jueves, 1 de abril de 2010

Ni Falkland ni Malvinas - Parte III de III

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Si usted ha leído la Parte I y Parte II de este extenso post, o es muy amigo de la casa o realmente está interesado en el tema.
Es aquí sin embargo donde la opinión asoma su cabeza y el  chisme histórico es traído de la mano de mi propia experiencia personal. Para el estudioso que desea informarse correctamente, existen sitios mucho más serios que este mi humilde Blog. pero bueno, que al fin de cuentas este es un Blog personal, una bitácora, un día a día que en aquellos años no teníamos a mano para evitar somatizar todo lo vivido.
En esta última entrega simplemente traigo a la memoria hechos que yo mismo quiero negarme a olvidar. Estoy haciendo un ejercicio íntimo, un esfuerzo por recordarme lo vivido, no tanto por su importancia, sino como un acto de respeto por aquellos compatriotas de las Fuerzas Armadas y del pueblo que perdieron la vida allí o que regresaron sin futuro ni ilusiones.
Hago fuerza para recordar a aquellos que supieron seguir sus vidas guardando en un cajón secreto de sus mentes todas las atrocidades e infamias.
Me esfuerzo por recordar también al amigo y a la familia que se debió reinventar por la falta de alguien querido.
Por supuesto, se trata sólo de recuperar una historia, claro, y se la quiero trasmitir como quién la ha visto desde muy lejos dejando que la bruma del tiempo ocultara muchas cosas y ahora quiere volver a despejarla. Me niego a aceptar que lo ocurrido en las islas, así como el grumete de doce años trepado al carajo que divisó por primera vez Malvinas,  pasen al olvido como si nunca hubieran existido.
Y es entonces cuando asoma la pregunta mordaz insoslayable: Si estuvieran en nuestro poder, ¿alguien iría a vivir allí? ¿Los políticos que hoy no defienden el patrimonio nacional continental y regalan el oro, el petroleo , los glaciares y todas las riquezas por míseras coimas, cambiarían su proceder por las Malvinas?
Amigo, lo veo un tanto harto y descreído, tal como estoy yo de ver tantas banderas en procesión sosteniendo diversos gobiernos (esto no es de ahora) bajo esta "causa patria".

Es que todo gobierno que comienza, democrático o no, recibe una cuota de confianza por parte de la población que dura aproximadamente un año, o hasta que la economía comience a decaer. Cuando las expectativas depositadas no se ven cumplidas es común que se utilicen algunos temas recurrentes para embanderar a la población detrás de un interés nacionalista y común.
Si este interés es adoptado por la población, el gobernante de turno tendrá una extensión de su poder, hasta tanto este mismo interés se diluya.
Muchos, previendo la necesidad de una causa, se declaran partícipes de movimientos donde nunca  antes habían militado, como quienes hablan de DDHH mientras que los organismos que vienen luchando desde 1977 jamás oyeron de ellos ni vieron una solicitud de afiliación con su nombre. Suelen ser ardides para sumar adeptos. Otros nos proveyeron del chupete futbolero o simplemente deportista, para que una camiseta celeste y blanca nos suministrara las endorfinas que hicieran falta, y así tranquilizar a la bestia revolucionariamente politizada que estaba por emerger.
Como quiera que sea, Hitler, Mussolini, Franco, Videla, Galtieri o Perón, necesitaron unir a un pueblo disperso o devastado mediante un objetivo común que los sumara en una justa nacionalista.
Malvinas no es la excepción.
Cuando se habla de Malvinas, se habla desde un después del 2 de abril de 1982, desde un punto donde todo cambió al derramarse sangre argentina en una cruzada por lo menos cuestionable. Antes nadie daba cinco centavos partidos por la mitad por esas tierras. Véase sino el caso de Vernet, nuestro fiel colonizador, que en realidad recibió un contrato de trabajo para ocupar esas tierras, no sumó noventa humanos y se marchó sin chistar apenas se le arruinó el negocio.
Por suerte hoy están vivos quienes superaron el trance y fueron testigos de los hechos. Ellos dejaran documentos que, de ser leídos por los futuros habitantes, podrán darles una mejor perspectiva evitando que futuros gobiernos los manipulen con maniqueismos nacionalistas, siempre pagados con las vidas de los ciudadanos comunes en tanto los poderosos se embarcan con sus bienes personales hacia costas mas tranquilas.
El 30 de marzo de 1982 murió un manifestante obrero baleado por la represión a una manifestación de la CGT en Mendoza. Saúl Ubaldini había convocado a una huelga general con manifestación y ésta fue salvajemente reprimida por el jerarca. Todos estábamos indignados en contra del gobierno de Leopoldo Fortunato Galtieri. Dos días después la Plaza de Mayo desbordaba de gente con un falso sentido nacionalista vitoreando a uno de aquellos genocidas que pocas horas antes querían derrocar.


