promesas arrecien sigue estando con la mente en otro lado. Y hace bien. Que la vida está fuera de estas pantallas catódicas, de plasma , capacitivas o de LED.
    Yo espero que cuando pueda pase y disfrute de alguna de las tantas cosas que voy publicando sin un hilo conductor que caracterice a mi blog. Si, soy un disperso que no sabe como acomodar sus ideas y que todo le interesa (menos las matemáticas)
    Recuerde que usted sigue siendo socio fundador y editor asociado de NSE, que estoy seguro en unos cientos de años se habrá convertido en un blog literario de referencia. No se pierda. Venga cuando pueda y deje sus ideas por aquí que siempre serán apreciadas.

    Un abrazo grande.

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  6. Don Gaucho. En casa tenemos un reflejo automático: apenas la escuchamos hablar salimos corriendo a apagar el televisor pues cambiar de canal no tiene efecto cuando hasta cuando se tira un pedo lo transmite por Cadena Nacional.

    Y tiene razón, sigue relinchando.

    Un abrazo

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  7. Estimado:
    Es correcto señalar que se podría haber salvado parte de la glándula sana si se hubiera hecho la biopsia intraooperatoria, pero bué... fue Obra de Dios y quienes somos para discutirle?...la soberbia debe ser el pecado capital más común...
    Atte/

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  8. Don Jorge. Sin duda amigo.
    ¿Vio que siguen cambiando el relato?
    Menudo bolonqui se armó.
    Lo llamativo es que Chavez igual dice que Crist venció al cáncer.
    Yo no hago ningún comentario mordaz sobre el tema porque no hay enfermedad más hija de puta y cualquier ilusión de vencerla me parece válida.
    Pero no hay duda que a Crist la perjudicaron gratuitamente.

    Un abrazo.

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