Pero volvamos al eje central, pues quiero recordar sólo algunas cosas en especial, así,  en el orden en que llegan a mi mente, sin seguir su cronología real. (Información y cronología exacta clickee aquí)
Recuerdo que el 2 de abril de 1982 estaba en Comodoro Rivadavia instalando un Centro Automático Interurbano de telefonía en el edificio de la ex ENTel cuando los muchachos de la sala de Radioenlace bajaron corriendo las escaleras llamándonos para que subamos a ver.
Decían que habíamos entrado en guerra.
Las pantallas de monitoreo de la señal nos mostraban la Plaza de Mayo desbordada por gente que cantaba "Las Malvinas son Argentinas" y un Leopoldo Fortunato exultante que lo disfrutaba desde el balcón.
Pronto vimos que lo que pensamos era una bravuconada se convertía en una terrible tragedia.
El tiempo transcurrió en preparativos y acertijos sin resolver. ¿Vendría la flota?. ¿Atacarían el continente? ¿Por qué las tomamos ahora?, ¿Y?¿Estados Unidos qué dice?,¿A quién apoyan?.¿No era que a los Kelpers los teníamos en el bolsillo?
Cuando el 10 de abril brotaron las palabras "si quieren venir que vengan" el único automóvil que teníamos a mano comenzó a dormir frente al edificio con el tanque lleno, listo para viajar lejos de las balas o bombas que pudieran llegar.
Es que ya se habían limitado los vuelos, no se recibían los sueldos ni alimentos y la ciudad ya estaba en estado de sitio. Los automóviles circulaban con sus luces tapadas por medio de cinta o pintura y los apagones generales a modo de simulacro se hacían permanentemente.
Nadie tenía un minuto de tranquilidad.
Mientras un Charly menos drogado que hasta hace poco escribía que no le bombardeen Buenos Aires, unos kilómetros al sur, chicos que nunca habían visitado esa ciudad, provenientes de los rincones más empobrecidos de la república,  entraban en las trincheras inundadas de agua, mientras los mejores pilotos de Fuerza Aérea y de La Armada Nacional se ponían al hombro una situación que a todos superaba, aún cuando tenían la mejor capacitación. Lejos estaba el artista de Rock o cualquier porteño de querer visitarlos y apoyarlos en una situación tan incómoda y austral.
Los medios emitían información lógicamente falsa, mientras, gracias a estar en un centro de comunicaciones, nosotros nos enterábamos de la verdad. Las esposas de los pilotos comentaban todos los pormenores en un diálogo interminable entre Trelew y Rio Gallegos.
Buenos Aires se entretenía con las previas del mundial, mientras en el sur el aliento trágico de lo que se avecinaba nos empujaba hasta a ofrecernos de voluntarios para ir a las islas. Si, crealó, había gente que espontáneamente se ofrecía a viajar y colaborar en la especialidad que tuviera. Así de inmersos en esta debacle de fanatismo nos encontrábamos. Situaciones manejadas por la Propaganda que viola las defensas de la mente y permite que un soldado marche hacia la muerte o un civil se enliste para dejarse matar.
En la televisión los más importantes artistas y locutores habían armado un Teletón donde recibieron miles de donaciones y cartas para los "soldaditos de malvinas", que al tiempo se vieron comercializados en el mercado negro de los inescrupulosos de siempre. En diferentes lugares del país comenzaron a aparecer cartas  de apoyo dirigidas a los soldados que habían sido ocultadas en los envoltorios de chocolates o yerba por quienes desde su buena fe colaboraron con donaciones. Nada llegó a lo soldados. La gente comenzó a darse cuenta del engaño mientras los "soldaditos" de 18 años, carecían de raciones y debían robar ovejas a los isleños para mandar algo suculento a sus estómagos. Estaqueados algunos, debieron hacer la digestión castigados por superiores que comían aquellos víveres que desde el continente les habían mandado los televidentes, engañados en la idea de haber colaborado en la causa de la liberación nacional.
Alguien con galones pudo incluso haber usado las cartas solidarias como papel sanitario pues, en aquellas islas, ya se había perdido todo sentido de lo moral. 
El país partido al medio y las naves inglesas llegando para atacar.
Perú, en un gesto que siempre debe ser recordado, ofreció aviadores y aviones de combate. Brasil dificultó los reaprovisionamientos de los Vulcan en tierra Brasilera. Uruguay, Bolivia y Paraguay, así como casi la totalidad de Latinoamérica puso el hombro para apoyar a Argentina y en lo posible evitar el derramamiento de sangre.
Todos menos Chile.
Chile prefirió suministrarle información a EEUU e Inglaterra. Prefirió reaprovisionar a los buques Ingleses. Demostró cabalmente el tipo de hermandad que nos une. Porque, en todo caso,  si estaban en desacuerdo con algo,  lo mejor era abstenerse de participar.
Mientras tanto en nuestro país los eventos se manejaban como si fueran partidos de fútbol adelantados a los del mundial 82 de España, los noticieros nos reportaban los resultados de los ataques con marcados visos de desinformación artera, mezclados con los datos de las previas mundialistas.
Disponiendo de información de primera mano, pude ver como los datos se falseaban lógicamente a favor de las fuerzas argentinas, mientras los pilotos de Fuerza Aerea y Armada, no paraban de pasar de una misión a otra sin descanso y sin dejar de contabilizar aquellas bajas que el poder central ocultaba como también es lógico de esperar. Por suerte el 4 de mayo se impacta al HMS Sheffield logrando que éste se hunda el día 10 del mismo mes. Siguieron muchas otras victorias desde el aire, pero en tierra y el mar la suerte estaba echada y sólo cabía esperar una estúpida matanza adicional.


Trelew, Comodoro Rivadavia y Río Gallegos, eran objetivos tácticos indiscutibles y sus centros de telecomunicación más aún. De tal forma, toda el área era considerada de guerra y estaba prohibida cualquier posibilidad de ver las modificaciones realizadas en los aeropuertos y costas. En el caso de poder tomar un avión comercial, uno se encontraba con todos los ventanales del aeropuerto cubiertos por papeles o pintados de blanco. Al caminar por la pista para abordar se debía mantener la vista al frente mientras personal de FFAA caminaba a nuestro lado verificando que así lo hiciéramos. Dentro del avión las ventanillas permanecerían con las cortinas bajas hasta media hora después del despegue. Todo lógico, un ambiente militarizado.Claramente se esperaba un ataque. Sólo la necesidad de mantener la situación dentro de ciertos límites, que solo la Tatcher, Alexander Haig y Galtieri conocían , impidió que el conflicto tocara el continente.
El 2 de mayo se supo la cruel noticia de que el ARA Gral. Belgrano se convertía en el primer buque hundido por un submarino nuclear en tiempos de guerra, ocasionando la muerte a 323 de sus ocupantes. Había sido atacado en una zona neutral.
El 11 de junio el Papa Juan Pablo II nos distrajo con su visita a Buenos Aires, mientras ocurrían los enfrentamientos más sangrientos allá en las islas. Algún tonto despistado fue a la plaza el 13 a pedir la no rendición y un fatídico 14 la misma llegó.
Luego de la rendición,  pudimos saber el resto. Pudimos leer libros, ver documentales y películas. Otros lograron ganar dinero escribiendo libros, vendiendo documentales y produciendo esas mismas películas. Pocos de ellos fueron ex- combatientes. A ellos, como a los de Vietnam, se les dio la espalda. Algunos se suicidaron, otros lograron borrar esa etapa de sus mentes y formaron familias plenas de felicidad.
Sólo pude conocer bien a algunos del segundo grupo, aquellos que nunca hablan, los que se guardan el recuerdo y solo dicen que "había mucho viento por allá, nunca paraba de soplar" con la mirada perdida en una imagen que solo ellos pueden recordar.

No sé por qué en el sur las cosas se ven más auténticas que en la gran ciudad.
No sé por qué, creo mucho más en este monumento en Ushuaia que en los miles que han plagado la república.
Debe ser por la cercanía, porque en ese viento se los escucha susurrar...




Y es un cantante pop quien responde la pregunta que en estos tres post he puesto a consideración de todos. Es aquí donde le damos nombre a estas islas que no guardan nada más valioso que las almas de los héroes argentinos que las quisieron rescatar.
"La isla de la buena memoria."


LA ISLA DE LA BUENA MEMORIA

Madre me voy a la Isla
no sé contra quién pelear
tal vez luche, me resista
o tal vez me muera allá.

Qué haré con el uniforme
cuando empiecen a pelear
con el casco y con las botas
ni siquiera sé marchar.

Desde que llegué a la Isla
no tengo con quién hablar
somos miles los unidos
por la misma soledad.

Ya se escuchan los disparos
entre muerte y libertad
cae mi cuerpo agujereado
ya no podré cantar más.

Creo que hace mucho frío por acá
hay más miedo como el mío en la ciudad.

No hay mal que no tenga nombre
No hay un Dios a quién orar
No hay hermanos ni soldados
Ya no hay jueces ni jurados

Solo hay una guerra más
y cada vez hay menos paz...

Alejandro Lerner.

Los recuerdos se pierden en el día a día, pero creo que no hay dudas que algo así no se debe repetir jamás. Aunque sea por nuestros hijos, nuestros nietos o por quién quiera vivir por acá.
Los combatientes también han sido victimas de la dictadura militar y a ellos también debemos prometerles un "Nunca Más".
No sigamos ciegamente a quienes desde el poder manipulan nuestras vidas en un juego infame que nunca termina beneficiándonos.
Sigamos banderas mucho más importantes, aquellas que nos unan en la paz, que mejoren la calidad moral de nuestra gente y permitan que uno de los países mas ricos del mundo deje de ser devastado por sus propios dirigentes.

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El artículo Ni Falkland ni Malvinas - Parte III de III fue publicado por OPin el jueves, 1 de abril de 2010. Esperamos que le sea de alguna utilidad o interés. Gracias por su visita y no olvide dejar su comentario antes de partir. Hasta el momento hay 4 comentarios: en el post Ni Falkland ni Malvinas - Parte III de III

4 comentarios:

  1. Adhiero al "Nunca màs". Pero no sè porquè, desconfìo que no vuelva a pasar.

    Siempre hay alguien que no aprende.

    Saludos, buen fin de semana.

    ResponderEliminar
  2. Don Gaucho, Gracias por leerlo y sobre todo estando de vacaciones.
    Espero que este disfrutando a lo grande.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. como siempre ando con atraso leyendo notas tan interesantes. Qué digo ´interesantes´... necesarias para desasnarnos aunque sea con atraso. Gracias OPIN.

    ResponderEliminar
  4. Doña Marga. Eso es lo bueno de Internet, todo queda para ser disfrutado cuando quieran y usted lo ha hecho más de un año después ;)

    Un cariño grande para usted.

    ResponderEliminar

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